Michel Aun nació en 1935 en el núcleo de una familia maronita al sur de Beirut. Si de niño se caracterizó por tener varios amigos musulmanes, esta cualidad se afianzó cuando ingresó en la Academia Militar en donde se lo conocía como una persona honesta, íntegra y con imparcialidad sectaria, algo desconocido en aquellos tiempos. Cuando Líbano se hundió en la guerra civil y el Ejército se dividió a lo largo de las líneas sectarias que también fraccionaban al país, Aun siguió leal al Gobierno central. A principios de los años ochenta, se convirtió en el líder de la «Brigada de Defensa» del Ejército ubicada en la famosa línea verde que separaba Beirut del este con el oeste. Durante la invasión israelí en 1982, Aun bloqueó el avance de las tropas hacia el palacio presidencial y sólo se retiró cuando el presidente Sarkis le ordenó detenerse.
En 1988, Siria y las entonces conocidas Fuerzas Libanesas cristianas generaron una crisis política que dejó un vacio político en el Gobierno. El presidente Amin Gemayel nombró a Aun primer ministro interino. Su nombramiento dividió al país aún más cuando varios oficiales musulmanes se resistieron a apoyarle. Aun, en lugar de preparar las elecciones, comenzó una guerra de liberación contra las tropas sirias que habían entrado al país en 1976. La enemistad con Damasco y la falta de reconocimiento exterior forzaron al general a buscar aliados com Sadam Husein.
Los combates entre las tropas sirias y las fuerzas fieles a Aun dejaron miles de muertos civiles y acentuaron la división del país. A finales de los años ochenta, el esfuerzo internacional generó los acuerdos de Taif que tenían como objetivo la reconciliación nacional, establecer reformas constitucionales y dar forma a un calendario para la salida de las tropas de Damasco. Aun se opuso a este acuerdo y fue expulsado del Palacio Baabda por Siria. La gran pregunta es si tras su vuelta Aun podrá cambiar la estructura política libanesa y su prueba de fuego las elecciones parlamentarias que comienzan el próximo 29 de mayo.
Regresó al Líbano, donde fue recibido como héroe, el 7 de mayo de 2005, tras 15 años de exilio.