Leila Pahlevi fue princesa del Imperio persa.
Nacida en Teherán, fue la menor de los hijos de Mohammad Reza Pahlevi, el Shah de Irán, y su tercera esposa, la emperatriz Farah Diba. Los títulos y privilegios de la familia imperial fueron abolidos por decreto del gobierno iraní luego de la deposición del Shah en 1979.
Ella tenía nueve años cuando su familia partió al exilio como resultado de la revolución islámica liderada por el ayatollah Ruhollah Khomeini.
Luego de la muerte de su padre en Egipto debido a un linfoma en 1980, la familia se estableció en los Estados Unidos.
No habiéndose casado nunca, ocupaba su tiempo entre su hogar en Connecticut, Estados Unidos, y Europa. Trabajó como modelo del diseñador Valentino. Jamás pudo recuperarse de la muerte de su padre, lo que le acarreó numerosos problemas de índole nervioso y psicológico. Sufrió de anorexia nerviosa, problemas de baja autoestima y depresión severa, motivo por el que pasó bastante tiempo en tratamiento en clínicas especializadas de los Estados Unidos y Gran Bretaña.
Se la encontró muerta en su habitación en el Leonard Hotel de Londres, Inglaterra. La autopsia mostró que había ingerido una sobredosis de barbitúricos. Según los resultados de la investigación judicial, la mujer habría robado los medicamentos en la consulta de su médico durante un examen de rutina.
Fue sepultada junto a la tumba de su abuela materna, Farideh Ghotbi Diba, en el cementerio de Passy, París, Francia, funeral al que asistieron numerosos representantes de la realeza europea y miembros de la comunidad iraní en el exilio.