PERCY YUTAR : El fiscal que envió a la cárcel a Mandela
GERALD SHAW
Se hizo famoso al procesar a Nelson Mandela, Walter Sisulu y otros líderes del Congreso Nacional Africano (CNA) y de su brazo militar, Umkhonto we Siswe, en el proceso de Rivonia de 1964, en el que se les condenó a pena de muerte en la prisión de Robben Island.
Años más tarde, el fiscal Percy Yutar, que destacó por su lengua viperina durante el juicio, recibió un característico gesto de magnanimidad por parte de Mandela. En noviembre de 1995, el primer presidente negro de Sudáfrica invitó a su viejo adversario a comer, se aseguró de servirle un menú apto para judíos y le dio la razón cuando éste afirmó que no había jugado un papel importante en el caso y que se había limitado a cumplir con su deber. La semana pasada, fallecía a los 90 años de edad, víctima de un derrame cerebral.
De complexión delgada, rasgos afilados, calvo y con nariz aguileña, Yutar era conocido por su actitud extravagante y agresiva en los juicios, así como por su facilidad de palabra. Captó la importancia de la publicidad en los procesos de mayor envergadura y participó en numerosos casos de fraude, corrupción y asesinato de amplia repercusión en Sudáfrica. Fue calificado como un auténtico patriota por el ministro de Justicia, John Vorster, y considerado un azote para los movimientos de liberación, en concreto el CNA, al que tachó de organización terrorista de corte comunista que engañaba a la población negra. También trabajó en estrecha colaboración con la guardia de seguridad.
El juicio de Rivonia tomó su nombre de un suburbio de Johanesburgo en el que fueron arrestados los compañeros de Mandela. El Estado alegó que los 11 acusados eran culpables de sabotaje, organización de una guerrilla y colocación de bombas. En su célebre alegato desde el banquillo de los acusados, Mandela declaró que apreciaba el ideal de una sociedad libre y democrática y que, si era necesario, estaba dispuesto a morir por ello.
En el juicio, Yutar acusó a los condenados de mentir al mundo sobre la situación de opresión a la que estaban sometidos los negros de Sudáfrica, cuando la verdad demostraba que eran pacíficos, obedientes a la ley y leales. El testigo principal de la defensa era Sisulu, estrecho colaborador de Mandela, quien fue ferozmente atacado por Yutar durante la contrainterrogación. Susulu replicó: «Me gustaría que fueras negro, entonces te ibas a enterar…».
En años recientes, Yutar defendió que salvó a Mandela y a los demás de la horca al insistir en la acusación de sabotaje en lugar de alta traición, aunque los condenados por sabotaje también podían haber sido castigados con la pena de muerte.
Había nacido en Ciudad del Cabo, en 1911, hijo de un matrimonio de inmigrantes con ocho hijos que huyó de la persecución de los judíos en Lituania. En su infancia trabajó en la carnicería de su padre y estudió en la escuela primaria de Maitland y en el South African College School, una afamada institución que acogía a alumnos judíos. Fue becario en la Universidad de Ciudad del Cabo, se licenció en Derecho en 1937 y posteriormente se doctoró con una tesis sobre Derecho Privado. A pesar de su destacado historial académico, su primer trabajo fue como funcionario de correos y más tarde como funcionario de tercer grado en el Departamento de Justicia de Pretoria, seguramente debido al ambiente antisemita del momento.
No fue nombrado fiscal hasta 1940. 20 años después, en el momento más álgido de la era apartheid, fue nombrado fiscal jefe adjunto en la provincia de Transvaal, cargo desde el que asumió el caso de Rivonia. Con los cargos de fiscal jefe de la provincia de Orange Free State y, en 1974, fiscal jefe de la provincia de Transvaal, Yutar alcanzó su sueño de convertirse en el primer fiscal jefe judío de Sudáfrica. Se retiró en 1976 y regresó al Colegio de Abogados.
Yutar fue una figura controvertida, cuya imagen vengativa y severa como oponente implacable de la lucha contra el apartheid contrastó con su actitud privada de caballero, buen padre de familia y amante de la música clásica. De profunda religiosidad, durante muchos años fue presidente de la congregación judía de Johanesburgo.
Deja a su esposa Cecilia, una talentosa pianista, flautista y profesora de música, y a su hijo David, periodista en Ciudad del Cabo.
Percy Yutar, abogado y fiscal, nació el 29 de julio de 1911 en Ciudad del Cabo y murió el 13 de julio de 2002 en Johanesburgo.
La fuente: obituario publicado en el diario español El Mundo (www.elmundo.es), el 21/7/2002.