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lunes, mayo 20, 2024

Washington estará menos cerca de Israel

Opinion/IdeasWashington estará menos cerca de Israel

Washington estará menos cerca de Israel Por Yoel Markus La llegada de George W. Bush al poder y la victoria de Ariel Sharon cambian el panorama. La amistad israelí norteamericana corre el riesgo de deteriorarse. Con la partida de Bill Clinton, perdemos a uno de los presidentes norteamericanos mejor intencionados que Israel ha conocido. Y no es seguro que George W. Bush retome la obra de Bill Clinton donde éste la dejó. Bush carece de lo que Clinton tenía: su “cálida amistad” con Israel. Su actitud frente a los judíos es menos cálida, y no cuenta con ningún judío entre los integrantes de la nueva administración, con la excepción de su vocero. El vicepresidente, Richard Cheney, y el secretario del Departamento de Estado, Colin Powel, no son judeófobos (Powel inclusive habla yiddish), pero su acercamiento a Medio Oriente está guiado por el cerebro, no por el corazón. Una camarilla proveniente de la industria petrolera es siempre más sensible a los intereses norteamericanos en el mundo árabe. Ahora bien, en estos últimos años, la influencia norteamericana en la región se ha visto lentamente puesta en duda. A través de la “ventana de la oportunidad” abierta por los acuerdos de paz, se pueden ver nuevamente banderas norteamericanas en llamas. La hostilidad manifestada por el Pentágono hacia Israel bajo el mandato del actual secretario de Defensa (sobre todo durante la venta de aviones Awacs israelíes a China) no es en este tema muy alentadora. Cuando sea cuestión de desplegar una fuerza internacional tal como preveía la propuesta de Clinton, una fuerte oposición se manifestará en cuanto a la presencia de soldados norteamericanos. Nuestro nuevo primer ministro puede sin duda olvidar las conversaciones telefónicas nocturnas y cálidas con un presidente norteamericano. El error de Barak fue privilegiar las relaciones personales con Clinton y olvidar las relaciones con el Congreso y con los judíos norteamericanos, nuestros dos principales apoyos. Israel no habría podido elegir un momento más crucial para elecciones y un cambio de gobierno. Hay una ligera mayoría republicana en la Cámara de diputados, pero es la primera vez en un siglo que el Senado está literalmente cortado en dos. Visto el cambio en la distribución de los distritos electorales, las elecciones de 2002 para el Congreso serán cruciales para un George Bush elegido al filo. Esta situación da a Israel una ocasión de reparar sus errores y remediar sus omisiones. El resultado de las elecciones pesa mucho en la naturaleza de nuestras relaciones con la nueva administración norteamericana. Ya sea que ella camine de la mano con nosotros, ya sea que se nos oponga dándole al Consejo de Seguridad de la ONU carta blanca para imponer su solución. Por haber dejado atrás al antiguo primer ministro Yitzhak Shamir sobre su derecha y haber bombardeado las concesiones que Benjamin Netanyahu había aceptado en el acuerdo de Wye River (23 de octubre de 1998), Ariel Sharon es percibido por los norteamericanos como un factor de problemas. Su simple nombre resuena a guerra, agresiones y colonias. “Cada vez que se anunciaba una llegada mía a Israel -se quejaba James Baker, el secretario de Estado de Bush padre-, Sharon me metía una nueva colonia.” El ascenso al poder de Sharon, que juró no desmantelar un solo asentamiento, puede causar grandes problemas en nuestras relaciones con la nueva administración norteamericana. La combinación Sharon- Bush podría inclusive revelarse como fatal. La fuente: Ha’Aretz, primer periódico publicado en hebreo en Israel. Comenzó a editarse en 1919 durante el mandato británico. Austero e independiente, es el diario de referencia de los políticos e intelectuales. La edición on line reproduce los artículos del papel y, además, algunos de ellos traducidos al inglés (http://www.haaretz.co)

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