Una intelectual egipcia es llevada a juicio por traicionar el Islam
La demanda contra la escritora Nawal El Saadawi, acusada de apóstata tras alegar que la peregrinación a La Meca es un vestigio de prácticas paganas, abrió un debate acerca de la libertad de expresión y la primacía de la sociedad civil en Egipto, un país en el que la ley islámica es la principal fuente de derecho. La mujer es una de las escritoras más importantes de la región y un verdadero ícono del feminismo en Medio Oriente.
Por Gihan Lotfi
EL CAIRO.- El procesamiento por apostasía de una escritora musulmana feminista ha cuestionado nuevamente la libertad de expresión y la primacia de la sociedad civil en Egipto, un país donde la ley islámica es la principal fuente de derecho.
La polémica se generó a principios de mayo, tras la publicación en el semanario egipcio Al Midan de unas palabras de la escritora Nawal El Saadawi, en las que alegó que la peregrinacón a La Meca, obligatoria para los musulmanes, es un “vestigio de prácticas paganas” anteriores al Islam, y que las normas del Corán deben adaptarse, sobre todo en lo referente a la condición femenina.
Pocos días después, el abogado integrista islámico Nabih El Wahash acusó de apostasía a la escritora, de 70 años, demanda admitida a trámite por el fiscal general, Maher Abdelwahid, llevando al centro de la polémica a autoridades religiosas y personalidades laicas. Entre otras cosas, Saadawi dijo que hombres y mujeres son iguales y deben tener el mismo derecho a la herencia, mientras el Corán concede al hombre el doble de lo que asigna a la mujer. La liberal femenista se niega también a que sea obligatorio para las mujeres cubrirse todo el cuerpo, excepto las manos y el rostro, como defienden los religiosos musulmanes.
La querella se basa en que las palabras de la escritora minimizan la vigencia del Corán, libro sagrado de los musulmanes, y está acompañada de una demanda para obligar a su esposo, Sherif Hatata, a que se divorcie de ella. El juicio comenzará a sustanciarse en los tribunales de El Cairo el próximo 18 de junio. La ley islámica o “sharía”, que castiga la apostaía con la pena de muerte, aunque este extremo no se contempla en la ley egipcia, permite el matrimonio de los hombres musulmanes con mujeres cristianas o judías, pero no con apóstatas (es decir, mujeres musulmanas que rechazan su propia religión). La mujer musulmana, en cambio, sólo puede casarse con un hombre de su misma fe.
Por su parte, el mufti, Nasr Farid Wasel, máxima autoridad religiosa de Egipto, opina que “si las declaraciones atribuidas a Saadawi son correctas, debe ser expulsada del Islam”.
“He sido malinterpretada por este semanario de escasa circulación para que aumente las ventas”, dijo Saadawi a la revista Akher Saa, donde escribió a lo largo de dos décadas. Enfadada y ofendida, continuó: “Es un plan terrorista. Junto a Abu Zeid (otro intelectual acusado de apostasía) somos dos chivos expiatorios para atterorizar a los intelectuales” , destacó y aacusó al semanario de “colocar una perfecta trampa para que caiga yo. Soy incapaz de darle un nombre a esta ridícula actitud. ¿Cómo puede un periodista torcer la verdad y deformar mi opinión?” exclamó.
La veterana izquierdista, catedrática en sociología, fue encarcelada en 1981, durante el régimen del anterior presidente egipcio, Anwar el Sadat, por sus actividades políticas, antes de estar perseguida por integristas islámicos por sus escritos femenistas liberales. Inquieto por la vida de su pareja, el marido de Saadawi, Sherif Hatata, consideró con preocupación que someterla a juicio por apostasía sería extender una licencia para matarla.
En lo que va de este año ésta es la segunda demanda de apostasía contra intelectuales en Egipto. La primera tuvo lugar en mayo último contra el escritor sirio Haidar Haidar, por su novela “Banquete para las hierbas marinas”, considerada blasfema para el Islam. Otra demanda, hace seis años, contra el profesor de filosofía en la Universidad de El Cairo, Nasr Hamed Abu Zeid, lo obligó a huir del país junto a su mujer. Sin embargo, Saadawi insistió en que ni ella ni tampoco su marido tienen la mínima intención de dejar el país.
La fuente: La autora es una periodista egipcia, graduada en Ciencias Políticas y en Lengua y Literatura Españolas.