7.4 C
Buenos Aires
martes, mayo 14, 2024

De los campos de concentración a Irak

Opinion/IdeasDe los campos de concentración a Irak

Democracia y libertad son palabras con fuerte contenido en el mundo de la ciencia política y de la filosofía, pero frágiles y vacías cuando se usan al estilo de un slogan publicitario para vender un nuevo producto en el mundo globalizado. Algo así como “compre usted democracia y libertad de producción angloamericana, y obténgala a precio módico: sólo a cambio de su vida y sus recursos naturales”.

Por Alicia Oliveira

La coalición angloamericana invadió Irak en un arrasador avance que remeda la guerra de las galaxias: imágenes hollywoodenses de hombres robot en un lugar del planeta Tierra donde antiquísimas formas de organización social y política resultan absolutamente desconocidas para los cruzados galácticos. Justifican la invasión en nombre de “la democracia y la libertad”. Son palabras con fuerte contenido en el mundo de la ciencia política y de la filosofía, pero frágiles y vacías cuando se usan al estilo de un slogan publicitario para vender un nuevo producto en el mundo globalizado. Algo así como “compre usted democracia y libertad de producción angloamericana, y obténgala a precio módico: sólo a cambio de su vida y sus recursos naturales”. La democracia y la libertad en venta son monopolio de la coalición. La muerte y el dolor que siembran en su camino son sólo la muestra de su poder insaciable y de la pérdida de la propia dignidad.

Para justificar la muerte y el terror “informan” que quieren salvar a un pueblo donde las mujeres son maltratadas y los derechos políticos violados, donde sus religiones imponen sanciones no civilizadas. La propaganda dice que por ello los pueblos a redimir viven en condiciones indignas que los mantienen en estado de barbarie.

Con tales estereotipos no demuestran ninguna creatividad. Los nazis –al referirse a la condición jurídica de los judíos en las leyes raciales– también se sirvieron de un término que se refiere a la dignidad: entwürdigen. El judío es el hombre que ha perdido toda su dignidad –su Würde–; para ellos, es un no-hombre.

La glorificación o la justificación de la violencia sólo puede realizarse mediante consignas o spots televisivos porque carece de capacidad de argumentación. Para ello crean un estado de excepción que no es el caos que precede al orden, como muchas veces nos quieren hacer creer, sino que la situación que resulta de suspender el orden.

Como bien señala Giorgio Agamben –filósofo italiano–, el análisis de la estructura jurídico-política que posibilita la existencia de los campos de concentración resulta clave para comprender la extensión de los estados de excepción en el mundo contemporáneo. Dice este pensador que los campos no han nacido del derecho ordinario ni del derecho penitenciario, sino de la ley marcial y del estado de excepción. Remonta su origen a los campos de concentración creados por los españoles en Cuba en 1896 para reprimir la insurrección colonial, así como a los campos creados por los ingleses cuando el alzamiento de los boers, a principios del siglo XX, en Africa. Hoy la misma doctrina es aplicable a Irak.

En los lager nazis la base jurídica no era el derecho común, sino la “custodia protectora”, una medida de seguridad preventiva, institución de raigambre prusiana que fue la base ideológica de los campos. Esta seguridad protectora es la que hoy ofrece la coalición angloamericana. No es casual que la justificación de esta guerra sea justamente el carácter preventivo del ataque, más ilegal aun cuando no hay pruebas suficientes como para considerar la existencia de la legítima defensa.

Por eso nuestra postura ante esta guerra no puede ser tibia: estamos con ella o contra ella. Repudiarla nos coloca en el lugar del respeto del hombre y su dignidad. Apoyarla significa la búsqueda por imponer al no-hombre, una creación de los nazis seguida hoy reverentemente por los angloamericanos.

La fuente: la autora es la defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina).

Más

“Occidente no se ha liberado de las Cruzadas”

Fátima Mernissi, la escritora marroquí que ganó el premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2003, analiza la revolución tecnológica en el mundo árabe y condena los estereotipos, producto de la ignorancia. «Antes, para viajar había que ser rico. Ahora se puede obtener información. Los españoles tienen que viajar a Marruecos, pero no a encerrarse en hoteles de lujo, sino para hablar con quienes cultivan tradiciones milenarias o la modernidad. Es obligado abrirse a todo el mundo. Como Simbad». Escribe Trinidad de León-Sotelo.

La OTAN y Afganistán

Desbordados ya los límites geográficos que el Tratado del Atlántico Norte impone a la acción militar de la OTAN, las nuevas operaciones militares de la Alianza Atlántica configuran algo que nada tiene que ver con el documento que la fundó. En vez de reformar la OTAN cuando desapareció el enemigo que la hizo nacer y crecer, los miembros de la Alianza han preferido crear las condiciones de facto que configuran algo que nada tiene que ver con la OTAN inicial, sin someter a discusión la redacción de otro tratado que tuviera en cuenta la nueva situación. Así queda claro que todo vuelve a ser lo que siempre fue: la OTAN como instrumento militar al servicio de la política exterior de EEUU. escribe Alberto Piris.

The Secret War

The Secret War ...

Palestina: crímenes de guerra, ofensiva contra la paz

¿No sería más factible obtener la liberación de Gilad Shalit por medio de negociaciones en lugar de lanzar operaciones militares que pueden llevar a la muerte del rehén? Olmert debería saber que detener a dirigentes sólo sirve para reforzarlos, a ellos y a sus partidarios. Pero no se trata sólo de un razonamiento torcido: detener personas para utilizarlas como moneda de cambio es un acto digno de una banda de delincuentes, no de un Estado. Escribe Alain Gresh.

Dos magnicidios en el horizonte

Nunca antes dos gobernantes tomaron tantas precauciones y fueron tan protegidos como Sharon y Abbas con el ánimo de impedir una muerte violenta. No obstante, jamás el anuncio de un asesinato político tuvo resonancias tan estridentes como en la actualidad. Es factible no sólo porque muchos lo desean y auspician. Lo es porque se ha producido una radical mudanza en el carácter y en el rumbo del conflicto palestino-israelí. Escribe Joseph Hodara.

Arabia Saudita después del rey Fahd

La avanzada edad del nuevo rey -82 años- lo convierte obligatoriamente en un monarca de transición. Parece evidente que el suyo no será un reinado largo, lo que dificultará que emprenda las tan necesarias reformas que necesita el reino. El rey Abdullah deberá hacer frente a una agenda extremadamente complicada que lo obligará a posicionarse en tres cuestiones vitales para garantizar la supervivencia del reino. En primer lugar deberá resolver el dilema al que se enfrentan las relaciones entre Arabia Saudita y Estados Unidos. En segundo lugar tendrá que elegir cuál es la mejor manera de blindarse frente al islamismo 'yihadista'. En tercer y último lugar habrá de replantear su estrategia regional si quiere seguir conservando el papel hegemónico de Riyad en el mundo árabe. Escribe Ignacio Álvarez Osorio.