7.9 C
Buenos Aires
miércoles, mayo 15, 2024

América, América

CulturaAmérica, América

Por Saadi Yousif

¡God save America My home sweet home!

El general francés que levantó su tricolor sobre Nugrat al-Salman, en donde estuve prisionero, hace treinta años… en medio de aquel giro en U que partió el flanco del ejército iraquí.

El general que amaba los vinos de St. Emilion llamó a Nugrat al–Salman, un fuerte… En la superficie de la tierra, los generales reconocen tan sólo dos dimensiones: Lo que sea que se levante a la vista es un fuerte, Lo que se extienda es un campo de batalla. ¡Qué ignorante fue el General! Pero Liberation era más versado en topografía: el chico iraquí que conquistó su primera plana Yacía sentado y carbonizado tras la rueda del timón en la autopista Kuwait-Safwan mientras las cámaras de televisión (el botín de los perdedores y sus identidades) estaban insertas en el camión como una vidriera de almacén en la calle Rivoli. La bomba de neutrones es altamente inteligente, Ella distingue entre un “Yo” y una “Identidad”

¡God save America My home sweet home!

…..

Yo también amo los jeans y el jazz y la Isla del Tesoro. Y el loro de John Silver y las terrazas de Nueva Orleans. Amo a Mark Twain y los barcos de vapor del Mississippi. Y a los perros de Abraham Lincoln. Amo los campos de trigo y de maíz y el aroma del tabaco de Virginia. Pero no soy norteamericano. ¿Acaso es esto suficiente para que el piloto fantasma me devuelva a la edad de piedra? No necesito petróleo, ni a la misma América, ni al elefante ni al burro* Déjame, piloto, deja mi casa entechada con frondas de palma y este puente de piedra. No necesito tu Golden Gate ni tus rascacielos. Necesito a la aldea no a Nueva York ¿Por qué viniste a mí desde el desierto de Nevada, soldado armado hasta los dientes? ¿Por qué hiciste el camino hasta la distante Basora donde los peces solían nadar bajo los escalones de nuestras puertas? Por favor, no saquees aquí. Sólo tengo estos bueyes, que, perezosos, mastican lirios de agua. Déjame en paz, soldado, deja mi cabaña flotante de caña y mi arpón de pescar, deja mis aves migratorias con sus verdes plumas, llévate tus rugientes pájaros de acero y tus misiles Tomahawk. No soy tu enemigo. Soy aquel que vadea hasta las rodillas en campos de arroz. Deja que siga mi curso. No necesito de tu día del juicio.

¡God save America My home sweet home!

América Intercambiemos tus regalos. Toma tus cigarrillos de contrabando y danos patatas. Toma la pistola de oro de James Bond y dame la risa tonta de Marylin Monroe. Toma la jeringa de heroína bajo el árbol y danos vacunas. Toma tus copias heliográficas para cárceles modelo y danos casas en las aldeas. Toma los libros de tus misioneros y danos papel para escribir poemas que te difamen. Toma lo que tú no tienes y danos lo que nosotros tenemos. Toma las rayas de tu bandera y danos las estrellas. Toma la barba de Afgani Mujahideen y danos la barba de Whitman repleta de mariposas. Toma a Saddam Hussein y danos a Abraham Lincoln O no nos des a nadie.

Ahora, mientras mi mirada cruza el balcón A través del cielo de verano, el veraneante verano, Damasco da vueltas, aturdida entre series televisivas. Luego se sumerge, profundamente, en historias de fuertes y torres y arabescos de marfil y se hunde, profundamente, desde piedras angulares de fe y luego desaparece del balcón

Y ahora recuerdo los árboles, la palma de dátiles de nuestra mezquita en Basora, al final de Basora, el pico del pájaro y el secreto de un niño. Una fiesta de verano. Recuerdo la palma de dátiles. La toqué. Me convertí en ella, cuando cae negra, ya sin frondas, cuando el dique es destruido por el rayo.

Y recuerdo la vigorosa morera retumbando ante el hacha asesina… para llenar el arroyo de hojas. Y pájaros, y Ángeles, y sangre verde. Recuerdo cuando las granadas florecidas cubrían las aceras, los estudiantes lideraban el desfile de los trabajadores…

Los árboles mueren bombardeados, aturdidos, sin erguirse. Los árboles mueren.

¡God Save America My Home Sweet Home!

No somos rehenes, América. Y tus soldados no son los de Dios. Somos los pobres, nuestra tierra es la de los dioses ahogados, los dioses de los toros, los dioses del fuego, los dioses del duelo que entremezclan arcilla y sangre en una canción… Somos los pobres, nuestro es el dios de los pobres que emerge de las costillas del granjero hambriento y radiante y levanta su cabeza en alto. América: estamos muertos, dejad que vengan tus soldados, quienquiera que mate a un hombre, dejad que resucite. Somos los ahogados, querida dama.

Somos los ahogados. Dejad que el agua venga.

*El elefante y el burro, son, respectivamente, los símbolos de los partidos Republicano y Demócrata de los Estados Unidos.

La fuente: Saadi Yousif nació en Basora, Irak, en 1934. Es poeta, ensayista, traductor y editor. Está considerado uno de los más influyentes poetas árabes de la actualidad. Ha publicado 27 libros de poemas desde 1952, entre ellos: The pirate (1952); Stars and ashes (1959); Away from the first sky (1970); Poems of lesser silence (1979); Collected Works (1980); Who knows the rose (1981); Paradise of the forgotten things (1993); All the wine skops of the world (1995) and The tavern of the Thinking Moments (1997). Ha traducido a Walt Whitman, Constantino Kavafis, Federico García Lorca, Giussepe Ungaretti y Wole Soyinka. Es licenciado en Literatura de la Universidad de Bagdad en 1954. Trabajó y viajó ampliamente por el Medio Oriente y Europa. Editor en jefe de Al-Mada, Cultural Quarterly (establecido en 1993). Otras de sus obras son: Diary of the last exile (1984), Thoughts in low voice (selección de ensayos,1987), When in the heights (drama, 1989) y Triangle of the circle (novela, 1994). La traducción pertenece a Raúl Jaime para la revista Prometeo (Colombia).

Más

“El Éxodo no existió”, afirma el arqueólogo Israel Finkelstein

Sus investigaciones han revolucionado la disciplina de la arqueología bíblica cuando afirmó que la saga histórica relatada en los cinco libros que conforman el Pentateuco de los cristianos y la Torá de los judíos no responde a ninguna revelación divina. Dijo que, por el contrario, esa gesta es un brillante producto de la imaginación humana y que muchos de sus episodios nunca existieron. Escribe Luisa Corradini.

«El maquillaje es un velo que el mercado impone a las mujeres»

La escritora egipcia Nawal al Saadawi, autora de «Las lágrimas de Hamida», asegura que el peor velo es el mental: «nos lo ponen para que no sepamos lo que pasa». Escribe Ana Gaitero Alonso.

Arqueólogos españoles descubren un cementerio fenicio en Tiro

TIRO, Líbano (Europa Press)._ Un grupo...

La historia del arte perdida en Irak

Los saqueadores de piezas arqueológicas de Irak han borrando la historia de la región en su incansable búsqueda de sellos cilíndricos, esculturas o tabletas cuneiformes que puedan vender a los comerciantes ilegales por unos pocos dólares. Se calcula que más de 15.000 objetos invaluables se perdieron. Muchos salieron de Irak y fueron puestos a la venta. Escribe Joanne Farchakh Bajjaly.