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jueves, mayo 2, 2024

Los desafíos demográficos del mundo árabe

SociedadLos desafíos demográficos del mundo árabe

Los desafíos demográficos del mundo árabe

Un estudio reciente realizado por la Liga Árabe muestra por qué el gran aumento de la población, la condición de la mujer y las dificultades que están sufriendo los emigrantes son los problemas cruciales que deberán enfrentar los países de la región en materia de política poblacional

Por Dina Darwich

“Las políticas demográficas forman parte del desarrollo social, económico y cultural ya que tienen como fin mejorar las condiciones de vida de la población”. Ésta fue la principal recomendación de la Conferencia Internacional de la Población y del Desarrollo que se realizó en El Cairo en 1994. Y, a pesar de que las dos conferencias siguientes (en Beirut, en 1999 y en 2004) tuvieron el mismo planteo, el mundo árabe debe hoy hacer frente a verdaderos desafíos en el campo demográfico.

“El crecimiento demográfico galopante, la condición de la mujer y de la juventud, el tema de la emigración árabe son los problemas cruciales que debe enfrentar la política de población y de emigración de la Liga Árabe”, explica Khaled Al-Wéheishi, director del departamento de política de población y de emigración de la Liga Árabe. Un estudio reciente realizado por la Liga Árabe indica que la tasa de crecimiento demográfico anual en el mundo árabe supera el 3 por ciento. Una cifra récord en el nivel mundial, ya que, por ejemplo, en los países europeos, esta tasa no supera el 2 por ciento. Y es variable en cada país árabe. Mientras que en el Líbano y en Túnez está cerca del 2% como en Europa, supera el 5,7 % en Yemen, y ronda el 3,4 % en países como Marruecos y Egipto.

La simple observación permite afirmar que este crecimiento demográfico está vinculado a las condiciones de la mujer en el mundo árabe. La tasa de analfabetismo de las mujeres supera el 52%. Esta verdad es todavía más evidente al observar las condiciones de vida. Como contrapartida, en Túnez, gracias a los esfuerzos desplegados en el terreno de la prevención, las tunecinas parecen ser más conscientes del uso de anticonceptivos y alrededor del 65% (cualquiera sea su nivel social) utiliza medios anticonceptivos.

Además, el crecimiento demográfico está relacionado con las condiciones económicas del mundo árabe donde domina la pobreza. Según las cifras de la Liga Árabe, el ingreso de más del 25 % de la población árabe (alrededor de 280 millones de personas) no supera el dólar por día. “En las sociedades pobres, los niños representan para la familia una fuente de ingresos y, en consecuencia, un mejoramiento de las condiciones de vida. Esto es porque son integrados al mercado de trabajo desde que son muy chicos”, afirma el sociólogo Ali Fahmi. “Sin los magros salarios de mis hijos, yo no podría vivir. El taller en el que trabajo funciona sólo un día entre diez en esta época de crisis económica”, explica Mahmoud, 50 años, carpintero y padre de tres niños, y que está pensando seriamente en volver a casarse para tener más hijos. Una suerte de seguro para este hombre para el día que él se tenga que retirar.

Las mujeres, primeras víctimas

Pero con tal crecimiento demográfico debido a las condiciones de vida difíciles y la pobreza, la mujer es la primera víctima. “La tasa de mortalidad en el parto o durante el embarazo es consecuencia de la falta de desarrollo”, estima Al-Wéheishi. Siempre según las cifras de la Liga Árabe, casi 13.000 mujeres árabes mueren cada año durante el embarazo o el parto por falta de cuidados apropiados. Según otro estudio demográfico sobre la salud de la familia efectuado por la Liga Árabe (el proyecto Pafam), la tasa de mortalidad de las mujeres es todavía elevada en Irak, Egipto y Marruecos. Y alcanza su techo en Sudán, Yemen y Somalia. Sobre una base de 100.000 mujeres por país, se puede decir que 1.600 mueren en Somalia; 1.500, en Sudán, y 850, en Yemen. En Egipto, esta cifra está en baja, ya que pasó de 174 a 84 casos, de 1992 a 2000. Cifras todavía elevadas en relación a la media de los países occidentales. “Hay una gran diferencia entre estos países y otros que dedican gran parte de su presupuesto a la salud de la mujer y despliegan esfuerzos para reducir la brecha que existe en el campo de la educación entre hombres y mujeres”, afirma Al-Wéheishi. En Kuwait, en los Emiratos Árabes y en Libia, la tasa de mortalidad de las mujeres no supera las 6 de cada 100.000.

Pero esto no es todo. Los factores internos (crecimiento demográfico y mortalidad) no son los únicos desafíos que debe enfrentar el mundo árabe para concretar el desarrollo exigido por la ONU para el 2015. Hay otros factores externos como la globalización. Frente a la pobreza, los conflictos y las difíciles condiciones socioeconómicas de algunos países, la emigración resulta a menudo la única tabla de salvación.

Una psicosis antiinmigración

“La emigración es el tercer desafío que debe enfrentar el mundo árabe”, explica Al-Wéheishi. Según él, la restricción del flujo emigratorio se acentúa con la globalización y, sobre todo, la liberalización y las implicaciones de los países árabes. El dinero transferido por los migrantes de las décadas de 1970, 80 y 90 fue benéfico para las economías nacionales. Estos capitales han también servido para alimentar varios bancos en la escala local. Por otra parte, miles de familias más o menos modestas utilizaron estas fuentes de recursos para mejorar sus condiciones de vida. “Estos capitales sirvieron para redinamizar las economías locales”, precisa. El problema es que hoy los caminos están bloqueados. Por un lado, Europa ha cerrado sus fronteras luego de la mutación económica, el desempleo y las difíciles condiciones socioeconómicas. “Actualmente, este continente está pasando por una psicosis antiinmigración. Y esto impulsa a los gobiernos a frenar la inmigración árabe”, analiza un investigador de la Liga Árabe.

Por otra parte, los países del Golfo que, antes recibían un flujo migratorio importante, cerraron sus fronteras por la guerra y la caída del precio del petróleo, que hicieron que redujeran su demanda de mano de obra proveniente de los países árabes. Mientras que en 1975, la tasa de mano de obra proveniente de los países árabes en el Golfo era el 75 por ciento de la mano de obra extranjera, ahora no supera el 19 por ciento. Además, esta mano de obra tiene que trabajar hoy en condiciones mucho más difíciles. Karima, 60 años, dentista que pasó treinta años en Arabia Saudita, asegura que vivió la edad de oro de los países del Golfo. Cuenta que la medicina egipcia era muy respetada en ese país en donde faltaban especialistas. Su salario estaba en relación con su prestigio. Hoy, estos países prefieren una mano de obra proveniente de Asia que es un mejor mercado. Y esto sin olvidar las humillaciones que sufren a menudo los egipcios que trabajan allá. “El futuro de la migración será una prioridad, un desafío muy importante en el proyecto de acción de la Conferencia Internacional de la Población y del Desarrollo, con el fin de garantizar un flujo migratorio más humano en el que se respeten los derechos de las personas como lo dice la declaración de los derechos humanos”, agrega Al-Wéheishi.

Queda un cuarto y último punto que podría convertirse en una fortaleza. Los jóvenes son el 60 por ciento de la población en el mundo árabe. El período actual es llamado “la ventana árabe”, o según otros “el regalo demográfico”. La población activa es la más importante mientras que los niños y los adultos mayores son minoritarios. “Una ocasión para no desperdiciar, ya que la tasa de fecundidad está bajando. Parece que los tigres asiáticos le deben el 33 por ciento de su crecimiento a una ventana parecida. Un milagro que el mundo árabe tiene que tener en cuenta para no dejar pasar este bello presente”, concluye Al-Wéheishi.

La fuente: Al Ahram Hebdo, semanario egipcio. Es una publicación del grupo Al Ahram destinada a los francófonos. La traducción del francés pertenece a María Masquelet para elcorresponsal.com.

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