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Las finanzas islámicas atraen a la banca global

EconomíaLas finanzas islámicas atraen a la banca global

Las finanzas islámicas atraen a la banca global

El capital islámico abrió el apetito a los banqueros, administradores de fondos, consultores de negocios, contadores y abogados de Asia, Europa y Estados Unidos. Conscientes del enorme potencial de ese mercado, los inversionistas internacionales cada día están tomando más en serio la sharia.

Por Donald Greenlees

John Lim estaba de viaje por el Medio Oriente en 2002 buscando inversionistas, cuando se dio cuenta de que algo le faltaba a su presentación de oferta. A su público le gustaba lo que estaba vendiendo: inversiones en una inmobiliaria asiática por medio de un negocio al estilo boutique de administración de fondos que había creado con el multimillonario hongkonés Li Ka-Shing. Sin embargo, los potenciales clientes de la región exigían que las inversiones cumplieran con las restricciones de su religión.

Dos años después, la firma de Lim, ARA Asset Management, se incorporó a uno de los sectores financieros con el crecimiento más rápido a nivel global. ARA, con sede en Singapur, lanzó un fondo inmobiliario asiático al valor de 450 millones de dólares, el cual sería administrado e invertiría de acuerdo a la ley islámica, sharia. “Creemos que el capital islámico ofrece un mercado potencial enorme”, señaló Lim.

De hecho, existe un creciente interés en el mercado islámico entre los banqueros, administradores de fondos, consultores de negocios, contadores y abogados de Asia, Europa y Estados Unidos.

A mediados de 2004, el mercado financiero islámico consistía en 265 bancos con activos e inversiones por un valor de más de 262.000 millones de dólares y 400.000 millones de dólares, respectivamente, según un informe de la Organización Internacional de Comisiones de Valores.

El documento estima que aun cuando representan una pequeña parte de la industria global, la banca, inversiones y mercado de capitales islámicos han crecido entre el 10% y el 20% anual durante la última década. Además, concluye que en los próximos 10 años, aproximadamente la mitad de los ahorros de los 1.300 millones de musulmanes del mundo se encontrarán depositados en bancos islámicos.

Por otra parte, los expertos señalan que el mercado financiero islámico ha experimentado un fuerte impulso debido a que cada vez más musulmanes buscan invertir su capital en negocios islámicos. Asimismo, aumenta la variedad y sofisticación de las opciones disponibles en este ámbito.

Los banqueros y analistas atribuyen esta expansión a una serie de factores: los precios históricamente altos del petróleo que han inundado el Medio Oriente con dinero; una mayor disponibilidad de productos que satisfacen los requisitos de la sharia y más conciencia respecto de sus obligaciones religiosas entre los inversionistas musulmanes.

La sharia

La sharia, contenida en el Corán, el libro sagrado islámico que ejemplifica la vida del profeta Muhammad, rige todos los aspectos de la vida de los musulmanes, incluidos los asuntos financieros.

Entre las actividades comerciales prohibidas se encuentran la producción y venta de alcohol y tabaco y las inversiones en casinos y hoteles que venden alcohol.

Una de las reglas financieras básicas del Islam es la prohibición del pago de intereses de préstamos o depósitos. También prohíbe tomar ciertos riesgos, sobre todo si estos involucran actividades financieras que se asemejan a las apuestas, y promueve establecer vínculos entre los ingresos y la productividad, compartir las ganancias y celebrar contratos equitativos.

En los contratos basados en la sharia más sencillos, conocidos como musharakah o mudarabah, los bancos evitan cobrar o pagar intereses compartiendo las ganancias y los riesgos con el cliente, efectivamente desempeñando un rol de socio equitativo.

“Básicamente, lo que dice el Islam, es que uno no debe esperar grandes ganancias sin hacer nada”, señala David Vicary, un consultor bancario radicado en Kuala Lumpur con 33 años de experiencia en el sector bancario británico y norteamericano. Hace 10 años se convirtió al Islam y es experto en finanzas islámicas.

Impulsado por las oportunidades que presenta el sector, Singapur, un bastión de los mercados capitales convencionales, ha comenzado a cortejar el dólar musulmán. El año pasado, Goh Chok Tong, ex primer ministro de Singapur y actual presidente de la autoridad monetaria de ese país, dio a conocer planes para establecer vínculos con el Medio Oriente con el objetivo de convertir a Singapur en un centro regional para las inversiones en el mercado de capital, servicios bancarios privados y administración de fondos islámicos.

La autoridad monetaria creó un equipo asesor destinado a orientar el desarrollo del mercado financiero islámico. En abril último, Singapur adquirió membresía completa en la Junta de Servicios Financieros Islámicos, entidad internacional que presta asesoría sobre la regulación y fiscalización del mercado financiero. Todas estas acciones están destinadas a convertir a Singapur en el vínculo entre el pujante mercado chino y los adinerados inversionistas del Medio Oriente que desean invertir en instancias que respetan la sharia.

Secretos de un negocio redondo

Los conocedores de países islámicos, tal como Li Ka-Shing y su imperio inmobiliario, el grupo Cheung Kong, avizoraron las posibilidades. El año pasado, ARA Asset Management, empresa de la cual Cheung Kong es socio, firmó un acuerdo con el Banco Islámico de Dubai destinado a crear un fondo inmobiliario con una proyección de ganancias anuales de un 20%.

No obstante, el creciente interés en estos nuevos productos financieros se observa a nivel mundial. Los bancos más importantes, tales como Citigroup, HSBC, Standard Chartered, BNP Paribas y Deutsche Bank, cuentan con divisiones islámicas.

La división de operaciones financieras islámicas del Deutsche Bank, con sede en Londres, señaló que en los próximos seis meses lanzará 50 nuevos productos islámicos tras adecuar sus prácticas a los requisitos de la sharia.

Deloitte, consultora norteamericana que presta servicios de consultoría financiera, decidió en febrero último incorporarse al sector. La compañía espera ofrecer una variedad de servicios, desde asesoría sobre cómo estructurar acuerdos que respeten la sharia, hasta auditorías contables y análisis en conformidad.

Vicary, quien hasta hace poco encabezaba las oficinas de asesoría de Deloitte en Kuala Lumpur y dirigió la incorporación de la compañía en el sector financiero islámico, señala que venció el escepticismo inicial de los ejecutivos de la firma cosechando altas tasas de ganancias al ejercer en el sector. “Desde la nada hemos creado una empresa que genera ganancias de varios millones de dólares al año en los primeros 18 meses”, dijo.

Hace poco, Vicary abandonó Deloitte para unirse a un banco islámico en Malasia, pero su ex equipo continúa trabajando con el objetivo de alcanzar un crecimiento aún más acelerado. Según Vicary, “dentro de cinco años podría llegar a ser una firma de consultoría por un valor de 500 millones de dólares”.

La fuente: International Herald Tribune.

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