El tabú del preservativo en Zanzíbar
Las campañas para luchar contra el VIH/Sida a menudo se centran en la estrategia ABC (iniciales en inglés de abstinencia, fidelidad y preservativos). Sin embargo, en la isla de Zanzíbar (Tanzania), conservadora y mayoritariamente musulmana, el preservativo sigue siendo tabú y, en raras ocasiones, se incorpora su uso en las campañas públicas de prevención. Médicos del Mundo, que desde 2002 impulsa un proyecto para evitar la transmisión de madre a hijo del virus, trabaja con cautela en la prevención de la epidemia adaptando los mensajes y distribuyendo preservativos a pesar de las dificultades.
Por Guillermo Algar
En un póster de la Comisión del Sida de Zanzíbar en Stone Town, la principal ciudad de la isla, se puede leer: “Nuestra cultura es el mejor tratamiento para el VIH/Sida. Observar nuestra cultura y religión detiene la expansión de la enfermedad”. Este cartel ilustra la realidad de una isla paradisíaca en la que tradición y la religión influyen decisivamente en la forma de abordar la lucha contra la epidemia.
Fadhil Soraga, secretario de la oficina del mufti (el jurisconsulto islámico intérprete de la sharia o ley islámica y con capacidad para emitir dictámenes legales) tiene una postura muy clara ante el preservativo. “Creemos que la promoción del uso del preservativo promueve el sexo ilegal, sobre todo entre los jóvenes”, afirma en declaraciones a la Agencia de noticias de Naciones Unidas, IRIN. “La auténtica campaña es A y B”,
Mientras las campañas y charlas de sensibilización sobre el VIH/Sida en Zanzíbar pueden aconsejar a la población sobre la abstinencia y la fidelidad, estos mensajes eluden hablar del uso del preservativo como un medio de prevenir el contagio del virus.
En 2003, un estudio gubernamental financiado por Naciones Unidas en las islas de Unguja y Pemba detectó que la prevalencia del sida entre la población era del 0,6 por ciento. Este porcentaje era relativamente bajo en comparación con el resto de un país como Tanzania, en el que la prevalencia de la enfermedad es del 7 por ciento. Sin embargo, en los últimos años, el número de afectados no ha dejado de crecer. Ameir Khamis, coordinador de epidemiología, calcula que 8.000 habitantes de Zanzíbar viven en la actualidad con VIH, mientras que en 2002 eran 6.000 las personas infectadas por el virus, según explicó a IRIN.
Las causas del aumento son diferentes y varían en función de la institución a la que se consulte. Así, Fadhil Soraga, culpa del aumento de la prevalencia del VIH/Sida a la degeneración de la moralidad de la isla. “A pesar de las reiteradas llamadas religiosas y de los numerosos seminarios sobre VIH/Sida realizados en Zanzíbar, el número de casos de VIH se ha incrementado porque la gente no quiere cambiar su conducta”, dice Soraga. “Debemos reformar nuestro comportamiento, principalmente absteniéndonos del sexo ilegal”.
Para Médicos del Mundo el estigma y el silencio que rodean al sida tienen mucho que ver con este incremento. Estos dos aspectos, unidos a la discriminación que padecen los afectados por la enfermedad constituyen verdaderos obstáculos para la prevención, el tratamiento y el cuidado a los pacientes con VIH/Sida en Zanzíbar, según Irene Casas, coordinadora del proyecto de Médicos del Mundo en la zona. ”Estas barreras se interiorizan tanto que la población no busca diagnóstico ni tratamiento”, explica Casas. “Las principales causas del estigma son el conocimiento incompleto del sida, el miedo a la muerte y a la enfermedad, las normas sexuales y la falta de reconocimiento del propio estigma”.
Médicos del Mundo, trabaja con cautela en sus campañas contra la epidemia. “Utilizamos muchas maneras de transmitir el mensaje para detener la expansión del sida y de otras enfermedades de transmisión sexual, pero hablar sobre preservativos en la sociedad de Zanzíbar es todavía muy difícil”, dice Irene Casas.
Aunque el Gobierno y las instituciones religiosas son reacios a promover el preservativo, su uso está en aumento, principalmente entre los jóvenes. Ramadhani Hassan, coordinador local de Médicos del Mundo, confirma que el consumo de condones se ha incrementado: “En las últimas fiestas populares de junio y julio distribuimos 90.0000 unidades gratuitos”.
Sin embargo, este aumento no viene acompañado de un cambio de mentalidad entre las clases dirigentes. “Los líderes de la comunidad (civiles y religiosos) no están preparados para la teoría del uso del preservativo” asevera Khamis.
Estigma y discriminación
La Asociación de Personas con VIH/Sida de Zanzíbar asegura que las personas afectadas por el virus sufren el aislamiento social y psíquico por parte de su familia, los amigos y la comunidad. La discriminación a menudo se extiende al lugar de trabajo y dificulta el acceso a los servicios públicos, según la agencia humanitaria de noticias.
Por otro lado, la imposibilidad de las mujeres de negociar el uso del condón también se ha demostrado como una barrera para prevenir la expansión del virus. En este sentido, Hassan ha identificado que la falta de confianza impide a las mujeres solicitar a sus parejas que usen preservativos, lo que las coloca en una situación de alto riesgo, situación que ya tiene su reflejo en los últimos informes. Así, un estudio realizado por el Gobierno en 2003 mostró que las nuevas infecciones entre las mujeres eran tres veces más altas respecto a las producidas entre los hombres. Una discriminación más que añadir a una situación preocupante.
La fuente: Agencia de Información Solidaria (AIS)