Ahmed Qureia, conocido como Abú Alá, quien se desempeñaba como vocero del Consejo Legislativo Palestino, fue designado el 8 de septiembre de 2003 primer ministro, en reemplazo de Mahmoud Abbas (Abu Mazen), quien presentó su renuncia al cargo dos días antes.
Nació en Abu Dis, Jerusalén, en 1937 y es un hombre de negocios. Se unió al partido Al-Fatah de Yasser Arafat, que integra la OLP, a finales de los años sesenta, pero no alcanzó cargos importantes en la estructura partidaria sino hasta mediados de los 70, cuando tomó a su cargo tareas económicas y la constitución de empresas de producción en el Líbano.
Por los 80, los negocios de la OLP generaban ingresos de aproximadamente 40 millones de dólares anuales y, con 6.500 empleados de jornada completa, se convirtió en uno de los patrones más grandes del Líbano.
Cuando la OLP fue forzada a dejar el Líbano, Abú Alá fue a Túnez con Arafat. Con la muerte o asesinato de algunos importantes líderes de la OLP, él fue ganando gradualmente mayor influencia, hasta que fue elegido miembro del comité central de Al- Fatah en 1989.
Fue uno de los principales negociadores palestinos en las conversaciones confidenciales con los israelíes que condujeron a los Acuerdos de Oslo, y desde entonces ha participado en numerosas negociaciones con los israelíes.
Uno de sus contribuciones principales, según el analista Yezid Sayegh, es la creación de un plan de desarrollo palestino que se presentó al Banco Mundial en 1993.
Fue Abú Alá quien propuso la idea y diseñó el plan de desarrollo estratégico para los territorios palestinos, un documento central de la OLP.
También ayudó a la creación del Consejo Económico Palestino para el Desarrollo y la Reconstrucción, antes de seer elegido para encabezar el Consejo Legislativo palestino.
Abú Alá está considerado un hombre de gran carisma y encanto personal. Se lo describe como tolerante y con buen sentido del humor, características que indudablemente contribuyeron a su designación como negociador.
Veterano en las negociaciones con los israelíes, se ha ganado amistades con sus colegas negociadores israelíes que participaron de los acuerdos de Oslo.
Él sostiene la necesidad de regresar a la mesa de negociaciones con los israelies.
Bajo la ley Palestina, si el presidente muere o queda incapacitado, es el vocero del Consejo Legislativo quien quedará interinamente a la cabeza de la Autoridad Palestina hasta que se sostengan elecciones.
Pero aunque Arafat ha nombrado a Abú Alá como uno de los dos posibles sucesores, a él puede perjudicarlo el hecho de que no tiene ninguna base de poder dentro de la OLP.
Según el analista político palestino Ghassan al-Khatib, el poder de Abú Alá se centra en las estructuras de la Autoridad Nacional Palestina surgidas de Oslo, que las incursiones militares israelíesn han hecho mucho para destruir. Esto lo hace menos poderoso para una eventual dirección futura de su pueblo.
Su orientación hacia el desarrollo económico complace a la elite comercial de Cisjordnia y Gaza. También podría ser bien aceptado por la oposición democrática y la clase media educada.
Pero él es poco atractivo para las masas. Le falta una maquinaria política propia, por lo que los analistas dudan de que pudiera ganar una elección presidencial.
Abu Ala ha sido miembro del Comité Central de Al-Fatah desde 1989 y también ha sido un miembro del Comité Central de la OLP y ministro de Economía.