La espía que yo amé
El diario Sunday Times reveló en su edición del 6 de abril de 1997, casi once años después de la operación de secuestro de Vanunu, la verdadera identidad de “Cindy”, la espía israelí que ayudó a capturarlo. La misteriosa rubia es Cheryl Ben Tov, que hoy tiene 40 años y que fue descubierta en Orlando, Florida, donde vivía en un lujoso chalet junto a su marido Ofer, un ex oficial de inteligencia israelí, dedicada a los negocios inmobiliarios.
Por Edgardo Krawiecki
El caso Vanunu conmovió a la opinión pública internacional por sus ribetes de película de espías. Vanunu vendió una vaca sagrada de Israel: sus secretos atómicos. Fue condenado a cumplir 18 años de cárcel. En Israel los ecos tardaron años en apagarse, y desde hace algunos años grupos de derechos humanos ventilaron su caso para que le mejoraran sus condiciones carcelarias.
El Sunday Times tuvo la primicia del caso Vanunu el 5 de octubre de 1986 bajo el título “Los secretos nucleares de Israel” , con una cobertura impresionante. Desde entonces -o más bien desde el momento mismo que lo secuestraron cinematográficamente a Vanunu en septiembre del 86-, el periódico londinense estuvo detrás de la búsqueda de la identidad de la rubia “Cindy”, la misteriosa jovencita del Mosdad que se hizo pasar por turista noteamericana.
Cindy lo convenció a Vanunu de que viajaran a Roma para mantener un romance. En el yate en el que viajaban, Vanunu fue “nockeado” y le aplicaron una inyección. Lo drogaron y lo regresaron a Israel. Cuando reaccionó, ya estaba sentado en el tribunal frente a los jueces que lo juzgaron.
Nadie supo nada de Cindy, contó Uzi Majanaimi en el Sunday Times del 6 de abril de 1997. Desde 1988 se creía que estaba en la clandestinidad. Más aún, se suponía que ella había sido enviada por el Mossad a algún destino en Sudamérica.
Lejos de esto, Ofer y Cheryl Ben Tov viven al tope el “estilo americano”. Constituyen un modelo de familia judía acomodada, envían a sus dos pequeñas niñas a una escuela judía y cumplen con las tradiciones de las festividades hebreas. Cheryl proviene de una familia acomodada. Su padre vendió el negocio familiar de “tiro al blanco” en 32 millones de dólares.
Los Ben Tov se mueven entre amigos casi exclusivamente israelíes, y suelen pasar temporadas en su departamento de Kojav Iair, al norte de Tel Aviv. Según sus vecinos israelíes, Cheryl Ben Tov continuaba trabajando para el Mossad.
Cheryl llegó a Israel a los 17 años, tras la separación de sus padres, y al año siguiente entró en el ejército. Estuvo en una unidad en el kibutz Iad Janá, donde conoció a quien sería su futuro marido. Cheryl registró en el test de coeficiente mental 140 puntos, que sumados a su origen norteamericano y a su compromiso con Israel la convertían en carne de inteligencia.
El Mossad la reclutó invitándola a una reunión “en el despacho del primer ministro”, y tras tres días de exhaustivos test psicológicos siguieron dos años de entrenamiento intensivo. Luego le dijeron que iba a hacer de “acompañante femenina” en varias partes del mundo. Cheryl se sentía incómoda con este papel.
La mejor mujer del Mossad fue enviada como agente encubierta a varios países árabes. Hasta que en 1986, mientras disfrutaba de unas cómodas vacaciones en Israel, le dijeron de un día para el otro que debía viajar a Londres con el nombre de su hermana, Cinthia Hanin. En Londres la esperaba un equipo liderado por un ex jefe del Mossad, Beni Zeevi. Cuenta Majanaimi que el mensaje del primer ministro Shimon Peres fue claro: “Encuentren a Vanunu y tráiganlo de vuelta, pero vivo”.
Peres estaba indignado con el hecho de que Vanunu, un simple técnico de la central nuclear de Dimona le hubiera dicho al mundo lo que Israel siempre negaba sobre su poderío nuclear. “Tráiganme a ese hijo de puta acá” le espetó Peres a Najum Admoni, entonces jefe del Mossad.
Loco por ella
El Sunday Times le había pedido a Vanunu que tuviera especial cuidado en no hablar con nadie hasta que se publicara la primicia y le advirtió que no fuera al exterior. Pero cuando conoció a Cindy se olvidó de todos los reparos. Y cuando ella lo invitó a la casa de su hermana en Roma, él estaba perdidamente loco por ella.
Uzi Majanaimi fue entrevistado en Radio Israel por la periodista Sheli Iejimovich. Narró que estuvo tras los pasos de Cindy durante meses y que la encontró en Orlando de casualidad. Y conseguir la foto le llevó diez días. Contó que ella se mostró muy sorprendida, que no quiso que la entrevistara pero que al hablar en hebreo y entrar en confianza se “fue de boca” y terminó confesándole que era “Cindy”.
Majanaimi le propuso a cambio de un dinero que ella le contara toda su historia. Le prometió que si le narraba toda la historia él no revelaría el lugar donde vive. Ella no lo aceptó.
La fuente: el autor es periodista de Reshed en la Red, publicación electrónica israelí en español (http://www.netmor.com/red-telaviv)