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jueves, mayo 9, 2024

Un árbol que sólo vive en Marruecos

CienciaUn árbol que sólo vive en Marruecos

Víctima durante años de la tala indiscriminada y de la falta de cuidado, la “argana espinoza” es una especie con múltiples virtudes y que tiene gran valor tanto para el ecosistema como para la economía regional. Actualmente, está en marcha un programa para proteger este árbol que ha sido declarado patrimonio de interés por la Unesco y que no se ha logrado desarrollar en ningún lugar del mundo que no sea el suelo marroquí.

Por Khadija Alaoui

Desde los comienzos de la década del 90, diferentes coloquios y seminarios trataron la situación de la argana marroquí. Los resultados fueron siempre alarmantes. La argana se muere. En menos de medio siglo, dicen los especialistas, la densidad media de la argana pasó de cien árboles por hectárea a treinta, mientras que las superficies cubiertas retroceden un promedio de 600 hectáreas por año. Esta situación no solamente tiene consecuencias negativas para el ecosistema, sino también graves repercusiones sobre la economía de la región.

Verdadero patrimonio natural reconocido y declarado de interés por la Unesco, la argana tiene el estatus de reserva de biósfera. Este árbol, de múltiples virtudes, llamado bendición de los dioses, constituye la última defensa contra la desertificación. Es también irremplazable para la conservación de los suelos y de las pasturas y para la lucha contra la erosión.

Gracias a sus raíces, que pueden alcanzar varios metros de largo, la argana contribuye a la fijación de los suelos a los que enriquece, además, con las materias orgánicas que brindan sus hojas muertas. Bajo una argana, alrededor de cien especies vegetales deben su supervivencia a su abrigo protector. Por otra parte, no existe en ninguna parte más que en Marruecos, ya que todos los intentos de implantarlo en otras regiones del mundo fracasaron.

La argana espinoza -éste es su nombre científico- es, según los especialistas, “una expecie xerófila y temófila que no puede vivir más que en condiciones muy estrictas de temperatura y humedad”. Este árbol se desarrolla sólo en la época de clima muy cálido y, extremadamente resistente, vive en condiciones muy difíciles, en una región donde la lluvia es rara. Protegido por viejas leyes, este árbol igualmente continúa siendo víctima del trato irreflexivo del hombre y de una explotación desenfrenada y descontrolada. A pesar de haber resistido durante millones de años a factores climáticos muy desfavorables, la argana podría, si no se toman las medidas adecuadas, simplemente desaparecer.

Por suerte, acciones cada vez más coordinadas, más reflexivas, están actualmente en marcha para preservar y rehabilitar este recurso económico natural. Las cooperativas creadas en la región tuvieron el objetivo de rehabilitar y dar una segunda vida a la argana, por medio de un proceso de extracción de su aceite. La creación en 2003 de un área protegida, en la región de Taroudan, ha sido otra acción, también muy loable, que apunta a proteger al máximo este árbol siempre amenazado.

“En el árbol, hay dos frutos. El fruto de estación y el de contraestación. Cuando la cabra salta sobre el árbol, consume todo. En nuestro lugar, habrá cercas y se propondrá a la gente llevar sus cabras a pastorear a otro sitio. También se les ofrecerá darles el equivalente del alimento consumido por el animal. Además de la pulpa, les daremos también a estas cabras el orujo, que contiene el 49% de proteínas. Cada árbol puede darnos un rendimiento de 50 dinares. Esta cabra dará, cuando se la quiera vender, entre 400 y 450 dinares mientras que ha destruido un mínimo de 30 árboles que cuestan 1500. Destruyó, además, el coque, que es un buen combustible”, explican los iniciadores de esta acción que aseguran que la plantación protegida debería contribuir a hacer renacer la economía de toda la región.

La medidas científicas apropiadas para comprender y asegurar la subsistencia de la argana pueden darnos hoy esperanza. La Fundación Mohammed VI para la investigación y la salvaguarda de la argana, creada en 2004, en

Essaouira, apunta justamente, como explicaba André Azoulay, consejero del rey y presidente de la fundación, a “agrupar e impulsar todas las iniciativas tendientes a salvar, proteger y valorizar la argana de Marruecos y sus productos derivados”.

Un árbol “multiuso” La madera: extremadamente dura, es muy apreciada como material de carpintería y para la fabricación de todo tipo de herramientas agrícolas. Como es densa, se consume lentamente y es muy utilizada como combustible, en forma de carbón.

El forraje: las hojas son consumidas por los camellos y las cabras. La pulpa de los frutos también es una fuente nutritiva para los animales. El orujo, residuo de la extracción del aceite, es utilizado como complemento energético para el engorde de bovinos.

El aceite: extraido del fruto, es comestible, con un gusto agradable y posee propiedades nutritivas muy interesantes, ya que está constituido por un 80 % de ácidos grasos no saturados.

Otros usos: el aceite y otros productos derivados del árbol han sido usados desde hace mucho tiempo por la farmacopea tradicional.

Durante sus primeros meses de actividad, la fundación se volcó fundamentalmente a “la apertura de ciertos caminos que son vitales estructural, económica y científicamente para la preservación de la especie y para una racionalización de todo lo relacionado con la argana y los productos derivados”, explica el presidente de la fundación.

La lucha contra los talas furtivas y podas ilegales es una de las acciones que, junto con la gendarmería real, inició la fundación, además de un operativo de inventariado de estudios, investigaciones y encuestas alrededor del tema, con el objetivo de disponer de una descripción precisa de todo lo que hace al espacio en el que se desarrolla esta especie y de todo lo que se desarrolla en ese espacio.

La esperanza está puesta en que el desmonte y el sobrepastoreo del que es actualmente víctima la argana no sea más que un mal recuerdo, ya que en esto se juega el futuro de un árbol único en el mundo.

La fuente: Le Matin du Sahara et du Maghreb. 100.000 ejemplares, Marruecos, periódico. El antiguo “Pequeño marroquí” de la época del protectorado se transformó en “La mañana del Sahara”, luego tomó su nuevo nombre en el momento de la “Marcha verde”. Oficial y bilingüe. http://www.lematin.ma/. La traducción del francés pertenece a María Masquelet para elcorresponsal.com.

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