Irak ¿más cerca o más lejos del mundo árabe?
El asesinato del diplomático egipcio en Bagdad buscó castigar al gobierno de El Cairo por su cooperación con los Estados Unidos, pero no es ésta la única lectura que puede hacerse de este ataque, también tendría la intención de evitar que Irak restableciera sus vínculos con los demás países y, fundamentalmente, se alejara del mundo árabe.
Por Nada Omrane
El asesinato del jefe de la misión diplomática egipcia en Bagdad, Ihab Al-Chérif, tiene más de una interpretación en el contexto complejo y crítico de Irak. Por una parte, y como fue anunciado en el comunicado de la rama iraquí de Al Qaeda, grupo dirigido por el islamista jordano Abu-Moussab Al-Zarqawi, la operación está dirigida contra el gobierno egipcio, por “la cooperación entre El Cairo y los Estados Unidos para asegurar los designios de Washington en Bagdad”.
Pero, por otro lado, este asesinato constituye una suerte de llamado de atención al mundo en general y a los países árabes en particular, para impedirles que eleven su nivel de representación diplomática en Bagdad. Egipto y su diplomático, Ihab Al-Chérif, serían entonces las primeras víctimas, ya que Egipto supuestamente fue el primer país árabe en nombrar un embajador en Irak. Es al menos lo que se percibe y se repite en Bagdad, puesto que Egipto desmintió haber aumentado el nivel de su representación diplomática y afirma que el diplomático asesinado era un encargado de negocios. Pero el 22 de junio último, durante una conferencia internacional de ayuda a Irak que se desarrolló en Bruselas, el ministro iraquí de Relaciones Exteriores, Hoshyar Zebari, dijo que Egipto era “el primer país árabe en haber nombrado un embajador en Bagdad”.
En este contexto de ataques a diplomáticos, se supo también que el emisario de Bahrein en Irak, Hassan Mallala Al-Ansari, fue víctima de un asalto a mano armada en el barrio de Al-Mansour. El diplomático acababa de ser promovido al rango de embajador de la pequeña monarquía del Golfo. En cuanto al embajador de Paquistán, Younis Khan, que salió ileso de un ataque a su comitiva, debió dejar Irak. El auto blindado del embajador de Rusia también fue atacado en la ruta al aeropuerto. Estos hechos muestran que los grupos islamistas decidieron tomar por objetivo a los diplomáticos destinados en Bagdad, probablemente con la intención de impedir que Irak tenga relaciones con otros países, sobre todo árabes y musulmanes.
Ante este panorama, el gobierno iraquí decidió ofrecer escoltas policiales a los diplomáticos destinados en Bagdad. “Antes, los diplomáticos rechazaban ser custodiados por la policía, pero ahora vamos a protegerlos -afirmó el presidente iraquí, Jalal Talaban-. Vamos a tomar medidas para cuidar las embajadas y a los diplomáticos, especialmente en el barrio de Al-Mansour, donde están la mayoría de estas residencias.” Complicar la tarea del gobierno
De todas maneras, el asesinato del diplomático egipcio no hizo más que complicar la tarea del gobierno iraquí, que tuvo en el curso del último período que poner orden en lo que concierne al trabajo de las embajadas en Bagdad: Gran Bretaña, algunos países occidentales de América latina y de Asia habían reabierto sus embajadas en Bagdad y nombrado representantes de alto nivel. Fue entonces cuando las críticas iraquíes contra los países árabes que no hicieron lo mismo aumentaron. Inclusive, el presidente Talabani y el jefe de gobierno Al-Gaafari se expresaron en este sentido. Entonces Jordania nombró a su embajador y Egipto designó a Ihab Al-Chérif, que era considerado en Bagdad como embajador.
El asesinato aumentó las dificultades del gobierno iraquí. Él también recibió un mensaje que significa que las misiones diplomáticas estarán en peligro y que el retorno a la vida política normal en Irak es imposible. De allí la irritación de los responsables iraquíes. Haguem Al-Husseini, presidente de la Asamblea Nacional, le dijo a Al-Ahram Hebdo que “el embajador asumía una parte de la responsabilidad al salir sin escolta”, y aseguró que el operativo tenía por blanco “la totalidad de la vida política iraquí. Busca romper los lazos entre Irak y el mundo árabe, o el mundo entero”. Para él, los países árabes “hermanos, con Egipto a la cabeza, son conscientes de la gravedad del peligro que amenaza a Irak. Entonces intentan respaldarlo. Egipto tomó la iniciativa de asegurar la formación de cuadros del ejército y de la policía iraquí. Mostró así su visión nacional de sostener a Irak”. Pese a todo, Al-Husseini se muestra optimista en que lo sucedido no va a afectar las relaciones entre los dos países.
El vocero oficial del primer ministro, Laith Kouba, había calificado el asunto como “una tentativa de intimidación destinada a los países extranjeros para que no mejoren el nivel de su representación en Irak. Es un mensaje dirigido a los que tienen la intención de abrir misiones diplomáticas en Irak. El hecho de secuestrar a un embajador es una manera de demostrar la impotencia del gobierno frente a estos grupos terroristas”.
De todas maneras, esto tuvo un efecto disuasivo, al menos en el corto plazo, ya que Jordania demoró el envío de su embajador, aunque anunció que no renunciará a hacerlo. El viceprimer ministro jordano, Marwan Moasher, aseguró que su país seguía pensando en nombrar a un embajador en Irak, aunque la guerrilla haya tomado a los diplomáticos como blanco. Diferencias entre Egipto e Irak
Pero el asesinato del encargado de negocios egipcio tendría otras lecturas, según Bagdad. El gobierno iraquí pidió que se investiguen las eventuales relaciones entre Egipto y la guerrilla, después del asesinato de Al-Chérif. “La investigación se centra en el hecho de que Egipto haya intentado ayudar a alcanzar una solución política en Irak, buscando contactos con grupos activistas sunnitas e inclusive con insurgentes -declaró el vocero del primer ministro iraquí Ibrahim Jaafari, Laïth Kouba-. Esto podía darnos una idea sobre la manera en que el diplomático dejó su domicilio sin guardias y fue secuestrado en la calle”. Además, resaltó que el gobierno iraquí nunca tuvo la confirmación de los diplomáticos egipcios de que hubieran estado en contacto con la guerrilla o con grupos fundamentalistas y que estas informaciones están basadas en investigaciones realizadas por el gobierno. El jefe de la diplomacia egipcia respondió duramente a estos comentarios y acusó a las autoridades iraquíes de querer justificar la muerte del diplomático.
En un contexto más amplio, el asesinato ha tenido una gran repercusión, al destacar la importancia de la representación árabe en Irak. El secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa, afirmó que el asesinato tuvo como objetivo separar “a Irak de su entorno árabe” y agregó que “la presencia diplomática árabe en Bagdad expresa los profundos lazos de amistad y de relación árabes con el pueblo iraquí en su totalidad y confirma la identidad árabe de ese país”. Y precisó que las amenazas contra la seguridad de los diplomáticos en Bagdad “benefician a todos aquellos que quieren romper los lazos de Irak con el mundo árabe”.
El comentario de Moussa es claro. Se refiere a Irán, hoy muy influyente en la escena iraquí. Los llamados a ubicar a Irak en otro contexto que el árabe se suceden. Si la mayoría de los iraquíes prefiere permanecer en el seno de una patria única que agrupe varias etnias y comunidades, elementos extremistas consideran que hay que sacar a Irak fuera del contexto árabe. Los kurdos contribuyen en gran medida a alimentar esta corriente.
Las consecuencias del asesinato de Ihab Al-Chérif son múltiples. Si hay una intención directa de la rama iraquí de Al Qaeda de reprobar la actitud del gobierno egipcio por haber enviado un embajador a Bagdad, hay también la idea de resaltar la impotencia del gobierno transitorio iraquí. Sería la prueba de su incapacidad de cumplir con sus deberes, sobre todo en el plano de la seguridad, tanto del pueblo iraquí como de los representantes árabes y extranjeros en Irak.
La fuente: Al-Ahram Hebdo. 10.000 ejemplares, Egipto, semanario. Una publicación del grupo Al Ahram destinada a los francófonos. (www.ahram.org.eg/hebdo/). La traducción del francés pertenece a María Masquelet para elcorresponsal.com.