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viernes, mayo 17, 2024

Baradei, Ahmed Amadeo

BiografíasBaradei, Ahmed Amadeo

Ahmed Amadeo Baradei fue un diplomático y dirigente político sirio, nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1930 y fallecido en Damasco en 2010.

Al compás de las convulsiones en el Medio Oriente, su vida se fue asemejando al argumento de una novela de aventuras, con viajes incontables, amenazas, encarcelamientos, peligros de muerte, compromiso político, guerras.

Ahmed nació en la Argentina, el 10 de enero de 1930, en el seno de una familia de inmigrantes procedentes de la localidad siria de Yabrud, pero en el país no habría de permanecer más que dos años: los padres habían decidido regresar a su pueblo natal, Yabrud, donde Ahmed pasaría su infancia y adolescencia, etapa en la que comienza a interesarse en la política.

A los 17 años se enrola en el recientemente creado Partido Árabe Socialista Baa´th, una formación pan árabe con representación en diversos países de la región que años más tarde llevaría al poder a Hafez al-Assad en Siria y más adelante a Saddam Hussein en Irak.

En 1966 las vicisitudes políticas de Ahmed, que por entonces también se desempeñaba como profesor de árabe y geografía y luego como director de un establecimiento educativo, cobraron vértigo. Diversas purgas internas dentro del régimen sirio generaron enfrentamientos entre el líder Haffez al-Assad y dos adversarios de la misma formación, Salah Jedid y Nur Eldin Atasi. Baradei, enrolado en la corriente interna de estos últimos, sufre los efectos de las convulsiones y conoce la cárcel y luego el destierro. Hasta que por un pedido del gobierno iraquí, gobernado también por el partido Baa’th, varios disidentes sirios son liberados de la prisión y expulsados del país.

Ahmed opta por trasladarse al Líbano, donde sigue ligado a los grupos opositores a Al-Assad. Cuando la situación se torna insostenible y se hace evidente que su vida peligra (para entonces la Justicia siria lo había condenado en ausencia a la pena de muerte), acepta una invitación del gobierno iraquí, por entonces liderado por Al Bakr y luego por Saddam Hussein, y se traslada con la familia a Bagdad. Ahmed ya estaba casado con Zulema Fathala, también argentina de origen árabe, de cuya unión nacieron Nada y Abdul Kader, ambos en Kuwait, y Al-Musanna, en Siria.

En la capital iraquí, Baradei retoma su militancia en el Partido Baa’th, en la Comisión Nacional Siria del exilio, y se convierte rápidamente en un referente político en el seno del oficialismo iraquí.

En 1975 el gobierno de Saddam Hussein lo nombra segundo secretario en la embajada de Irak en la Argentina (luego ascendería al rango de encargado de negocios). En 1979 Ahmed Baradei es destinado a España y el resto de la familia se traslada a Siria, adonde Ahmed no podía regresar, ya que la pena que pendía sobre su cabeza no había sido conmutada.

Durante su estancia en España, su esposa muere en un accidente automovilístico en Siria, pero él no puede asistir al velatorio ya que se mantenía vigente la prohibición para que ingresara en el país.

Baradei logra reunir nuevamente al núcleo familiar en Bagdad. Golpeado por la muerte de su esposa y por los constantes vaivenes de la situación política regional, propone a los hijos alejarse de la región y radicarse en Buenos Aires, ciudad en la que permanecerán desde 1981 hasta 1989, período en el cual sus hijos obtendrán la nacionalidad argentina. Por entonces, Baradei decide apartarse de la actividad política e instala un restaurante de cómida árabe (Alí Baba, en las calles Pueyrredón y San Luis, de la capital argentina) que pronto se convertiría en un punto de encuentro de la numerosa colectividad árabe local, así como de sus “primos” judíos y otros enamorados de la refinada gastronomía árabe.

Pero diversos hechos, muchos de ellos fortuitos, seguirán arrastrando a Baradei y su familia a diversos destinos. De manera casi coincidente, una multinacional argentina contrata a Abdul Kader y a Al-Musanna Baradei para trabajar en Irak, aprovechando los conocimientos de idioma y de costumbres que manejaban los hijos de Baradei, mientras que el jefe de familia es tentado por el gobierno iraquí para retornar a la política.

El futuro se mostraba promisorio. Irak e Irán habían concluido la devastadora guerra que los había enfrentado durante 8 años y había mucho que hacer por la reconstrucción.

La guerra contra Irak de 1991 encuentra a Ahmed y a su hijo Al-Mussana en Bagdad, donde soportan los bombardeos norteamericanos. Ambos permanecieron en el país durante toda la Guerra del Golfo. Fueron los únicos dos ciudadanos argentinos que lo hicieron. Y vivieron experiencias desgarradoras. Tras ello, Ahmed Baradei se casa con una mujer iraquí y permanece en Bagdad hasta la invasión a Irak de 2003, donde presenció el ataque y sus desgarradoras consecuencias con sus compañeros y vecinos.

Tras esa experiencia, Ahmed Baradei logró escapar en un barco que contrabandeaba petróleo hacia Abu Dhabi y recibió una amnistía del presidente Bashar al-Assad para regresar a Siria, su segundo país. Todo esto, mientras a su querida Bagdad la fagocitaban las llamas. Poco tiempo después, Baradei debió enfrentar su última batalla: un cáncer que apagó su vida el 12 de mayo de 2010.

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