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lunes, mayo 20, 2024

Hadj, Messali

BiografíasHadj, Messali

Nacido en 1898 en Tlemcen, Messali Hadj, proveniente de una familia de artesanos y campesinos, participa activamente en la fundación de “l’Etoile-Nord-Africaine” (La Estrella Norteafricana) en 1926, grupo nacionalista que reivindica la independencia de Argelia y del que será presidente a principios de la década de 1930. Para Messali Hadj, la Revolución francesa no puede suponer un simple retorno al pasado, sino que tiene que proyectarse sobre el futuro. La lectura de sus principios, la evocación de sus grandes figuras constituyen una promesa de igualdad, una forma privilegiada de cambio. Y esto lo dice hasta el final de sus días, en 1972, cuando escribe en sus memorias: “La obra de Jean Jacques Rousseau me ha marcado hasta tal punto, que, después de una larga indecisión, me pongo ahora a escribir mis memorias. La lectura de sus escritos me aclaró los problemas de la libertad, la democracia y la justicia. No sería mucho exagerar decir que J.J. Rousseau fue el padre de la Revolución francesa, o, al menos, el que anunció su llegada. A decir verdad, y por extraño que pueda parecer, en 1935 llegué a preguntarme si no estaba yo siguiendo la vía revolucionaria desde hacía ya varios años”.

En 1935, la etapa que él evoca en sus memorias, Messali Hadj ya tenía tras de sí una experiencia política de casi diez años. Llega a París en 1923 y desempeña todo tipo de oficios para salir adelante. La guerra del Rif, en 1925, supone un viraje decisivo en su toma de conciencia. Messali explica a sus compañeros de los barrios norteafricanos de París el sentido que para él tiene el combate de Abd-El-Krim. Irá de café en café, por las habitaciones de los hoteles, a la salida de las fábricas, hablando de su esperanza en el renacimiento, primero, del Norte de África y, después, del mundo árabe, prometiendo “arduas batallas antes de que soplen los vientos de la libertad”. Se adhiere al Partido Comunista Francés en 1925 y participa en las múltiples discusiones que desembocan en el lanzamiento de la primera organización nacionalista argelina: “L’Etoile-Nord-Africaine”. Apenas cuenta 28 años cuando resulta elegido secretario general de la ENA. Su ascensión no se detiene, tal y como lo señaló el Congreso Antiimperialista de Bruselas de 1927. Allí mismo pronuncia, ante los hombres que muy pronto serán llamados los “líderes del Tercer Mundo” (Nehru, Ho-Chi.Minh…), un brillante discurso en el que, por primera vez, es evocada la independencia de Argelia. Es en este momento cuando Messali rompe con los comunistas, quienes, explica, “han querido imponernos su sistema sin tener en cuenta el nuestro en absoluto”.

En 1930, cuando la ENA atravesaba un momento de total aislamiento político y organizacional, encarga ésta a Messali que haga un llamamiento a la Sociedad de Naciones. Esta declaración, que tiene por objetivo poner de manifiesto “el fracaso de la colonización francesa”, será ampliamente difundida por “El Ouma”, el recién resucitado diario de l’Etoile. En junio de 1933, la ENA, rebautizada “Glorieuse Etoile” (Gloriosa Estrella), pone de nuevo en marcha sus actividades. El programa que Messali define entonces para la nueva organización es de inspiración democrática y socialista, siendo sus grandes principios rectores la reforma agraria, la unidad norteafricana, el respeto del Islam y la lucha por la independencia nacional. Con este programa Messali se reafirma de manera definitiva como líder político. La policía francesa, que empieza a seguir de cerca sus actividades, señala en uno de sus informes: “De hecho, la ENA se confunde con la personalidad de Messali Hadj”.

Desde entonces, su vida estará íntimamente ligada a las organizaciones nacionalistas, que no cesará de animar. En febrero de 1934 se une a las manifestaciones antifascistas de la izquierda francesa. El primero de noviembre del mismo año es arrestado por propaganda antimilitarista y conducido a la prisión de la Santé. Tras su liberación, dirige en agosto de 1935 la campaña en favor de Etiopía, que acababa de ser atacada por Italia, e interviene ante la Sociedad de Naciones en Ginebra. Condenado nuevamente, se exilia en Suiza por un período de seis meses. Allí conocerá al Emir Chékib Arsalane. Vuelve a París después de la victoria electoral del Frente Popular, pero choca rápidamente con la política de la izquierda francesa, que propugna la aplicación de un proyecto conocido más tarde como Blum-Viollette. Se impone la responsabilidad de hacer frente a la tendencia reformista argelina representada por Ferhat Abbas, a ciertos argelinos elegidos para cargos públicos, como el doctor Bendjelloul y al recientemente creado Partido Comunista Argelino. En agosto de 1936 vuelve a Argel, en cuyo estadio municipal pronuncia un discurso para 20.000 personas. Bajándose del estrado, recoge un puñado de tierra y exclama: “Esta tierra nos pertenece y no se la venderemos a nadie”. A partir de entonces su nombre será conocido en toda Argelia, cuyo territorio recorre durante tres meses. El gobierno de Léon Blum, preocupado por el auge del movimiento messalista, decreta la disolución de la Etoile el 25 de enero de 1937. Messali no se desanima y en el suburbio parisino de Nanterre proclama -el 11 de marzo de 1937- una nueva organización, le Parti du peuple algérien (Partido del Pueblo Argelino – PPA). Cambian las siglas, pero permanece la ideología: la independencia de Argelia contra viento y marea… ¿Cómo salir ileso, en tales condiciones, de las garras de la represión?. Trabajos forzosos, prisión y arresto domiciliario se suceden. El 27 de agosto de 1937 Messali Hadj es arrestado en Argel junto con otros dirigentes del PPA. Inicia una huelga de hambre con sus camaradas -primera de este género en el seno del movimiento nacionalista argelino- para la obtención del estatuto de prisioneros políticos.

Liberado nuevamente el 27 de agosto de 1939, en cuanto Francia entró en guerra con Alemania es otra vez detenido. Las autoridades de Vichy se le acercan para proponerle una colaboración con el Régimen; al rechazar la propuesta es devuelto a los tribunales militares. El 17 de marzo de 1941 es condenado por Vichy a dieciséis años de trabajos forzosos, veinte años de interdicción de residencia en Francia y la confiscación de todos sus bienes. Es transferido a Maison-Carrée y más tarde al penal de Lambèze. El 26 de abril de 1943, cinco meses después del desembarco de las fuerzas aliadas en África del Norte, Messali Hadj es puesto bajo arresto domiciliario en Boghari (región administrativa de Argel), si bien con la promesa de que sería liberado y recobraría la libertad de circulación en dos meses. Pero el 10 de diciembre de 1943 es deportado a Aïn-Salah, un campo situado en el sur de Argelia y sometido a vigilancia militar día y noche. El 4 de enero de 1944 es transferido con toda brusquedad a Reibell (Chelalla), en la región administrativa de Argel. En este lugar comparence en audiencia ante la Comisión de Reformas Musulmanas, donde reafirma su objetivo de independencia para Argelia.

A lo largo de 1944 Messali propugna la adhesión del clandestino PPA a los Amis du manifeste et de la liberté, asociación constituída por Ferhat Abbas en marzo de 1944. Justo cuando estallan las revueltas de Sétif y Guelma, en el AML los partidarios de Messali consiguen la mayoría con el eslogan “Independencia y Asamblea Constituyente Soberana para Argelia”. Las revueltas fueron salvajemente reprimidas, dejando 15.000 muertos.

En noviembre de 1946 es elegido presidente del Mouvement pour le triomphe des libertés démocratiques (Movimiento para el Triunfo de las Libertades Democráticas – MTLD), sucesor del PPA. Detenido el 24 de marzo de 1948, cerca de M’Lila, Messali es puesto de nuevo bajo arresto domiciliario en Bouzareah. En 1951 emprende el peregrinaje a La Meca, donde se reencuentra con el emir Abd-El-Krim y entabla conversaciones con diversos líderes del mundo árabe de cara a los preparativos de una eventual insurrección.

El 14 de mayo de 1952, cuando se encuentra de paso por Orléansville, sobreviene un incidente que se salda con la muerte de dos argelinos. Pocas horas después, un decreto gubernamental viene a notificarle que las tres regiones administrativas argelinas y los Territorios del Sur le están vetados.

Desde su arresto domiciliario en Niort, Francia, Messali intenta resolver el grave conflicto que ha aflorado en el MTLD y que enfrenta a la mayoría del Comité Central, partidario de una política de reformas, con el conjunto de la organización, que sigue estando a favor de la acción revolucionaria. Lejos de todo contacto directo con los hombres de su partido, Messali se siente desconcertado por la impaciencia de los jóvenes activistas, que quieren todo y ahora. Hace hincapié en todas las formas de preparación revolucionaria, en la instrucción de los militantes, en el paciente impulso colectivo. No obstante, es él quién protege a los jóvenes agrupados en torno a la Organisation spéciale (Organización Especial – OS), brazo armado del MTLD creado en 1947. Del 13 al 15 de julio de 1954, la mayoría del MTLD, reunida en un congreso en Hornu, elige a Messali como presidente vitalicio y deja fuera a los ocho principales dirigentes, considerados culpables de reformismo y conocidos con el sobrenombre de los centralistas. Messali envía a este congreso un mensaje en el que deja entrever lo que vendría a ser la preparación efectiva de la lucha armada por la independencia de Argelia. Escribe: “Desde el punto de vista táctico, el momento es sumamente favorable para intentar vincular el problema argelino con el problema del Magreb árabe y, a un tiempo, internacionalizar el problema argelino. (…) Esto es cometido de la diplomacia, que ha de asentarse en una política interna revolucionaria para tener éxito. No hay varias maneras de internacionalizar un conflicto: o uno trabaja en ello o se desentiende”.

Sin embargo, no es Messali quién está detrás del estallido de la insurrección del primero de noviembre de 1954, sino un núcleo de jóvenes cansados del enfrentamiento entre las distintas facciones y movidos por motivos diversos. Estos militantes, agrupados en torno al Comité révolutionaire pour l’union et l’action (Comité Revolucionario para la Unión y la Acción – CRUA) van a constituir el Front de libération nationale (Frente de Liberación Nacional – FLN). Messali, no olvidando lo que la experiencia le ha enseñado, no se siente llevado por la idea de la unidad a cualquier precio. Se niega a diluir sus propios objetivos en una gran unidad compuesta por reformistas (Ferhat Abbas), religiosos (los Ulemas) y comunistas. Como de costumbre, espera que su profundo aislamiento lo ayude a reunir fuerzas para crear su propia organización, rebautizada Mouvement national algérien (Movimiento Nacional Argelino – MNA). Le llueven las acusaciones: culto a la personalidad, megalomanía, sectarismo… Cortadas las ayudas de los países árabes, desprovistos de armas y avituallamiento, aislados del movimiento obrero francés que opta por el Frente, los partidarios de Messali van cediendo terreno progresivamente. Las diferencias políticas van a dirimirse mediante armas automáticas en un sangriento enfrentamiento. Acorralado por la resistencia del FLN, Bellounis, general del MNA, pacta con Francia. Es el fin, la desbandada. En 1958 Messali cede ante las propuestas del general De Gaulle. A partir de entonces las divergencias con el FLN tienden a difuminarse a ojos de los militantes del MNA que aún quedaban. ¿Dónde estaba la diferencia de programa entre las dos organizaciones?.

En enero de 1959 Messali Hadj es liberado y el MNA se va a escindir en diferentes facciones y tendencias, algunas de las cuales se unirán al FLN. Derrotado, el viejo líder se retira de la escena política. Rechaza partipar en la conferencia de Evian y deja el poder en manos de quienes lo acusaban de querer acapararlo. Permanece en Francia hasta el final de su vida; allí vivirá modestamente y se concentrará en la redacción de sus “Memorias”, empezadas en 1970. Muere en Francia en junio de 1974.

La muerte termina por rescatarlo de su exilio para devolverlo a su ciudad natal, Tlemcen. Allí, varios miles de personas, avisadas de boca en boca, hicieron de su funeral un magnífico homenaje.

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