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lunes, mayo 20, 2024

“La Intifada pretende llamar la atención del mundo”

Política"La Intifada pretende llamar la atención del mundo"

"La Intifada pretende llamar la atención del mundo"

Riad Malki, uno de los integrantes del equipo palestino que negociaba el futuro de Jerusalén, admite que las partes estaban a un paso de cerrar un acuerdo cuando la provocación de Ariel Sharon sumió a palestinos e israelíes en la violencia. "Los palestinos -sostiene- no pretendemos entablar una guerra con un ejército que, en cuestión de minutos, nos borraría de la tierra. Cualquier observador con dos dedos de frente entiende que esta Intifada no persigue otro objetivo que el de llamar la atención de la comunidad internacional".

Por Ramy Wurgaft

RAMALLAH.- Riad Malki es un patriota palestino, pero un patriota que no se deja arrastrar ni por el odio, ni por los espejismos de la redención total. Miembro destacado del equipo que negociaba sobre el futuro de Jerusalén, Malki manifiesta una profunda decepción, como si la actitud de Israel en estos días, estuviera dirigida contra su propia persona. "Nos hallábamos a punto de cerrar un acuerdo para evitar todo esto, cuando en vez de dar los últimos pasos, el primer ministro consintió que Ariel Sharon entrara en la Explanada de las Mezquitas, conociendo las sensibilidades religiosas que se atropellarían con ese acto".

La entrevista se lleva a cabo en español, un idioma que este palestino de 45 años, reflexivo y algo triste, domina a la perfección. Junto a sus otras funciones, Riad es el director de Panorama, una ONG dedicada a cultivar los valores democráticos en Cisjordania y Gaza.

– A los niños, ¿cómo se les puede permitir que participen en las manifestaciones sabiendo a lo que se exponen?

– Sí, claro, los niños. Los israelíes piensan que somos unos padres desnaturalizados y así nos quieren retratar ante el mundo. ¿Es que a quien le habla se le ocurriría mandar a su hijo a la calle, a sabiendas de que no tiene fuerza ni para arrojar un guijarro y de que, en cambio, una bala le puede destrozar al instante? No hay día en que mis familiares no acudan a mí con su desesperación: "Riad, ¿qué podemos hacer que no hayamos hecho?: montar guardia junto a la escuela, emboscadas en el camino hacia los sitios peligrosos; ¡los niños se nos escabullen de las manos!". Si a alguien se debe culpar por esta situación atroz es a los propios israelíes que, al humillar a los adultos frente a sus hijos (bofetadas en los controles de caminos, insultos en las calles…) han dado origen a una generación rebelde, que vive empeñada en vengar esas ceremonias de vasallaje.

– Los israelíes sostienen que la visita de Ariel Sharon les sirvió de pretexto para lanzar una Intifada, que ya estaba minuciosamente preparada.

– Y si sabían que la provocación de Sharon nos serviría de pretexto, ¿por qué la visita no fue impedida? ¿Cómo es que hasta el día de hoy el primer ministro Ehud Barak no ha tenido a bien reconocer que fue un error darle el visto bueno? Es necesario entender lo que simboliza Ariel Sharon para los árabes en general y los palestinos en particular (se refiere a que el jefe del partido Likud fue el artífice de la invasión de Israel al Líbano. Una invasión que tenía por objeto liquidar el aparato militar de la OLP. Una comisión investigadora de Israel encontró a Sharon responsable indirecto por la matanza de los campos de refugiados de Sabra y Shatila, donde murieron 700 palestinos, en 1982).

Si por otro lado se toma en consideración el significado que revisten las mezquitas para cualquier palestino, laico o religioso, y se mezcla un símbolo con el otro, el resultado no puede ser más que una explosión de ira. La explicación del gobierno israelí es que la visita de Sharon debió ser entendida como la visita particular de cualquier israelí de a pie. Conforme. ¿Por qué entonces el ciudadano anónimo apareció por el tercer santuario más importante del Islam rodeado de un pelotón de agentes, armados como si fueran a la guerra? Lo lamento, pero el gobierno israelí tendrá que esforzarse algo más para convencer a una persona como yo de la lógica de sus procedimientos.

– Existe una confusión acerca de los objetivos de esta Intifada. ¿Nos los puede aclarar?

– Existe un objetivo táctico, que es llegar a nuestra independencia. No sé precisar si este objetivo lo obtendremos por medio de una negociación o mediante la crisis (la Intifada) que se puso en marcha el 28 de septiembre. Pero que no nos vengan a decir que, en los albores del siglo XXI, un pueblo como el palestino debe esperar a que sus opresores tengan la caridad de reconocerles ese derecho.

– Entonces, tenemos violencia para largo.

– Esa observación se le debe hacer a Israel. Pensábamos que después de la primera Intifada, la que estalló en 1987, los israelíes habían entendido que por medio de la violencia nada obtendrán de los palestinos. Y he aquí que vuelven a aplicar los mismos castigos colectivos que entonces no surtieron efecto. Palestina cuenta con alrededor de 2,5 millones de habitantes. Unos cuantos miles toman parte en las manifestaciones y en respuesta a lo que hace o no hace un ínfimo porcentaje de la población, Israel castiga a todos. ¡No saben mantener las proporciones! Y luego tienen la desfachatez de achacarnos esta escalada de violencia.

– Se dice que los palestinos están tratando de arrastrar a todo el mundo árabe a una guerra contra Israel. Una especie de apocalipsis regional.

– No sé de dónde salen esas apreciaciones. Los estadistas árabes expresaron claramente, en la cumbre de El Cairo, que no van a salir a pelear y que el objetivo de la mayoría sigue siendo el de la paz. Palestina no le puede venir con directrices a Hosni Mubarak o a Bashar al-Asad. Es más, los palestinos tampoco pretendemos entablar una guerra con un ejército que, en cuestión de minutos, nos borraría de la faz de la tierra. Cualquier observador con dos dedos de frente entiende que esta Intifada no persigue otro objetivo que el de llamar la atención de la comunidad internacional.

La fuente: el autor es el corresponsal del diario español El Mundo (www.elmundo.es) en Israel. Su artículo fue publicado en la edición del 30 de octubre último.

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