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jueves, mayo 9, 2024

El acta de nacimiento de la resistencia popular al apartheid

PolíticaEl acta de nacimiento de la resistencia popular al apartheid

A 25 AÑOS DEL LEVANTAMIENTO DE SOWETO

El acta de nacimiento de la resistencia popular al apartheid

DATOS DEL PAIS

Hace 25 años, la negativa de un grupo de estudiantes negros sudafricanos a que las clases de aritmética y estudios sociales se dictaran en africaans, la lengua de los blancos, desembocó en un fenómeno de efervescencia social que conduciría al desmantelamiento del sistema de segregación racial en el país.

Por Marisa Pineau

Soweto, hace 25 años, en plena efervescencia

El 16 de junio se conmemoran 25 años del comienzo de una revuelta que conmovió a todos los sudafricanos y cambió el futuro del país. Sin dudas fue entonces cuando empezó el fin del sistema del apartheid, no sólo por el nivel y el desarrollo que fue alcanzando la oposición organizada de ahí en más, sino también por las acciones tomadas por los diferentes gobiernos del Partido Nacional, que desembocaron en la convocatoria del presidente De Klerck al desmantelamiento del sistema, en febrero de 1990.

¿Qué fue Soweto? Si bien la “revuelta de Soweto” se inscribe en una larga historia de la resistencia negra a la dominación blanca en Sudáfrica, ésta tiene características propias que le dan peculiaridad y lo convierten en un acontecimiento único y diferenciado. La principal de estas razones es la singularidad de sus protagonistas. Ellos fueron jóvenes africanos de escuela secundaria, con una edad promedio de 16 años, que quisieron decidir sobre su presente y su futuro. La mayoría de ellos había nacido en los asentamientos cercanos a las grandes ciudades (y no en áreas rurales, como pasaba con sus padres) y vivido siempre allí. Se consideraban urbanos y con pocos lazos con la vida en el campo. Esta nueva realidad les permitía el acceso a la educación formal y a un nivel de vida superior al del resto de la población negra del país, que en la Sudáfrica del apartheid se resumía en la posibilidad de lograr mejores salarios y mejores condiciones de empleo. Esta situación distinta los llevó a que buscaran crearse un nuevo papel en esa sociedad sin pedir permiso a nadie. Ni a aquellos blancos que querían para ellos una papel marginal en la estructura económica y social, asignándoles un lugar de meros empleados y a cargo de cuestiones menores y marginales, ni a sus mayores a quienes veían en actitud pasiva y resignada frente a los abusos diarios que sufrían. Por su propia acción y decisión, pasaron a la intervención directa en política, creando en la marcha su propio camino.

El inicio del movimiento se debió al rechazo por parte de los estudiantes de la iniciativa del gobierno a que se dictaran las clases de aritmética y estudios sociales en afrikaans (la lengua de los primeros blancos asentados en la región y que para ellos representaba la opresión del estado del apartheid). La protesta de los estudiantes se canalizó en un boicot a las clases en ese idioma y en la realización de una marcha pacífica de unos 10 mil jóvenes por las calles de Soweto el 16 de junio de 1976. Esta fue reprimida por la policía, provocando de inmediato la muerte de varios jóvenes y heridas a muchos otros. Las dimensiones de la violencia y las características de las víctimas originó rechazos y movilizaciones no solo allí sino en varios otras partes del país en los días sucesivos.

No fue casual que una oposición de este tipo se haya originado en Soweto. Para ese entonces y debido a las leyes de segregación espacial que reglamentaba los lugares diferenciados de residencia de acuerdo a las razas, Soweto era la principal localidad de africanos en todo el país. Ubicada a sólo 16 kilómetros de Johanesburgo, la ciudad más rica y próspera de todo el continente, contaba con una población aproximada de un millón y medio de personas. No se puede decir que fuera una ciudad realmente, por las pocas facilidades y comodidades con las que contaba. La mayoría de la gente no tenía agua corriente ni luz eléctrica, no había ningún centro comercial ni histórico y el asentamiento allí se había desarrollado a partir de las estaciones de la línea de FC que llevaba a los lugares de trabajo a hombres y mujeres, a unos a las minas y a las otras a las cocinas de las casas de los blancos. Pero la cercanía con la ciudad más próspera hacía que las expectativas y las posibilidades reales de sus habitantes fueran mayores que las del resto de los excluidos del país.

La violencia de la represión sobre los adolescentes, que causó muertos y heridos desde el primer día, provocó la indignación de la mayoría de la población. Los adultos de Soweto empezaron a participar tanto para hacerse cargo de los hospitalizados y de los entierros de los fallecidos, como para buscar una solución al problema en las escuelas. Aunque el gobierno rápidamente aceptó dialogar sobre el tema del afrikaans, el estado de movilización siguió en aumento y adquirió nuevas características. Los jóvenes se sintieron fortalecidos y quisieron avanzar más. Se propusieron sacar a los mayores del aletargamiento en el que los veían, convocándolos casa por casa a luchar no sólo por una mejor educación para ellos sino también por una mejor calidad de vida y ligando todo cambio al fin del sistema de opresión y exclusión racial vigente en el país. En julio los jóvenes convocaron a una huelga general de tres días, que fue muy exitosa en su primera jornada. Consiguieron también un alto acatamiento en el primer día de la segunda huelga general, que se desarrolló en agosto y también en los llamados a boicotear los negocios de los blancos durante esos meses y los sucesivos (en especial en el periodo de la Navidad).

Durante todo el segundo semestre del ’76 hubo manifestaciones, huelgas y boicots en varias partes del país. Si bien el foco siguió en Soweto y a pesar de los controles de la prensa y de las restricciones a los movimientos en el país, la actividad se extendió a toda el área próxima a Johanesburgo y a las demás localidades cercanas de africanos, mestizos e indios y a las regiones del Cabo oriental y occidental, sobre todo Ciudad del Cabo y sus alrededores.

Al finalizar el año, la cuenta que dejó la de la represión fue brutal. Según cifras oficiales los disturbios ocasionaron 575 muertos y 2389 heridos. Hubo 1556 personas con acusaciones por diferentes delitos relacionados con el conflicto (de los cuales 434 eran adultos y 1222 menores de 18 años) y muchos de ellos cumplieron condena. Aunque no hay números precisos, una importante cantidad de jóvenes optó por el exilio.

La experiencia de Soweto provocó muchos cambios en la sociedad. Hubo quienes se dieron cuenta de que sólo podrían mantener su bienestar y privilegios a un costo muy caro, gastando fortunas en armas y municiones y sin ninguna certeza de un triunfo final. Hubo otros que comprendieron que tenían una fuerza y un valor desconocido y se animaron a una mayor participación política. Pero nadie pudo mantenerse al margen de la situación a partir de entonces.

25 años después, Sudáfrica ha cambiado totalmente Ya no hay apartheid ni exclusión política y rige una constitución que considera que todos sus habitantes tienen iguales derechos y obligaciones. Soweto fue determinante para lograr este presente aún difícil y lleno de complicaciones porque desde entonces muchos sudafricanos, negros y blancos, empezaran a buscar formas de acercamiento para construir su sociedad sobre nuevas bases.

La fuente: la autora es una especialista argentina en temas africanos. Se desempeña en tareas de docencia e investigación en el Conicet, la Universidad Nacional de Quilmes y la Universidad de Buenos Aires (UBA). Su tesis de Maestría en Estudios de Africa presentada ante El Colegio de México fue sobre la revuelta de Soweto de 1976.

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