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viernes, mayo 17, 2024

“Aquellos que quieren la victoria, quieren una guerra sin fin”

Política"Aquellos que quieren la victoria, quieren una guerra sin fin"

SEGUN AMI AYALON, EX JEFE DE INTELIGENCIA ISRAELI

“Aquellos que quieren la victoria, quieren una guerra sin fin”

Ami Ayalon, de 55 años, el ex jefe del aparato de seguridad interna en Israel (Shin Bet), encabezó los servicios de inteligencia interior desde febrero de 1996 hasta mayo de 2000, durante los gobiernos de los primeros ministros Benjamín Netanyahu (Likud) y Ehud Barak (Laborismo). En una entrevista que le concedió al diario francés Le Monde exhortó al gobierno israelí a retirarse incondicionalmente de Cisjordania y Gaza. Ayalon sostiene que Israel no tiene posibilidad de vencer al terrorismo por la fuerza militar y no ahorra críticas al liderazgo político de su país. “Nuestra obsesión hacia los palestinos hace que nos olvidemos de preguntarnos sobre nosotros mismos. ¿Qué queremos ser? ¿Hacia dónde queremos ir? Ningun líder aborda estas preguntas. Esta es la causa de la confusión y, generalmente, de la incertidumbre y del miedo”, sostiene.

Por Alain Cypel

– ¿Cómo ve usted el estado del debate político en Israel?

– La sociedad israelí, desde la cupula hasta la base, está sumergida en la confusión. No existen puntos de referencia. La gente disfraza esta realidad con lemas jactanciosos, tales como”nosotros venceremos al terrorismo”. En un coloquio, el jefe del Estado Mayor declaró: “Estamos ganando”, y evocó la superioridad del Tzahal (el ejército israelí) y su “impresión de que la nación está descubriendo su poder”; después añadió: “hoy hay más terroristas palestinos que el año anterior” y dijo que habrá más mañana. Si estamos ganando, ¿cómo los terroristas podrían multiplicarse?

En Israel nadie vive la realidad. Esto es consecuencia de una mala percepción del proceso de paz. Dicen: ” Hemos sido generosos, pero ellos lo rechazaron”. Esto es ridiculo; todo lo que siguió a esta mala percepción está tergiversado. Más aún: nuestra obsesión hacia los palestinos hace que nos olvidemos de preguntarnos sobre nosotros mismo. ¿Qué queremos ser? ¿Hacia dónde queremos ir? Ningún líder aborda estas preguntas. Esta es la cuasa de la confusión y, generalmente, de la incertidumbre y del miedo.

– Aunque la mayoría de los líderes están convencidos de que el tiempo actúa en favor de Israel.

– Desde el 11 de septiembre, nuestros líderes han estado eufóricos. Ellos creen que, si no se ejerce más presión internacional sobre Israel, tienen el camino abierto. Esto oscurece los resultados de nuestra posesión de los territorios palestinos. Este no es solamente un asunto moral. Los fundadores querían un Estado que provea una patria para los judíos y con democracia. Desde ambos puntos de vista, el tiempo actúa contra nosotros. Demográficamente, actúa en favor de los palestinos; políticamente, actúa en beneficio de Hamas y de los colonos asentados en los territorios palestinos. Pero para combatir contra Hamas tenemos que evacuar a los colonos, cuya proximidad a los palestinos refuerza el odio. El peso de los islamistas en las filas palestinas se está incrementando; también el de los intelectuales que se acostumbraban a defender la solución de dos estados y que ahora dicen: “ya que los israelíes nunca evacuarán a los colonos, pues bien, entonces habrá un Estado binacional.” Esto es algo a lo que yo, absolutamente, me opongo. Israel no sería más un Estado judío; y si conservara su condición de Estado judío dominando a la población árabe, no sería más una democracia.

– ¿Excluye usted la posibilidad de una victoria israelí a pesar de la diferencia de fuerzas?

– Nosotros ya habíamos logrado nuestra “victoria”. En 1967, hemos ocupado todos los territorios palestinos. Una vez que el terrorismo está vencido, ¿qué debemos hacer? Esto es absurdo. Los palestinos quieren el autogobierno; quienquiera vencerlos, entonces, que les ofrezcan pan y circo, no entiende nada. El ejército israelí es más fuerte que nunca; nuestros servicios de inteligencia son excelentes; entonces, ¿ por qué no está resuelto el problema? Reocupando el territorio de la Autoridad Nacional Palestina y matando a Arafat, ¿qué cambiaría? Aquellos que quieren la victoria, quieren una guerra sin fin.

– Desde el 11 de septiembre, muchos todavía piensan que Israel puede cambiar la situación regional en su beneficio.

– ¡Es una ilusión! El 11 de septiembre ha cambiado muchos paradigmas en los Estados Unidos, pero nada fundamental cambió en el Medio Oriente. Cualesquieran sean los errores que cometa Arafat, el pueblo palestino continuará existiendo. Mientras el problema palestino no esté resuelto, la región no conocerá la estabilidad. Solamente un Estado palestino preservará el carácter judío y demócratico de Israel.

Necesitamos ayuda política y financiera internacional para resolver este problema y el problema de los refugiados palestinos. Si persiste este problema, aunque se establezca el Estado palestino, envenenará nuestras relaciones.

– Pero los israelíes están traumatizados con la demanda palestina del retorno de los refugiados.

– Dejémonos de preocupar sobre lo que nuestros adversarios dicen, y preguntémonos, a nosotros mismos, qué queremos. Nosotros no queremos el retorno de los refugiados; pero podremos rechazarlos solamente si Israel reconoce, sin ambigüedades, su papel en el sufrimiento de los palestinos y su obligación de ayudar a resolver el problema. Israel debe aceptar el principio del derecho al retorno y la OLP debe comprometerse a no cuestionar la identidad judía de nuestro Estado.

– ¿Qué piensa usted de la idea propuesta por el jefe del Mossad (servicio de inteligencia exterior israelí) de extender la línea de frente de la “tercera guerra mundial” contra el terrorismo?

– Cualquiera que compara a Arafat con Ben Laden, no entiende ni al primero ni al segundo. Ben Laden es el gurú de una secta muy dañina, es para el Islam un marginal, busca crear caos y no le importa nada la comunidad internacional. Arafat soñaba con ser aceptado por la comunidad internacional. Desde 1993, ha venido haciendo constantemente referencia a ello, demandando la aplicación de las resoluciones de las Naciones Unidas; mientras, nosotros, los israelíes, rechazamos esta posiblidad. Si Ben Laden es asesinado, su secta podría desaparecer con él; si nosotros asesinamos a Arafat, el pueblo palestino continuará reclamando su independencia.

– ¿Teme usted que los territorios palestinos podrían convertirse en un lodazal?

– Nosotros decimos que los palestinos se comportan como locos, pero no es locura; es una desesperación insondable. Cuando hubía un proceso de paz -la perspectiva de un final a la ocupación- Arafat podía maniobrar, incitar o reprimir la violencia para negociar mejores condiciones; cuando no hay más proceso de paz, cuantos más terroristas uno mata, mayor fuerza gana el campo de ellos.

Yasser Arafat ni preparó ni provocó la Intifada. La explosión fue espontánea. Contra Israel, habiendo desaparecido todas las esperanzas de poner fin a la ocupación, y contra la Autoridad Nacional Palestina, contra la corrupción y la impotencia. Arafat no podia reprimir la Intifada. El proceso de paz es el que permitió que Arafat sea visto como el jefe de un movimiento de liberación nacional en vez de un colaborador de Israel. Sin este proceso, Arafat no puede combatir contra los islamistas ni tampoco contra sus propias bases. Los palestinos acabarían colgándolo en la plaza publica.

– Desde Oslo hasta Camp David, ¿perdió Israel alguna oportunidad para lograr la paz?

– Sí. No es del todo una falta de Israel. Los palestinos y la comunidad internacional son también, en cierta medida, responsables; pero nosotros hemos perdido una oportunidad extraordinaria. La situación internacional era increíblemente favorable después de la caída del comunismo, la Guerra del Golfo, la emergencia de la globalización. Todos estos fenómenos llevaron a Israel a reexaminar sus propias pretensiones. Ahora, nosotros estamos retrocediendo. – ¿Está usted a favor de una separación unilateral de los palestinos?

– No me gusta la palabra separación; me recuerda a Sudáfrica. Yo favorezco una retirada incondicional de los territorios, preferiblemete en el contexto de un acuerdo, aunque no es necesario. Lo que se necesita hacer, urgentemente, es retirarse de los territorios; pero hay que hacer una retirada verdadera, que de continuidad territorial a los palestinos de Cisjordania y Gaza, abierta a Egito y Jordania. Si ellos proclaman su propio Estado, Israel debería ser el primero en reconocerlo y proponer una negociación entre estados, sin condiciones, sobre la base de los propuestas de Clinton para resolver todos los problemas pendientes.

La fuente: este artículo fue publicado originalmente por el diario francés Le Monde (www.lemonde.com.fr) y distribuido por The Shalom Center (www.shalomctr.org).

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