La conquista del desierto
Dubai, el mayor centro comercial del golfo de Arabia, ofrece muy buenas oportunidades de negocios. Tiene un millón de habitantes y uno de los ingresos per cápita más altos del mundo. Forma parte de los Emiratos Arabes Unidos y busca diversificar su economía.
Por Ana Miura
El Burj Al Arab es el hotel más del alto del mundo.
DUBAI.- Negros, muy negros, brillantes y esquivos. Los ojos de la joven mujer se cuelan como luces en el velo oscuro, la gishwa, que le acaricia el rostro. Una túnica tan negra como sus ojos la cubre y, con el caminar suave, deja caerse en pliegues, como las pulseras de oro en su muñeca. Cerca, al volante de un deslumbrante Jaguar gris, un hombre de impecable blanco dialoga con su socio por el casi invisible celular (blanco también) último modelo. Mística en ella, proyección en él. Las venas de Dubai.
El emirato, de un millón de habitantes, se encuentra en la península Arábiga, sobre el golfo de Arabia, y forma parte, junto con otros seis, de los Emiratos Arabes Unidos, un país conformado en 1971. La raíz de la que se nutre Dubai está definida por pescadores, buscadores de perlas, cultivadores de dátiles y comerciantes, la esencia de la tribu Bani Yas a la que pertenecen sus gobernantes.
Con los años, el emirato se convirtió en el centro comercial más importante de la región, gracias a su posición estratégica y a su puerto. Pero hay algo más: si bien la economía tiene al petróleo y al gas como soportes, el plan de desarrollo estratégico que Dubai presentó para el siglo XXI se focaliza en la diversificación de recursos, el aumento de la productividad y el rol del sector privado en lograr una tasa de crecimiento anual promedio del cinco por ciento durante los próximos 13 años.¿Su prioridad? Promoverse a sí mismo como centro de comercio, turismo y negocios más que como productor de petróleo.
Y parece ser que lo ha tomado en serio. Su zona franca de Jebel Alí, una de las más grandes del mundo, cuenta con aproximadamente 2200 compañías de más de 100 países. Junto con la del aeropuerto de Dubai, son importantes herramientas para el comercio de la región.
La terminal portuaria de Jebel Ali, fusionada en 1991 con el puerto Rashid, creó la Autoridad Portuaria de Dubai (DPA, en sus siglas en inglés). “Es un verdadero hub, un gran centro de distribución de mercadería; recibimos y reenviamos productos a otras partes del mundo de forma rápida y segura”, dijo el director ejecutivo de la Corporación de puertos de Dubai, Aduana y Zona Franca, Sultan Ahmed bin Sulayem.
La logística de este hub permite alcanzar en cuestión de horas los mercados del Africa, Asia y otros destinos de Medio Oriente con bajos costos operativos.
En este lugar, que trabaja las 24 horas los siete días de la semana, se movilizan al año 3,5 millones de Teu (unidad de medida equivalente a un contenedor de 20 pies), por medio de unas 100 líneas marítimas; más del triple de lo manipulado en el puerto de Buenos Aires.
Para tener una idea, unos 50.000 empleados trabajan para la zona franca de Jebel Alí, casi una ciudad entera. Canon, Sony, Swarosky y Oracle junto con cientos de otras compañías tienen sus almacenes aquí. También las hay medianas y pequeñas, porque el servicio es a medida. Entre los incentivos que ofrece se encuentran: ciento por ciento de derechos de propiedad y completo control del management, garantía por 50 años de exención impositiva personal y corporativa, sin tasas de aduana ni barreras al comercio ni control de divisas, por lo cual los capitales y ganancias pueden ser repatriados libremente.
La frutilla del postre
Y si de paraíso fiscal se trata, la creación de Dubai Internet City, un emprendimiento con toda la infraestructura para las empresas de Internet, e-commerce, comunicaciones, etcétera, es como la frutilla del postre. En unas modernísimas instalaciones las empresas de la nueva tecnología tienen tendida la alfombra: es un sitio ideal para las punto com, las “telco” y los incubadores, entre otras, dado que la legislación asegura una completa eximición de impuestos y aranceles al tiempo que permite la propiedad extranjera total.
Desde la Guerra del Golfo el comercio se redefinió en Dubai y pasó a convertirse en un factor de creciente relevancia en el producto bruto interno del emirato, impulsado por los nuevos negocios internacionales y la reexportación.
Entre los árabes, especialmente en los beduinos, la palmera tiene una importancia suprema. Su fruto, los dátiles, tiene un alto valor nutritivo; la madera se utiliza para hacer fuego; las ramas fibrosas y pequeñas de la cima se trenzan para hacer sogas; las más duras se usan para limpiar recipientes, y todas pueden transformarse en abrigos para animales o casas, ni hablar de la sombra que ofrecen en el desierto. Será por ello que uno de los proyectos más ambiciosos encarados por el gobierno de Dubai se llama The Palm (la palmera) y guarda esa forma.
Como la costa del emirato no supera los 30 kilómetros y en su mayoría está ocupada por los hoteles, surgió la idea de construir en el golfo un complejo de barrios privados, shoppings, resorts, hoteles, spas… Es posible ver desde la misma playa, y mientras un hombre pasea a dos camellos por la orilla del mar buscando algún turista que se tiente por una vuelta, cómo las dragas trabajan allá lejos, en el mar… Se espera que en 2006 cerca de 10.000 personas ya estén viviendo allí.
“Será como un oasis a una gran escala”, según lo definió el director comercial del complejo, Saif Sultan Al Shamsi. Y como buenos árabes, si de agua se trata, no hay quien les gane en ingeniería. Y si no, basta observar las increíbles flores que brotan de la arena caliente, al borde la carretera, enmarcadas en un nutrido césped, hidratado con agua desalinizada que ganan del mar.
El comercio, la brújula de los árabes
DUBAI.- En el Wafi City, uno de los shoppings más caros del mundo, una fragancia especial recorre el ambiente. Tal vez más puro, pero no es más que el aroma predominante en esta ciudad; lo llevan indistintamente las mujeres y los hombres.
En uno de los locales, cientos de recipientes de vidrio, repletos de esencias y decorados con arabescos dorados (probablemente de oro) se exponen al visitante y el perfume, eso sí, se hace imagen aquí. Y dinero, porque una muestra de alguno de ellos puede costar hasta 14.000 dólares como la del Black Stone, el perfume más caro del mundo.
La industria del glomour y el confort es muy fuerte en Dubai, sus habitantes cuentan con un ingreso per cápita de los más altos del mundo. La Argentina, si bien mantiene un intercambio ínfimo (exportó por US$ 1300 millones a los 22 países que conforman los mercados árabes el último año), tiene posibilidades de participar con más oferta. Así lo aseguró el director de Misiones del departamento de Turismo y Marketing Comercial del gobierno de Dubai, Hamad Mohammed bin Mejren.
Dulces, yerba mate (en hierbas y en saquitos), productos vegetales, de la industria química, cuero y metales básicos importa este Emirato desde la Argentina. También nos compra caballos, de hecho en la Dubai World Cup, casi el Oscar hípico desarrollado a fines de marzo último, Sei Mi, criado en nuestro país, llegó segundo en el hipódromo Nad Al Sheba, donde se disputan las carreras de mayor dinero en premios.
Las ferias comerciales, en la promoción de productos, funcionan como catalizadores de negocios. Organiza más de 100 ferias al año que distan mucho de los primeros intentos, en 1970, de promociones sencillas en las costas de las ensenadas de Dubai. La infraestructura de la cosmopolita ciudad, con casi 270 hoteles (muchos de ellos equipados con salas de conferencias, auditorios, y demás equipamiento) y una moderna tecnología facilita el avance de los proyectos.
Camino al mercado del oro En su lucha por expandirse, los árabes también tomaron los conocimientos de otros pueblos y los difundieron. Grandes en astronomía, matemática, geometría y medicina, combinaron fuerza religiosa, mística y comercio.
No obstante, hay un dato imposible de pasar por alto: el hombre de negocios de estas tierras cierra trato con amigos. ¿Y entonces? Hay que conocerlo, viajar, interesarse por sus costumbres, su cultura… Una vez que se entabla una relación de conocimiento mutuo, puede comenzar a hablarse de negocios, nunca antes.
En la Argentina, los interesados en obtener más información de este mercado pueden comunicarse con la Cámara de Comercio Argentino Arabe, 4372-8167; 4371-2561. E-mail: camarabe@ccaa.com.ar
Perlas y oro brillan en las vidrieras de la ciudad
DUBAI.- “Esta es una ciudad donde no vamos a ver historia, vamos a ver actualidad”, dijo el guía turístico mientras dirigía al grupo por la Jumeirah Beach Road, cerca de donde se levanta el Burj Al Arab.
No obstante, al atardecer, en el Heritage and Diving Villages, una suerte de complejo con diferentes stands, personas de los alrededores de Dubai y de la misma ciudad ofrecen al visitante sus costumbres más representativas.
El ingreso es gratuito y por unos pocos dirhams (3,67 dirhams equivalen a un dólar americano) es posible comprar, por ejemplo, una bolsa de ostras recién rescatadas del mar y probar la suerte buscando alguna perla dentro, o internarse en alguna carpa y sentir la vida misma en el desierto.
En el lugar, también es posible probar comidas típicas y escuchar su música.
No muy lejos, en uno de los centros comerciales de la ciudad, una calle peatonal acompañada por otras transversales dibuja un collar gigante, de oro. Es el mercado más brillante, donde se ofrece todo tipo de joyas y artesanías de oro.
Brazaletes, collares con incrustaciones de piedra, cinturones,aros y anillos, jarras, piezas de decoración, todo se presenta agolpado en vidrieras pequeñas, apiñadas una tras otra. Y la balanza no falta, claro, aquí todo se vende por peso y el regateo está bien visto.
Debido a los reducidos aranceles que se cobran al oro importado y los bajos salarios de los orfebres, Dubai se convirtió en uno de los mercados más lucrativos de la industria de la joyería.
Dubai, luego del 11 de septiembre
DUBAI.- Cuando el 11 de septiembre dos aviones impactaron en las torres gemelas de Nueva York y el mundo se estremeció, en este emirato organizaban el Dubai Shopping Festival; una maratón de espectáculos, representaciones culturales, deportes, y un sinfin de promociones en los centros de compras, que reducen sus precios, durante el mes que dura el festival, a la mitad.
En este período, los ingresos pueden llegar a los 1000 millones de dólares. “Fue increíble lo que ocurrió pero no dudamos y decidimos seguir con la promoción del festival, no se canceló nada y la repercusión que tuvimos fue mayor a la esperada… Dubai es el lugar más seguro del mundo”, indicó la directora de comunicaciones corporativas del Dubai Shopping Festival, Elham Abbas.
Elham reconoce que para los occidentales todo Medio Oriente está dentro del concepto de conflicto y peligro pero subraya una y otra vez que existen claras diferencias, y que como ejemplo está Dubai.
“La distancia entre nuestro emirato y la zona en guerra es la misma que entre Kosovo y el Reino Unido”, advirtió.
La fuente: la autora es editora del suplemento Comercio Exterior del diario argentino La Nación (www.lanacion.com.ar), de donde fue extraído este artículo.