La Casa Blanca sueña con una monarquía en Irak
El ataque angloamericano contra Irak es inminente. Objetivo: abatir el régimen del presidente Saddam Hussein. Pero, ¿por quién lo quieren reemplazar los Estados Unidos y Gran Bretaña? Un regreso a la monarquía les convendría y el próximo rey podría ser el príncipe hashemita Cherif Alí.
Por Amale Samie
Una pregunta obsesiona a los Estados Unidos: ¿Irak podría volver a la monarquía? Y de ser así, ¿quién se transformaría en rey? ¿El príncipe Cherif Alí, pretendiente al trono, podría reemplazar al presidente Saddam Hussein? Cherif Alí es hijo de Alí, rey del Hedjaz de 1924 a 1925, y nieto del Cherif Hussein Bin Alí, rey de los árabes y del Hedjaz de 1916 a 1924.
Después de dos guerras, una contra Irán que duró diez años, de 1979 a 1988, y la del Golfo, que duró algunas semanas, el régimen de Saddam Hussein no está quebrantado por ninguna oposición interna, aun cuando el Kurdistán iraquí escapa a su control. Los norteamericanos, que fomentan los movimientos para hacer caer el régimen iraquí, no tuvieron éxito en reunir a los opositores iraquíes en el exilio para organizar una alternativa política para Bagdad por varias razones: no tienen un pasado irreprochable y, sobre todo, se pelean entre ellos permanentemente para convertirse en la fuerza política más poderosa en vistas a un Irak post Saddam. Y, lo más importante, su actividad política se reduce a recibir los subsidios norteamericanos.
Al no tener éxito en desestabilizar al presidente iraquí mediante un movimiento disidente interno, los Estados Unidos encaran una guerra en el corto plazo, cualquiera sea la respuesta dada por Irak con respecto al retorno de los inspectores de las Naciones Unidas a Bagdad. Porque el objetivo principal de la guerra contra Irak es la eliminación del presidente iraquí y su reemplazo por un régimen del tipo afgano, dócil y pro norteamericano. ¿Hay un Zaher Shah iraquí? Si existe, no es el fin de todas las penas: rivalidades familiares siembran la discordia entre los hashemitas. Así, según el árbol genealógico de la dinastía, tres reyes se sucedieron en el trono iraquí de 1921 a 1958, fecha del golpe de Estado contra el rey Faisal II y de su asesinato. Faisal I reinó de 1921 a 1933, sucedido luego por Ghazi de 1933 a1939 y finalmente por Faisal II.
Sin embargo, hay un heredero “formal” del trono, el príncipe Raâd, pero éste ya declinó la invitación a reinar sobre Bagdad: con sus 82 años, no se entusiasma con proyectos inciertos y, sobre todo, muy peligrosos. El príncipe Hassan, hermano de Hussein, el difunto rey de Jordania, y heredero oficial del trono jordano durante muchos años, está también entre los candidatos posibles y como no pudo suceder a Hussein, cambió sus ambiciones y se lo ve con frecuencia en las reuniones de la oposición iraquí. Ultimamente, sorprendió a todo el mundo cuando apareció en Londres en ocasión de la reunión de la oposición iraquí con sus aliados occidentales.
Cherif Alí, por su parte, está en campaña desde 1992 y, financieramente, tiene una ventaja frente a los otros pretendientes: no corre detrás de los subsidios norteamericanos. El más ferviente partidario de la entronización del príncipe Cherif Alí es el secretario de Defensa norteamericano, Donald Rumsfeld. Según el periódico suizo Le Temps, los Estados unidos se hacen la siguiente pregunta: “¿Son preferibles los reyes a los presidentes para los países árabes?” Los norteamericanos son partidarios de reyes “modernos, de la nueva generación, que lleven a la población hacia la era de Internet”.
Hay que entender que la intervención de los norteamericanos en los asuntos iraquíes es un abuso, una injerencia contraria a las leyes internacionales. Además, nadie puede decir cuánto podría durar una guerra contra Irak. Pero, es cierto que Cherif Alí es un personaje que los iraquíes podrían aceptar, si hubiera un cambio de régimen. ¿Y si hubiera en Bagdad más nostálgicos de la monarquía de lo que se supone? Sin embargo, sólo los iraquíes tienen el derecho a decidir su futuro. La fuente: Maroc Hebdo (www.maroc-hebdo.press.ma), semanario marroquí, que se caracteriza por la seriedad e independencia de su información. Se dirige a los profesionales, los estudiantes y la diáspora marroquí. Fundado en 1991 por Mohamed Selhami, su independencia le ha costado algunos juicios y prohibiciones.