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domingo, mayo 19, 2024

La prensa en pie de guerra

PolíticaLa prensa en pie de guerra

La prensa en pie de guerra

Un estudio conjunto sobre el comportamiento de los medios de comunicación masiva palestinos e israelíes muestra cómo la prensa utiliza mecanismos para exagerar, deformar, deshumanizar y estimular la hostilidad hacia el “otro”, haciendo de “nuestras” víctimas una tragedia y de las de “ellos”, una estadística. De esta forma todas “nuestras” acciones son legítimas y todas las suyas, malvadas.

Por Orly Halpern

Ni los medios israelíes ni los palestinos muestran fotos de civiles del “otro lado” que hayan sido matados, según un estudio conjunto palestino-israelí. Este es sólo un ejemplo que tanto el profesor Mohammed Dajani (del Centro Sartawi de la Universidad Al Quds) como el profesor Gadi Wolfsfeld (del Instituto Truman de la Universidad Hebrea de Jerusalem) encontraron en la investigación de sus respectivos medios.

Tras cuatro meses investigando cómo los medios israelíes y palestinos percibían al “otro”, los profesores descubrieron cómo son usados mecanismos periodísticos por ambas partes para exagerar, deformar, deshumanizar y estimular la hostilidad hacia el “otro”. Sus conclusiones fueron reveladas en enero a periodistas locales palestinos, israelíes y extranjeros.

La investigación -“Imágenes del ‘Otro’ en los medios de Israel y los Territorios Palestinos”- fue financiada por la Konrad Adenanuer Stiftung Foundation. Los resultados incluyeron comentarios de la doctora Hanna Siniora, editora del Jerusalem Times, periódico palestino en idioma inglés, y de Shmuel Rosner, director de noticias de Haaretz, diario en idioma hebreo.

Los profesores dieron ejemplos ilustrando el uso de mecanismos periodísticos para hacer creer a sus lectores “que ‘nuestras’ víctimas son una tragedia y las de ‘ellos’ son una estadística, nuestras acciones son legítimas y las suyas son malvadas”, dijo Wolfsfeld.

La representación sólo de la tragedia del propio lado es consumada mediante la ubicación y la asignación del espacio a los temas noticiosos y mediante descripciones personales y dramáticas frente a descripciones impersonales y analíticas que deshumanizan al “otro”. Por ejemplo, el asesinato de un civil en el conflicto será colocado en la primera plana si fuera del “lado” de cierto medio y en una página posterior y con menos cobertura si fuera del “otro” lado.

Más aún, los diarios dan la sensación de que “estamos todos juntos en esto, de modo que nos podemos identificar con las tragedias”, dijo Wolfsfeld. La solidaridad étnica y nacionalista es estimulada por el uso de banderas en fotografías y por el uso de símbolos culturales y religiosos. Los nombres “Masacre del Pésaj” e “Intifada de Al-Aqsa” ayudan a los lectores a identificarse con los involucrados, como lo hace el uso de banderas en las fotografías.

Según Wolfsfeld y Dajani tanto los medios israelíes como los palestinos deshumanizan al “otro” lado. Esto es obvio en la descripción impersonal de las víctimas del “otro”. Los medios israelíes evitan dar nombres, imprimir fotografías y proveer detalles de las bajas civiles palestinas -dijo Wolfsfeld-, pero sí darán los antecedentes de palestinos asesinados involucrados en ataques contra Israel.

“El ataque a un objetivo es puesto en el contexto de la persona que realizó actos terroristas -o planeaba hacerlo- sin discutir el punto”, describió Wolfsfeld. “La cuestión es qué es lo que el medio enfatiza o no enfatiza. En lugar de mencionar los civiles muertos, indica el acto que (el terrorista) hizo”.

Igualmente, Dajani describió cómo, luego de operativos de militantes contra Israel, “no hay fotos de la familia (de las víctimas israelíes) o del duelo; sólo el operativo”.

Cada lado intenta legitimar sus propias acciones relatando anécdotas patrióticas de los involucrados y usando descripciones militares. Más aún, el uso de mapas, nombres militares de operativos (tales como “Operación Escudo de Defensa”) y nombres de armas, esteriliza los acontecimientos -según Wolfsfeld-, más que lo que describen la acción real y sus consecuencias.

Para validar las nobles aspiraciones de un lado y la vileza del otro, los medios hacen “uso discriminado de los periodistas y uso selectivo o no uso de los periodistas (del otro)”, remarcó Wolfsfeld, agregando que, por contraste, “en Belfast, tanto protestantes como católicos trabajan en todos los medios noticiosos”.

Otro mecanismo para deslegitimar al otro lado es a través del uso del lenguaje. El “otro” lado “alegó”, mientras el lado del medio respectivo “declaró” o “expuso” es una formulación normal. Dajani dijo que el uso de un lenguaje vago también contribuye a la hostilidad, como en el ejemplo del diario palestino que afirmó “fueron muertos gran cantidad de mujeres y niños”.

Aunque Rosner y la doctora Siniora reconocieron las exageraciones y deformaciones, explicaron por qué ocurren.

“Con respecto a Jenin, ciertamente hubo exageración palestina -admitió Siniora-. Pero Israel impidió la cobertura, que es la ventaja que tiene, por cuanto cualquier oficial israelí puede mostrar un papel y decir que ésa es una zona militar cerrada. ¿Cómo puede la prensa relatar los hechos si no puede ir a verlos? Por lo tanto, nos sentimos en la trampa de ser inexactos.”

“El rol de cualquier diario es no sólo el de ser una herramienta periodística sino el de ser una herramienta para crear un sentido de comunidad entre sus lectores -dijo Rosner-. Tiene cierta obligación hacia la comunidad a la que sirve y, si la comunidad siente aflicción, cólera y frustración hacia los palestinos, no hay oportunidad de que el diario no refleje o refuerce esos sentimientos hacia el otro lado.”

Rosner también expresó el temor de perder lectores: “Tenemos que considerar cuánto debemos alejarnos de nuestros lectores para que ellos puedan leer y aún permanecer con nosotros y no abandonar al diario”.

Ambos profesores dicen que hubo pocos ejemplos de temas noticiosos que mostraran comprensión de las tragedias del otro lado, aunque hubo notables excepciones. En general, los medios de ambos pueblos contribuyen a movilizar a la ppinión pública hacia el conflicto y la guerra, dijeron.

La fuente: Orly Halpern es un periodista independiente con base en Jerusalén. Este artículo ha sido publicado por Common Ground News Service / Middle East. La traducción del inglés pertenece a Roberto Bobrow para El Corresponsal.

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