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domingo, mayo 19, 2024

La colonización de los cerebros

Opinion/IdeasLa colonización de los cerebros

La colonización de los cerebros

Washington inició una fuerte ofensiva para conquistar la opinión árabe y terminar con el antiamericanismo con una cadena de televisión en árabe prevista en el presupuesto norteamericano de 2004, una radio y una revista destinada a la juventud árabe. ¿Propaganda, instrumentos de deformación, diplomacia popular? La guerra mediática norteamericana para mejorar la imagen del país del tío Sam en el mundo musulmán ya se puso en marcha.

Por Samar Al-Gamal

Emblema de MET.

Sawa, Hi y Middle East Televison… la guerra mediática norteamericana lanzada hacia los árabes ya comenzó. Radios, una revista mensual y una televisión, todo en árabe. Una propaganda, que para algunos es un instrumento de deformación, y para otros, diplomacia popular. El objetivo parece ser el mismo. Se trata de mejorar la imagen del país del tío Sam en el mundo árabe.

La Middle East Radio Network, bautizada Radio Sawa, cuyo nombre significa en árabe “conjunto”, se lanzó en 2002 y puede ser captada en FM, y pronto en AM, en Egipto, los Emiratos Arabes, Jordania, Irak, y en otros países árabes como Kuwait y los territorios palestinos. Según su sitio en Internet, esta radio tiene por objeto mostrar los intereses norteamericanos a largo plazo y enseñar la verdad sobre los Estados Unidos. No hay dudas en este punto, puesto que está financiada por la administración norteamericana. El Consejo de Gobernadores para la Radiodifusión recibió cerca de 35 millones de dólares del Congreso para esta estación. Se esfuerza en ser una radio destinada al ocio, en la que se difunde mucha música con intermedios de resúmenes de noticias de actualidad. Pero a diferencia de su gran hermana, Voice of America (La voz de las Américas), no pretende derrocar regímenes como hacía esta radio, en ruso y en las lenguas de Europa del Este, cuando atacaba a la ex URSS y al Pacto de Varsovia.

Las autoridades norteamericanas constataron que La voz de las Américas, que difunde también su programación en árabe, goza de poca audiencia en esta región, ya que se la considera demasiado pro israelí. El presidente del Consejo de los Gobernadores que supervisa la radiodifusión de las emisiones hacia el extranjero dijo que los Estados Unidos no tienen prácticamente oyentes menores de 25 años en el mundo árabe, donde más un 65% de la población tiene menos de 30 años. Esta radio contempla el espíritu y el corazón de los jóvenes, no los que odian a los Estados Unidos, sino los que están molestos con ese país. Estos oyentes pueden a largo plazo cambiar sus sentimientos y volverse más comprensivos. Según Hassan Emad, profesor de radio y televisión en la Facultad de Comunicación, “VOA utiliza medios más directos y su tendencia política queda clara, mientras que Sawa tiene una apariencia de magazine. Pero el objetivo es el mismo.” El objetivo declarado de querer cambiar el espíritu de los jóvenes árabes que hace que la región sea mucho más reticente frente a ella que frente a otras radios como la británica BBC o la francesa Radio Monte-Carlo.

La juventud como objetivo

En este gran proyecto de ofensiva a los sentimientos de los jóvenes árabes, la administración Bush lanzó una segunda arma para disminuir el nivel del antiamericanismo. Hi (Hola), una revista mensual dirigida a los árabes de 18 a 35 años para abrirles “una ventana a la cultura americana”. Esta publicación, cuyo presupuesto anual va de 3 a 4 millones de dólares, forma parte del Magazine Group y publica artículos sobre educación, tecnología y música. Pero no contiene una sola palabra sobre la invasión a Irak o sobre el conflicto palestino-israelí. Christopher Ross, coordinador especial de la diplomacia pública del Departamento de Estado, dijo en el Daily Star que “Hi es un medio para fundar a largo plazo relaciones con los individuos que serán en el futuro los líderes del mundo árabe”. Las notas son leídas por una mesa editorial del Departamento de Estado “para garantizar que sean completos, interesantes y constructivos”, añade Ross. Con la revista Hi, que se ha convertido en una palabra corriente para la mayoría de los jóvenes del mundo árabe, los norteamericanos pretenden abrir un diálogo con ellos.

Para la televisión habrá que esperar hasta el 2004. Su financiación ya está prevista en el presupuesto norteamericano con un costo de 30 millones de dólares. Se llamará Middle East Television Network (METNA). El Departamento de Estado pretendió duplicar el presupuesto, alegando que este proyecto entra en el marco de la diplomacia pública. Después del 11 de septiembre, Estados Unidos se sintió aislado en el plano político y popular. El Departamento de Estado considera que esta brecha crea una atmósfera negativa para su trabajo, en particular, en lo que se refiere a la seguridad nacional. Ross había dicho que la calle árabe se convirtió en “un fenómeno que merece nuestra atención para comprender a la oposición a la cual nos enfrentamos”. Según el diario árabe Al-Charq Al-Awsat, esta televisión no se consagrará íntegramente a la información, sino que será “la Fox news en árabe” con talk-shows y programas de entretenimientos. Esta cadena forma parte de un proyecto más amplio que pretende lanzar publicaciones independientes de los gobiernos árabes. La línea editorial incluirá del 5 al 10% de artículos destinados a mejorar la imagen norteamericana. Fahmi Howeidi, intelectual egipcio de tendencia islamista moderada, cita un informe elaborado por responsables de la embajada norteamericana en El Cairo y el USAID según el cual “los norteamericanos destinaron 23 millones de dólares para armar la prensa en árabe que es laúnica capaz de garantizar el nacimiento de sociedades abiertas y democráticas a la americana”.

¿Diplomacia pública o lavado de cerebro?

Estas maniobras “de lavado de cerebro colectivo” se intensificaron desde el 11 de septiembre y con el nacimiento de cadenas satelitales árabes cada vez más creíbles. Los Estados Unidos las acusaron de ser antiamericanas y de hacer “una presentación incendiaria” de los acontecimientos, en particular, durante la guerra en Irak. La irritación es tanto mayor cuanto que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, y otros altos responsables se comprometieron, por primera vez, en una amplia serie de entrevistas con medios de comunicación árabes con la esperanza de rectificar la imagen de los Estados Unidos en la región donde hay “mucho antiamericanismo”, según Powell. Henry Hyde, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, considera por su parte, que “una gran parte de la prensa extranjera describe diariamente a los Estados Unidos como una fuerza maléfica, acusando a nuestro país de un número infinito de conspiraciones contra el mundo. En nuestra lucha contra el terrorismo, nuestras acciones se describen generalmente en el mundo musulmán como actos de guerra contra el Islam”. Esto justifica, según él, los proyectos mediáticos en curso destinados al mundo árabe. Y los inscribe también en el proceso llamado diplomacia pública.

Esta expresión es usada para denominar los esfuerzos del gobierno norteamericano por explicar al mundo su política exterior y familiarizar a otros pueblos con los Estados Unidos. Incluye la difusión de emisiones en el exterior, los programas de intercambio, un abanico de servicios de información pública. Sin embargo, Hyde considera que además de esta aproximación pasiva, existen otros medios y objetivos más amplios: “Hablo del recurso de la diplomacia pública para que se dirija directamente a los pueblos extranjeros y que los asocie a nuestros esfuerzos a largo plazo en favor de la libertad”.

Pasar por encima de los gobiernos

El explica sin rodeos, igual que los miembros del gobierno norteamericano, cómo van a cambiar el mapa de Medio Oriente, cómo los Estados Unidos pretenden infiltrar la conciencia árabe. “Nuestro objetivo es instalar bases de cambio a largo plazo en una región del mundo a la cual le hemos prestado demasiado poca atención”. A sus ojos, el medio es muy simple. “Debemos mantener buenas relaciones con los gobiernos extranjeros, pero hay que hacer contactos directos con las propias poblaciones sin pasar por los gobiernos y las elites”.

¿Este proceso es realizable? Hassan Emad estima que “es muy posible porque una gran parte de la elite intelectual en la región se formó en los Estados Unidos y en consecuencia adoptó, con matices, los valores de la política norteamericana”. En este contexto, Howeidi advierte contra lo que llama “el partido tomado norteamericano” en los medios de comunicación árabes. Otro factor entra en juego, los pueblos árabes se habituaron durante décadas a ir a comprobar la información por radios y televisiones extranjeras, como la BBC, porque los medios de comunicación árabes no eran creíbles a sus ojos.

Según Hassan Emad, será necesario aún más tiempo, libertad y experiencia para cadenas como Al-Jazeera, Abou-Dhabi y Arabiya para poder convencer enteramente a los telespectadores. “Es porque es difícil para los árabes conquistar la opinión pública norteamericana, que es muy fiel a sus medios de comunicación”. Los millones de dólares que los árabes dedicaron a su campaña de información internacional parecen casi ineficaces. No obstante, la tarea tampoco es fácil para los Estados Unidos. Deben esperar una competencia feroz. En el mundo árabe hoy los medios de comunicación antiamericanos son muy atractivos para la audiencia. Los árabes no hacen la distinción entre la política de los Estados Unidos y los medios de comunicación norteamericanos. Para ellos, la política norteamericana es prosionista y, por lo tanto, antiárabe.

¿El siglo americano?

Por Ahmed Loutfi

La voz de las Américas y Radio Free Europa (Radio Libre Europa), instrumentos afilados de la propaganda norteamericana, contribuyeron a desmantelar la URSS y a poner fin al Pacto de Varsovia. Si los norteamericanos no inventaron la propaganda política como arma de guerra, son los que tienen más perfeccionada esta herramienta. En el siglo XX, el fundador de la revista Time, Henry Luc, bautizó esta era como “el siglo americano”. Pero algunos analistas afirman que este anuncio fue prematuro. De hecho, probablemente es el siglo XXI el que estará más marcado por la superioridad norteamericana. Además de las armas de guerra, está la información. José Nye y William Owens lo destacaron en un artículo, en el número de marzo-abril de la revista Foreign Affairs, retomado hasta ahora y que sirve incluso de propaganda en la Web. José Nye fue decano de la Escuela de administración John Kennedy de la Universidad de Harvard y ministro adjunto de Defensa, encargado de los asuntos internacionales durante el mandato de Bill Clinton. Owen, por su parte, fue vicepresidente del Consejo de los jefes de Estado Mayor del gobierno Clinton. Para ellos, el siglo XXI debe ser americano porque “la información es el nuevo material del edificio internacional y los Estados Unidos se posicionan mejor que cualquiera para multiplicar el potencial de las fuentes de poder de la información”. Y los autores de fijar este objetivo, el de someter el mundo a la ley americana: “La ventaja de la información es que si puede aumentar la eficacia de la potencia militar, democratiza también ineluctablemente a las sociedades”.

En otra época, eran las sociedades ex comunistas salidas de detrás de la cortina de hierro las que daban prueba de la eficacia de esta arma. “Los regímenes comunistas y autoritarios, que esperaban mantener su poder centralizado, recogiendo al mismo tiempo los beneficios económicos y militares de las tecnologías de la información, descubrieron que habían firmado un pacto con el diablo”. Los autores abogan porque los medios de comunicación electrónicos se pongan al servicio de la política exterior norteamericana, con páginas de inicio en Internet cuyo tema es “la democratización, la creación de mercados libres y su funcionamiento”. La apuesta americana sobre los medios de comunicación no es de hoy. Pero, ¿la administración norteamericana y su diplomacia popular no se equivocan haciendo la amalgama entre lo que fue antes y lo que podría realizarse en el presente? Transformada en una potencia agresiva y conquistadora, Estados Unidos no puede defenderse de la misma manera que lo hacía en el tiempo de la URSS.

La fuente: Al Ahram Hebdo, semanario egipcio, es una publicación del grupo Al Ahram destinada a los francófonos. La traducción del francés pertenece a María Masquelet para elcorresponsal.com.

Más

La clave palestina

La contradictoria política de Washington ante los ataques ordenados por el general Ariel Sharon contra objetivos palestinos -y sus intentos de desplazar a Yasser Arafat- conspira contra la precaria alianza de los regímenes árabes moderados con George Bush. Objetivamente, la ofensiva también daña los intereses a largo plazo del Estado de Israel. Escribe Dominique Vidal.

El texto y el contexto israelí del Acuerdo de Ginebra

El acuerdo de Ginebra, el último marco no oficial por la paz israelí-palestina que fue hecho público a mediados de octubre del 2003, no se ha convertido en la base para negociaciones oficiales. Pero la iniciativa ya ha sido exitosa en un aspecto: ha destapado tantas esperanzas como protestas entre israelíes y palestinos, a pesar de que el gobierno israelí lo ha rechazado y la Autoridad Palestina (AP) no lo ha aprobado formalmente. Esencialmente un reencauzamiento del plan para la paz del ex presidente Bill Clinton, el acuerdo de Ginebra estipula varios principios básicos sobre los cuales se pretende finalizar un acuerdo permanente de paz. Escriben Shiko Behar y Michael Warschawski.

Países ricos, pueblos pobres

La organización británica Global Witness ha difundido un informe que pone de relieve la escandalosa situación de varios países ricos en recursos naturales cuyas poblaciones malviven en la miseria. La riqueza de todos es acaparada por unos pocos y las compañías transnacionales son cómplices y parte activa en este saqueo. Escribe Ramón Arozarena.

Ofensiva concertada contra el régimen sirio

Todas las pistas covergen hacia el régimen sirio, acusado de estar detrás del asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri. EE.UU planea una ofensiva concertada con Francia contra Damasco. Pero una desestabilización del poder del presidente Bashar Al-Assad podría generar el caos regional, particularmente en el Líbano. Escribe Alain Gresh.

Cambiar las armas por la tolerancia y las ideas…

Para el autor, Hezbollah, por su fanatismo y radicalismo, es tan responsable como las bombas israelíes por el asesinato cobarde y salvaje de los libaneses. Escribe George K. Chaya.

De los campos de concentración a Irak

Democracia y libertad son palabras con fuerte contenido en el mundo de la ciencia política y de la filosofía, pero frágiles y vacías cuando se usan al estilo de un slogan publicitario para vender un nuevo producto en el mundo globalizado. Algo así como "compre usted democracia y libertad de producción angloamericana, y obténgala a precio módico: sólo a cambio de su vida y sus recursos naturales". Escribe Alicia Oliveira.