Un tesoro en Argelia
El país africano y la Argentina avanzan en una asociación que va más allá de acuerdos comerciales coyunturales y exploran, juntos, negocios en ciencia y tecnología. El embajador argelino en Buenos Aires, Nourredine Ayadi, considera que el modelo de cooperación alcanzado entre los dos países es un hito en las relaciones Sur-Sur. Porque “hay muy pocos casos de una cooperación tan intensa, tan diversa, entre dos países del Sur. Argelia, por razones históricas y geoestratégicas, siempre buscó la diversificación de sus relaciones exteriores y apostó por la cooperación Sur-Sur como una alternativa que permitiera romper la dependencia exclusiva del Norte”.
Por Ricardo López Dusil
Argelia y la Argentina parecen estar emergiendo de las crisis más profundas de sus respectivas historias recientes (el país magrebí, superando una década de violencia que puso en jaque la institucionalidad, y la Argentina, asomando recién del colapso de diciembre de 2001) y avanzan en una asociación que se presenta promisoria. Porque va más allá de acuerdos comerciales coyunturales. En estos días, el vicecanciller argentino, Jorge Taiana, se encuentra de visita en el Magreb con el objeto de afirmar la presencia argentina en la región y cumplir con un memorándum de consultas políticas acordado por las partes. La gira comenzó en Argelia, para seguir luego con Túnez y Marruecos. La actividad no descarta la exploración del potencial de demanda que ofrecen esos mercados de Africa del Norte, que durante 2003 importaron desde nuestro país por 940 millones de dólares, con una demanda en creciente diversificación -productos agroalimenticios, autopartes y neumáticos, químicos, medicina, materiales de construcción, vestimenta y polipropileno, entre otros- y donde el 32% de nuestros embarques son bienes de alto valor agregado y servicios.
Pero la actividad no termina allí: a fines de este mes se hará en Buenos Aires la primera reunión del comité científico mixto, con la presencia de expertos argelinos, donde se abordarán exclusivamente temas de cooperación en materia científica y tecnológica.
Simultáneamente, una delegación argentina viajará a Argel para promover técnicas de siembra directa, y del 1º al 11 de junio una misión empresarial organizada por la Cámara de Comercio Argentino Arabe también visitará la región para participar en la Feria Internacional de Argelia (Safex), donde la Fundación ExportAr tendrá un stand propio. El interés es tal que el propio presidente argelino, Abdelaziz Bouteflika (reelegido recientemente por abrumadora mayoría), ha manifestado su disposición a viajar a nuestro país, probablemente este mismo año, y en el ámbito del Mercosur se está discutiendo la posibilidad de generar un encuentro de alto nivel entre representantes de ambos bloques regionales.
Uno de los aspectos más relevantes de la relación argentino-argelina es la cooperación en materia científica y tecnológica, que le ha permitido a la Argentina posicionarse en el exclusivo club de países exportadores de tecnología nuclear, y a Argelia, el acceso a un conocimiento del que carecía. Argelia fue el primer país que le compró a la Argentina un reactor nuclear, en la década del 80, operación que a nuestro país le abrió las puertas de desarrollos posteriores, como la venta de otros dos reactores (a Egipto y a Australia).
El embajador argelino en nuestro país, Nourredine Ayadi, considera que el modelo de cooperación alcanzado entre los dos países es un hito en las relaciones Sur-Sur. ¿Por qué? “Porque en el campo de la alta tecnología -dice Ayadi- las relaciones son siempre Norte-Sur. Hay muy pocos casos de una cooperación tan intensa, tan diversa, entre dos países del Sur. Argelia, por razones históricas y geoestratégicas, siempre buscó la diversificación de sus relaciones exteriores y apostó por la cooperación Sur-Sur como una alternativa que permitiera romper la dependencia exclusiva del Norte. La Argentina le ofrece a Argelia la posibilidad de conseguir una tecnología de muy buen nivel, adaptada a sus necesidades, que está a buen costo y que viene acompañada con la voluntad de poner el know how a nuestro alcance, algo que no siempre sucede en las relaciones Norte-Sur.”
Ayadi, que lleva cinco años sirviendo a su país en Buenos Aires, es un entusiasta defensor de este esquema de negocios y destaca la complementariedad de ambas naciones: Argelia tiene el dinero que a la Argentina le falta, es importador nato de productos agroalimentarios que nuestro país produce en abundancia y necesita acceder a una capacitación tecnológica que puede obtener de nuestro país.
En el tema de la investigación satelital, un rubro en el que la Argentina ha alcanzado un alto grado de desarrollo, se viene trabajando intensamente desde 2001. Con la activa participación de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales y de la empresa Invap, la Argentina está ayudando a Argelia a crear su agencia espacial y a diseñar los principales objetivos de su programa en esa materia. También se establecieron acuerdos de formación para técnicos argelinos en el Instituto Balseiro.
El embajador Ayadi destaca que ciertas actitudes políticas ayudaron a fortalecer los lazos bilaterales, y en ese sentido reconoce el papel jugado por nuestro país en defensa de la institucionalidad cuando Argelia se desangraba en su lucha contra el terrorismo, en la década del 90, y, unos años antes, el fuerte compromiso argelino en defensa de la soberanía argentina sobre las islas Malvinas, desempeñando un papel extraordinario en todos los foros internacionales.
“Es que no se puede tener buenas relaciones comerciales con un país con el que no se tienen buenas relaciones políticas y culturales -dice Ayadi-. Lo que todavía afecta las relaciones es el desconocimiento mutuo de las potencialidades que tienen ambos países y también algunos prejuicios. Argelia, por todo el tema de la seguridad, todavía sigue siendo víctima de esa imagen. Aunque Argelia no es más un país inseguro, todavía sigue presente esa impresión. Y por el lado de la Argentina, la crisis económica tuvo algún impacto en términos de prejuicios, pero lo peor es el desconocimiento. La mayoría de los argelinos no tiene idea de las potencialidades argentinas.”
-Es previsible que con el abrupto descenso de la violencia se abran posibilidades en el terreno turístico, habida cuenta de que su país tiene 1200 kilómetros de costa sobre el Mediterráneo, mirando a Europa.
-Yo creo que el turismo es uno de los sectores más promisorios. Y el gobierno ha establecido muchas facilidades a los inversores en ese campo. Además de la belleza de la costa, Argelia ofrece a 60 kilómetros de la capital, en Blida, la posibilidad de la práctica de esquí y más allá de las montañas, hacia el Sur, el enorme atractivo del desierto del Sahara. -Volviendo al tema de los prejuicios: sospecho que por su condición de país de mayoría musulmana y las diferencias culturales, algunos empresarios argentinos deben de hacerle las consultas más extrañas…
-Sí, claro. Por ejemplo, no hace mucho un empresario argentino nos preguntó si en la delegación comercial podían incluir a una mujer. Obviamente, el estereotipo de país árabe le dio una imagen equivocada de mi país, donde, por ejemplo, una mujer (Luiza Hanun, líder del Partido de los Trabajadores) acaba de ser candidata presidencial en las recientes elecciones. Otra cosa que se ignora es que el 60 por ciento de los jueces de mi país son mujeres y también son mayoría en los campos de la salud y de la educación.
-En estos pocos años que se encuentra en Buenos Aires le tocó vivir los gobiernos de Menem, De la Rúa, Rodríguez Saá, Duhalde, Kirchner. Tantos cambios, ¿afectaron en algo las relaciones comerciales con su país?
-Son políticas de Estado. La relación de cooperación no va a cambiar, no hay razones para que suceda, pese a los cambios de gobierno. Por supuesto, algunos gobiernos tienen orientaciones o tendencias en materia de política exterior más afines.
-¿La concepción que tiene el actual gobierno favorece el intercambio con Argelia?
-Sí, seguro. Yo creo que es positivo para la Argentina que mire con más atención el Africa del Norte como conjunto, es un mercado potencial con el que tiene complementación y esa complementariedad hay que aprovecharla.
La fuente: El autor es el director periodístico de elcorresponsal.com. Este artículo fue publicado previamente en el suplemento Comercio Exterior del diario La Nación (Buenos Aires, Argentina).