Wadih Sabra, nacido en 1876, fue una de las más grandes figuras del patrimonio cultural del Líbano.
Músico brillante, es autor de los himnos nacionales del Líbano y de Turquía y de numerosas otras obras, entre ellas la primera ópera en idioma turco (“Les bergers de Canaan”) y la primera ópera en árabe (“Deux Rois”).
Durante años fue el organista de la Iglesia Evangélica de Beirut.
En 1892, Sabra partió para París, gracias al estímulo de René Taillandier, por entonces cónsul de Francia en Beirut. Hacia 1900, con 24 años, fue nombrado organista titular de la Iglesia del Santo Espíritu en París, título muy apreciado en aquel entonces.
Posteriormente, se trasladó a Turquía, donde se abocó a la composición del himno nacional turco.
De regreso al Líbano, Sabra fundó en 1910 una escuela privada de música, la primera que existió en Beirut.
En 1924, y a pedido del gobierno libanés, Sabra fundó el Conservatorio Nacional de Música.
Organista eminente, compositor de talento, Wadih Sabra fue también un inventor genial. Efectivamente, luego de pacientes búsquedas, ideó un instrumento capaz de medir los tonos hasta las fracciones, hecho que ningún teclado, hasta entonces, estaba en condiciones de efectuar. Presentado en la Sala Pleyel y luego en el Congreso de El Cairo, el instrumento, llamado “tabla parlante”, apasionó el mundo científico y musical.
Con anterioridad, había demostrado que a los grandes escolásticos Al Farabi y Avicena se les deben los más antiguos tratados conocidos sobre música, estudios que colocan sobre el tapete, por primera vez, el problema de la armonía y demostraban que el arte musical occidental tuvo su fuente en Oriente.
Murió en 1952.