El sucesor de Abebe Bikila
Por Carlos Toro
De estatura mediana (1,72 metros) y muy ligero (53 kilos), enjuto entre los enjutos, pavesa huracanada del fondo mundial, Mamo Wolde simboliza junto a Abebe Bikila, Mirus Yifter y Haile Gebrselassie el atletismo etíope. Nacido el 12 de junio de 1932 en un lugar llamado Jirgalem (o, según otras biografías mucho menos fiables, el 16 de enero de 1934 en Dredele), no era nadie en 1960 cuando Bikila ganó descalzo el maratón de los Juegos Olímpicos de Roma. No compitió en ellos, aunque había debutado en los de Melbourne, en 1956, con resultados descorazonadores (último en sus series de 800 y 1.500 metros. Y, además, último, con el equipo de relevos 4X400, en la tercera serie de la prueba). Ayer (27/5/2002), la radio pública de su país informaba de su muerte, ocurrida el pasado domingo (26/5/2002).
Evidentemente, no era un mediofondista. Y menos un velocista. En los Juegos de Tokio, en 1964, ya era un maratoniano que, ese mismo año, había corrido sólo cuatro décimas de segundo por encima de Bikila (2:16:19.2 por 2:16:18.8) en una carrera preolímpica disputada en Addis Abeba. En el maratón olímpico, ganado por su compatriota y también miembro de la tribu Oromo, se retiró, pero acabó en cuarto lugar en los 10.000. Ya empezaba a ser alguien.
En 1968, en los Juegos de México, tomó la salida junto a Bikila. Pero éste, aún no repuesto de una lesión que había sufrido en España, abandonó en el kilómetro 17. En Wolde, pues, depositó Etiopía la esperanza de un tercer maratón olímpico consecutivo. No era nada fácil porque Wolde había acabado en segundo lugar en los 10.000 una semana antes y porque en la prueba figuraba inscrito el australiano Derek Clayton, que en diciembre de 1967 había llevado el récord mundial hasta unos asombrosos 2:09:36.Pero Clayton acabó en 2:27:23, mientras que Wolde lo hacía en 2:20:26, tres minutos y cinco segundos antes que el japonés Kenji Kimihara. A los 36 años, Wolde se desembarazaba de la sombra de Bikila. Todavía, en los Juegos de Múnich, a los 40 años, corría el más rápido maratón de su vida (2:15:08) y obtenía el bronce.
Se acabaron ahí sus días dorados. Retirado y dedicado ya a su profesión de militar (capitán), fue detenido (y liberado) dos veces en septiembre de 1992 acusado de crímenes indeterminados. En abril de 1993 se vio definitivamente encarcelado. A lo largo de seis años languideció sin cargos en una siniestra prisión.
Amnistía Internacional, para la que nunca existieron pruebas de que el ex atleta estuviera implicado en violaciones de derechos humanos, denunció repetidas veces su caso. Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Internacional Olímpico, envió en mayo de 1995 una carta a las autoridades etíopes solicitando información acerca del cautivo y su situación jurídica. Para entonces, el campeón olímpico llevaba ya tres años encerrado, a la espera de juicio y sin cargos.
Finalmente Wolde fue llevado ante los tribunales en marzo de 1999 bajo la acusación de haber intervenido, entre otros crímenes, y durante el régimen del coronel Mengistu, en la muerte, en 1978, del joven Samuel Alemu, miembro de una organización antigubernamental. Fue puesto en libertad el pasado mes de enero (2002). A su salida de la prisión, con problemas de sordera y dificultades de visión, con dolores hepáticos y dolencias bronquiales, su salud estaba definitivamente quebrantada. Ayudado económicamente por el Comité Olímpico Etíope y por algunos atletas y aficionados, pasó sus últimos días con su esposa y sus tres hijos.
En España era muy recordado por sus triunfos en el cross de Lasarte (1963, 1964 y 1967) y Elgóibar (1963, 1964, 1967 y 1970).
Mamo Wolde, corredor de atletismo y campeón olímpico de maratón, nació el 12 de junio de 1932 en Jirgalem (Etiopía) y falleció el 26 de mayo de 2002 en Addis Abeba.
La fuente: obituario publicado por el diario español El Mundo (www.elmundo.es), en su edición del 28/5/2002.