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miércoles, mayo 15, 2024

Saddam no actuó solo

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Saddam no actuó solo

Para Waleed Saleh al-Kalifa, director del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid, el juicio a Saddam debe ser el juicio de una etapa en la que han intervenido personalidades y figuras de carácter internacional, presidentes y reyes. A su criterio, también debe ventilarse en la cuasa el apoyo al régimen dado por la administración norteamericana y los comerciantes de armas que actuaron con el beneplácito de sus gobiernos.

Por María Inés Viturro

Luego de dos años de ocupación, Irak continúa sumido en el caos. Sin servicios básicos garantizados para la población y con un saldo de alrededor de 30.000 civiles muertos en situaciones violentas, el destino del país es incierto. El calendario indica que el 15 de diciembre los ciudadanos se presentarán a las urnas para elegir un nuevo Parlamento. Días antes, a fines de noviembre, se reanudará el juicio a Saddam Hussein quien en primera instancia deberá responder por la matanza de más de 140 shiitas en Dujail, en 1982. Para analizar en qué medida ambos procesos les devolverán a los iraquíes el control sobre su país, El Corresponsal entrevistó al analista iraquí Waleed Saleh al Kalifa, director del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid.

– El presidente de Irak, Jalal Talabani, sugirió que la opinión pública va a demandar que Saddam sea enjuiciado por todos sus crímenes, inclusive el uso de gas en Halabja in 1988 y la campaña de Anfal que mató a 180.000 shiítas a fines de la década de los ochenta ¿Cree que el juicio a Saddam Hussein tal y como está planteado dará alivio a los familiares de sus víctimas y colaborará en la reconstrucción civil del país?

-Creo que el juicio a Saddam debe ser justo y transparente. Pero la situación actual del país no garantiza estas dos condiciones. Existen grandes dudas sobre la verdadera intención de las autoridades del país, tanto iraquíes como norteamericanas, y sobre su interés por un juicio acorde con las leyes internacionales. Este juicio debe ser el juicio de una etapa completa en la que han intervenido personalidades y figuras de carácter internacional, presidentes y reyes, porque sabemos que Saddam no actuó solo al cometer los crímenes. Fue apoyado por la CIA, por la administración norteamericana, especialmente en su guerra contra Irán. Habría que juzgar a todos aquellos comerciantes de armas que se enriquecieron por su negocio con el régimen de Saddam y la mayoría actuó con el beneplácito de sus gobiernos, pertenecientes al mundo occidental.

A Saddam se lo acusa únicamente de crímenes contra kurdos y shiitas y esto demuestra quién o quiénes ostentan el poder en la actualidad en Irak. ¿Por qué no hemos oído ninguna acusación al personaje por haber matado y torturado a miles de comunistas iraquíes, por ejemplo? Lo justo sería realizar un juicio en condiciones al ex presidente iraquí y presentar todos los cargos con las pruebas contra él y sus colaboradores. No hay que esperar un gran cambio en la situación política de Irak por el hecho de que se juzgue a Saddam. Él se acabó el 9 de abril de 2003 y el país solamente puede mejorar si se hace una política más equilibrada. Si se resuelven los grandes problemas de seguridad, de desempleo, de servicios básicos y si se cierran las grandes heridas causadas por las divisiones étnicas y confesionales en la población.

-En vistas a las elecciones parlamentarias ¿Cuál es su análisis con respecto al futuro político de Irak?

-El proceso democrático seguido en Irak es positivo como idea, como marco, si no fuera por la práctica. Existen minorías excluidas de este proceso y esto hace muy difícil la gobernabilidad del país en el futuro. La profunda división entre las diferentes comunidades que forman el país va a dejar sus huellas en la política del futuro. La Constitución aprobada recientemente incluye una serie de elementos y artículos que serán gérmenes para la discordia entre las distintas comunidades y grupos. La exclusión de algunos partidos políticos de la vida pública no ayudará a imponer la paz ni participará en la propagación de la tranquilidad, tan deseada por los iraquíes.

La única solución viable que veo para la futura vida política de Irak, es la inclusión de todos los partidos y grupos étnicos y confesionales en el proceso democrático. Tiene que primar la unidad nacional y ser equitativo en el reparto de la riqueza del país entre todas las comunidades. Asimismo, hay que eliminar todos aquellos puntos conflictivos de la Constitución que traerán seguramente grandes complicaciones para la vida diaria del futuro Irak, particularmente la referencia al Islam como fuente básica para la legislación y el federalismo como posibilidad para la autonomía de ciertas comunidades. Y por último, habría que alejarse de todo tipo de sectarismo y de fanatismo religioso que domina la vida política de la actualidad en el país.

-¿Que piensa de que la causa de la invasión a Irak sea reducida a la lucha contra el terrorismo y Al Qaeda?

-El régimen de Saddam Hussein que han querido vincular con Al Qaeda, con el terrorismo, no tuvo absolutamente nada que ver con una cosa ni la otra. No porque Saddam sea un hombre de confianza ni digno, sino simplemente porque él ha tenido siempre una mala relación con los religiosos. Pero atención que no ha perseguido a ningún grupo en particular. Lamentablemente ése es un error en el que han incurrido incluso los especialistas en el mundo árabe, sobretodo los occidentales. Le han hecho el juego de que los shiitas han sido perseguidos. Pero es un error. Cuando cayó el régimen iraquí había siete millones de militantes del partido Baath. La mayoría de los baathies eran shiitas, ¿acaso ellos han sido perseguidos? De ningún modo. Ha habido ministros shiitas, miembros del más alto mando de la revolución. Pero resulta que ahora interesa que algunos sectores digan que han sido perseguidos. Saddam tenía en su partido a cristianos, kurdos, árabes, shiitas y sunnitas. Y tenía como enemigos a los mismos por razones políticas. La mayoría de los traductores más fieles a Saddam Hussein que estuvieron con él desde 1978 hasta que cayó el régimen han sido kurdos. Tareq Aziz era cristiano y no sufrió persecusión. El primer ministro provisional de Irak, Iyad Alawi, dijo en una entrevista con el diario El País que el 85% de quienes fueron ejecutados desde 1990 hasta 2003 fueron sunnitas. Pero es importante ver cómo se utilizan los discursos, porque hay intereses de poder y económicos por detrás.

Irak es un país donde la sociedad es -en general- laica. Pero en los medios de comunicación sólo aparecen religiosos y fanáticos, que en realidad es un sector pequeño de la sociedad. ¿Dónde está el sector más amplio, laico, moderado, aquel que quiere una sociedad civil de derechos y de libertades? Está silenciado. Porque Estados Unidos está utilizando una política de división, si no no se entiende cómo puede ser aliado de algunos religiosos. Resulta que ahora Irak está formado enteramente por un grupo de religiosos o por tribus. Yo desconozco mi país tal y como lo están presentando.

La fuente: la autora es periodista, colaboradora permanente de elcorresponsal.com.

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