EL CINE RESCATA UNA FIGURA CRUCIAL EN MEDIO ORIENTE
El mago que engañó a las tropas de Rommel en Egipto
La industria cinematográfica norteamericana tiene previsto rescatar del olvido la increíble historia de un mago británico que usó sus artes de ilusionista para distraer a las fuerzas nazis durante la Segunda Guerra Mundial. El ilusionista, destinado en Egipto, logró hacer “desaparecer” el canal de Suez y Alejandría a los ojos de los bombarderos nazis.
Por Ricardo López Dusil
Jaspe Maskeleyne, en un show de magia. Sin él, la Segunda Guerra Mundial hubiera sido distinta. 
La increíble historia de Jaspe Maskeleyne, nieto de un mago famoso (John Nevil Maskelyne, fundador del Círculo Mágico británico) tendrá su demorado reconocimiento en una película anunciada por la Paramount Picture y basada en un libro del escritor norteamericano David Fisher (The War Magician, el mago de la guerra). El film estará protagonizado por Tom Cruise.
Aunque su abuelo y su padre, Nevil Maskelyne, son reconocidos como ilusionistas famosos por sus asombrosas actuaciones, tal vez sea Jaspe el que tenga reservado un lugar en la historia por sus fantásticos aportes a los aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
Destinado a las fuerzas estacionadas en Egipto, Jaspe utilizó sus talentos mágicos no tanto para derrotar a los nazis, pero sí para crearles innumerables inconvenientes en el Medio Oriente. Muchas de las técnicas ideadas por Jaspe todavía son usadas por unidades militares a lo largo del mundo.
Después de su alistamiento en el ejército británico, Jaspe Maskeleyne fue destinado a una unidad de combate. Mientras recibía entrenamiento en Gran Bretaña, el mágico soldado propuso utilizar sus conocimientos de ilusionista en la guerra, pero sus superiores lo tomaron a broma.
Para convencerlos, adoptó mecanismos con espejos para ocultar un nido de ametralladoras imposibles de observar desde el aire. Pero el desafío fue todavía más lejos: también creó una ilusión que por entonces resultó inexplicable: hizo navegar por el Támesis un barco de guerra alemán. A los ojos de sus superiores, el barco estaba allí, pero era una ilusión.
Convencidos de sus habilidades para fabricar estos “sutiles armamentos de aire”, los mandos británicos, que inicialmente habían descreído de semejantes recursos, decidieron enviar a Jaspe al Medio Oriente, donde había una escasez dramática de hombres y materiales.
Tras llegar a El Cairo, Jaspe fue enviado inmediatamente a Damasco, capital de Siria, para sostener un “duelo mágico” con un Iman que estaba amenazando con iniciar una jihad (guerra santa) si las tropas británicas usaban una ruta de evacuación que atravesara Palestina, Transjordania, Siria y Turquía. Después de que Jaspe ganó su duelo con el imán, mostrándole un poderío militar inexistente, fue asignado como jefe de una sección experimental de camuflaje y se le dio una autonomía prácticamente completa.
Jaspe Maskeleyne creó ejércitos, tanques y acorazados donde no había nada de todo eso, lo que obligó al enemigo a destinar valiosos recursos para atacar blancos inútiles. Inclusive, diseñó equipo de espionaje y herramientas de escape que podrían esconderse en los uniformes de pilotos en caso de que fueron capturados. El ocultamiento de objetos en los tacos de las botas, tan vistos en las películas de espionaje, también son obra de la imaginación inagotable de Jaspe Maskeleyne.
Quizás las ilusiones más grandes fueron las que Jaspe tuvo que realizar durante las noches. Estas ilusiones fueron las más asombrosas jamás utilizadas. Jaspe Maskelyne logró “ocultar” el Canal de Suez y Alejandría para que los bombarderos enemigos no pudieran encontrarlos y bombardearan en su lugar dunas de arena inútiles. Para lograrlo, armó ciudades fantasmas, al tiempo que sumía en la oscuridad total a las verdaderas. Desde el aire, los bombarderos alemanes soltaron sus explosivos sobre ciudades de utilería y dejaron a salvo las verdaderas.
Durante gran parte de la guerra el general Erwin Rommel creyó que sus aviones había destruido Alejandría y nunca pudo explicarse de qué manera había sido reconstruida tan velozmente.
Otro de los artilugios de Maskeleyne fue el camuflaje de barcos de guerra británicos, que puso a navegar en aguas sembradas de submarinos alemanes que los confundieron con inofensivos pesqueros egipcios.
Pero la máxima hazaña de Maskelyne se dio cuando, en 1942, logró convencer a las fuerzas de Rommel de que el Octavo Regimiento Británico estaba al sur del desierto egipcio y el ataque de El Alamein empezó allí y no en el norte.
The War Magician, el libro de David Fisher que servirá de argumento para la película, relata con detalles las increíbles acciones del mago en el Medio Oriente y muestra cómo pueden usarse los principios de la magia tradicional para ahorrar vidas.
Aunque Jaspe Maskelyne nunca disparó un tiro, sin él la guerra en el desierto habría estado perdida para los aliados.
Con sus métodos para hacer aparecer acorazados y submarinos inexistentes y sus engaños a las fuerzas de Rommel en Africa, Jaspe Maskelyne demostró que era uno de los más grandes ilusionistas de todos los tiempos. Aunque su show permaneció por años en el más estricto de los secretos.
Concluida la guerra, el ejército británico olvidó rápidamente sus contribuciones, pese a los elogios que le había dispensado el todopoderoso Winston Churchill. Jaspe retornó entonces a sus espectáculos teatrales de magia, pero con escaso éxito. Murió en la pobreza, en 1973, en una granja de Kenya. Tenía 71 años.