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jueves, mayo 9, 2024

El Sahara, un paisaje lleno de intrigas

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El Sahara, un paisaje lleno de intrigas

El desierto más grande del mundo ha despertado desde siempre la fascinación y el misterio, estimulados muchas veces por relatos fantásticos y numerosas películas. Pero sobre ese inmenso territorio, que ocupa la mayor parte de 9 países, suele hablarse más de lo que se conoce. El Sahara ofrece mucho más que dunas de arena y un sol abrasador. En este artículo le proponemos un acercamiento sin clichés.

Por Chris Scott

Oasis en el Sahara libio

¿Dónde está el Sahara?

El Sahara es el desierto más grande del mundo. Ocupa la mayor parte de Mauritania, Sahara Occidental, Malí, Argelia, Níger, Libia, Túnez, Egipto y Chad y se extiende por el norte de Africa desde el Atlántico hasta el Mar Rojo. La palabra “sahara” deriva del árabe sahra, o tierra inculta, aunque realmente menos de un cuarto del Sahara está cubierto por dunas, contrariamente a lo que se cree popularmente.

¿Cómo es?

Otro cliché extendido es que el desierto es muy cálido de día y helado de noche. Sin embargo, en el verano, si bien las temperaturas alcanzan los 50°C a la sombra, la falta de humedad lo hace bastante tolerable y las noches heladas son normalmente sólo una consecuencia de la altitud. En invierno, las temperaturas diurnas están en los 25°C y el aire libre de polvo hace que sea un tiempo ideal para las visitas.

El paisaje sahariano típico es la llanura de arena conocida como “serir” y las llanuras de arena gruesa son conocidas como ergio. El Tenere norteño es un inmenso serir absolutamente liso, ideal para recorrer en auto con tal de que la arena sea firme. El ergio más conocido es Tanezrouftr, que se extiende en un área de mil kilómetros en la frontera argelinomalí. Los acantilados quiebran estas llanuras.

En el oeste, estas mesetas son conocidas como “hamadas”; como el ondulante Hamada du Draa, al sur del Antiatlas, y Tademait, en Argelia. Algunos de estas mesetas fueron transformadas hace tiempo, por los ríos, en cañones espectaculares y formas extrañas, como el Tassili N’Ajjer de Argelia y el Akakas de Libia. El Sahara también tiene tres cordilleras: los plegamientos del Atlas; el Tibesti, en el noroeste de Chad, con la cumbre más alta del Sahara, Emi Koussi (3415 metros), y el Hoggar, en Argelia.

Como una barrera geográfica que separa a los bereberes y árabes del Norte de los africanos negros del sur, el desierto está ocupado hoy por las mismas tribus nómadas cuyas bisabuelos guiaban o asaltaban a los viajeros que comerciaban entre las dos áreas. Pero, ¿por qué uno querría ir allí? Para muchos, el sentido de historia, misterio y aventura que ofrece el Sahara es fascinante. Además es difícil no sentirse sobrecogido por un desierto del tamaño de Australia. Y esto sin mencionar los maravillosos cielos nocturnos llenos de estrellas, el impresionante silencio y la surrealista y sensual belleza de las dunas en el crepúsculo. La estada en un desierto afecta a las personas de maneras inesperadas, pero el aburrimiento no es normalmente una de ellas.

La erosión ha creado formas caprichosas.

¿Qué veré?

Uno se encuentra con variados paisajes y todos parecen más asombrosos que si estuvieran en otra parte, gracias a la desolación circundante. Hay arcos de piedra lo bastante grandes como para pasar volando por debajo de ellos, una ermita colgada a 2700 metros de altura entre los piedras volcánicas del Hoggar, los extraordinarios lagos orlados de palmeras perdidos en medio de las dunas del Ubari Sand Sea de Libia y, en Chad, se puede tener la oportunidad de ver un cocodrilo enano, reliquias ecológicas entrampadas en las piscinas de piedra de Guelta Archaï. Quizás menos atractivo, pero cerca de allí, se encuentra un campamento militar abandonado por los libios cuando se retiraron durante la guerra de los ochenta.

En el gran mar de arena de Egipto, se encuentran importantes muestras de arte rupestre prehistórico. Pinturas de unos 7000 años de antigüedad adornan los acantilados, las salientes y paredes de cuevas y es común tropezar con alfarería medieval, piedras de molino neolíticas e, incluso, herramientas del paleolítico. Esto es particularmente común en las áreas montañosas que antiguamente se parecían a la sabana del Serengetti actual. Los troves más ricos están en el Jebel Uweinat de Egipto, el Libyan Fezzan, el Tassili N’Ajjer del sudeste Argelia y el Ennedi Massif en el nordeste de Chade.

¿Vale la pena ir a Timbuktu?

No se moleste. Es probable que tenga una desilusión sahariana con este fabulado pueblo de Malí. Lo que fue una vez una fabulosa y adinerada ciudad medieval cerca del Río de Níger, ofrece actualmente poco más del hecho de decir que se ha estado allí.

¿Se puede familiarizarse con nómadas?

Ya no hay nómadas en el Sahara oriental hiperárido, pero en otras partes todavía es un estilo de vida. Verlos, aunque sea pasar rápidamente, es un momento culminante de cualquier jornada sahariana. Posiblemente el mejor lugar para una reunión auténtica está en Mauritania, una nación que hace sólo una generación era principalmente itinerante. Si se decide ir a un campamento, se necesitará un intérprete del “hassaniya” (árabe arcaico). El té se le pondrá adelante sin preguntar nada y se lo invitará a descansar en la raïma o tienda. Generalmente, los hombres y niños cuidan los camellos y las cabras, mientras las mujeres hacen todo lo demás, incluida la atención de los turistas curiosos. El visitante se irá pensando que esta gente puede, e inclusive, prefiere, vivir así. Para él es simplemente un estilo de vida. Sin embargo, detrás del romanticismo, los nómadas sufren mucho prejuicio y la falta de variedad en su dieta provoca problemas de salud.

Los lugares donde no se debe esperar encontrar nómadas genuinos son los centros turísticos de Marruecos y Túnez. Estos son reductos de tuareg falsos vestidos de azul: hay que tener cuidado con aquellos que falsifican una imagen mientras proclaman su amor por el desierto.

¿Cuál es la manera mejor de visitar el Sahara?

Los paquetes turísticos son una buena introducción a la región. Hay que tratar de evitar la época de Navidad, cuando hay mucha gente, hace frío y los días son más cortos.

¿Y viajar independientemente?

Organizar de manera independiente el viaje puede ser muy interesante, aunque más costoso. Se necesitará un vehículo cuatro por cuatro bien equipado. Marruecos es un buen sitio para comenzar, ya que se llega a Algeciras desde Gibraltar en aproximadamente 20 minutos. También se puede llegar a Túnez a bordo de modernos barcos desde Marsella o Génova. Una vez en el Sahara, no tendrá grandes gastos aparte del combustible. La mayoría de los turistas siguen huellas conocidas, basadas en antiguas rutas de comercio. Raramente hay más de 600 kilómetros entre los puntos de reabastecimiento y esto permite cruzar mesetas rocosas o dunas y enfrentar el desafío. Buenos mapas disponibles son una gran ayuda para evitar errores, pero en ciertas rutas, es conveniente, casi obligado, el servicio de un guía local tanto para evitar tener que andar y desandar caminos como por la información que puede brindar.

¿Cómo se hace si uno sólo quiere echar un vistazo del desierto?

Esto se logra en un rápido viaje a Túnez, de forma independiente o con un paquete turístico. También se puede acceder al desierto desde los populares centros turísticos de Egipto y Marruecos.

¿Es seguro viajar por el Sahara?

Serpientes, escorpiones y tormentas de arena son otro cliché, sobre todo en invierno, cuando los escalofriantes reptiles están inactivos y el tiempo es tranquilo. El peligro más grande es una pobre preparación. Hay que estar bien aprovisionado y tener un itinerario realista. Manejar solo por el desierto es arriesgado, pero encontrarse con otros turistas con vehículos es más fácil de lo que se piensa, cuando uno para en la única estación de gasolina que hay en 500 kilómetros a la redonda. Hay partes del Sahara que están convulsionadas, por eso es importante asegurarse de cómo está la región antes de partir.

Es raro protagonizar una situación de supervivencia; eso tiende a suceder cuando se suma la mala suerte a una mala preparación. Por ejemplo, que se estropee el vehículo, cuando uno está fuera de ruta en una época muy cálida. En esta situación, las reservas de agua son vitales. De hecho, en el Sahara es raro que esto suceda porque la gente está preparada.

La fuente: Chris Scott es autor del libro Sahara Overland (Trailblazer), corre ocasionalmente en vehículos todoterreno y apoyó giras en motocicleta por el Sahara (www.sahara-overland.com).

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