Estados Unidos observa con recelo las relaciones peligrosas entre China y Afganistán
Un desertor de alto rango de los servicios secretos chinos ha proporcionado a la CIA valiosas revelaciones sobre el equipamiento de defensa que el gobierno de Beijing ha estado proporcionando al régimen talibán. El mismo día en que fueron atacados el World Trade Center y el Pentágono se cerró en Kabul una operación de venta de equipos de defensa electrónica desarrollados en Gran Bretaña, los Estados Unidos y Alemania y que habían sido apoderados por los servicios de espionaje chinos.
Por Gordon Thomas
China ha suministrado a los talibanes el último grito en equipos de defensa electrónica. Dichos equipos han sido desarrollados por contratistas militares en Gran Bretaña, Estados Unidos y Alemania y de ellos se ha apoderado el Servicio Secreto de Espionaje de China (SSEC). El trato se cerró en Kabul el mismo día en que fueron atacados el World Trade Center y el Pentágono.
China se ha negado a respaldar a Estados Unidos y a Gran Bretaña en cualquier operación militar. A finales de la semana pasada, empezaron a aparecer por todo Beijing unos llamativos carteles antinorteamericanos. Los carteles alababan a los terroristas que atacaron Nueva York y Washington con palabras como “valientes héroes que han liberado al mundo”. Además, decían que “Estados Unidos se merece que lo ataquen”.
La razón de estos carteles hay que buscarla, en parte, en el bombardeo norteamericano de la embajada china en Belgrado en 1999 y en la pérdida del caza chino que se estrelló contra el suelo después de chocar en el aire con un avión espía de Estados Unidos en abril último. Sin embargo, hay otra razón por la que los dirigentes chinos apoyan en secreto a los talibanes.
A cambio de reforzar la defensa de Afganistán, los talibanes han accedido a cerrar los campamentos radicados en el país en los que recibían instrucción los fundamentalistas musulmanes que siembran actualmente el terror en las provincias del norte de China.
De fuentes antitalibanas de Afganistán han podido conocerse en Beijing, la semana pasada, detalles del acuerdo. Ha sido confirmado por Washington, donde el Departamento de Estado se ha mostrado “enormemente molesto” por las noticias que, acerca de ese acuerdo, le ha hecho llegar la embajada de Estados Unidos en Beijing.
Al secretario de Estado, Colin Powell, se le informó de que en el acuerdo participaban dos importantes empresas chinas, Huswei Technologies y ZTE. Ambas son importantes suministradoras del Ejército Popular de Liberación de China. El Ministerio de Seguridad del Estado chino proporcionó a los talibanes equipos de seguimiento de misiles y una serie de contramedidas electrónicas. Estos equipos han sido desarrollados en Gran Bretaña.
En una inequívoca llamada de atención a Beijing para que deje de apoyar a los talibanes, el fiscal general de Estados Unidos, John Ashcroft, dio un paso altamente insólito, como lo fue el de anunciar que los terroristas responsables de los ataques al World Trade Center y al Pentágono “probablemente recibían apoyo de otros gobiernos”.
“Ha llegado el momento de que esos gobiernos comprendan, con absoluta claridad, que no vamos a permitir ese tipo de apoyos a organizaciones capaces de infligir esta clase de daños al pueblo norteamericano.”
Sin embargo, desde hace pocos días, aparatos de transporte de las Fuerzas Aéreas chinas han estado volando al aeropuerto de Kabul con los mencionados equipos, que luego son distribuidos, inmediatamente, a las zonas en las que los talibanes temen que pueda producirse el ataque de Estados Unidos.
Además, por primera vez estamos en condiciones de revelar los estrechos contactos entre el SSEC y Osama ben Laden. Se ha sabido que, el año pasado, Ben Laden realizó varias visitas a Beijing, acompañado, habitualmente, por el embajador de China en Pakistán, que es el más importante de los diplomáticos de Beijing en la zona.
Un desertor chino de alto rango, con acceso pleno al SSEC, que se pasó a EE.UU., ha revelado los detalles más exhaustivos que puedan imaginarse acerca de las operaciones de espionaje de China a objetivos clave de la economía y la industria de Gran Bretaña.
1. Desde que el SSEC intensificó sus operaciones en Gran Bretaña, en los últimos tres años se han apoderado de investigaciones y tecnología de ultimísima generación, con un valor estimado de 14.000 millones de libras esterlinas. El desertor, el coronel Xu Junping, era director de Estrategia del Ministerio de Defensa de China. Durante los últimos cinco años, se encargó de supervisar todas las operaciones secretas del SSEC contra Occidente. Xu ha informado a los agentes de la CIA que lo interrogaron acerca de cómo:
– El SSEC ha establecido bases en el Soho de Londres (concretamente en Chinatown) y en otras ciudades. Algunas de estas bases están ubicadas encima de restaurantes o prostíbulos.
– El SSEC paga a estudiantes chinos para que reciban educación en Gran Bretaña. Muchos asisten a cursos de posgrado de las universidades más prestigiosas, entre ellas, Oxford y Cambridge. Una vez que acaban los cursos, por lo común, sobre materias de informática o relacionadas con las ciencias, a dichos estudiantes se los instruye sobre cómo presentarse a puestos de trabajo en empresas británicas, algunas de las cuales cuentan con delicados contratos del área de defensa. Xu ha proporcionado una lista de las empresas seleccionadas. La mayoría de ellas pertenece al sector de tecnologías avanzadas.
– El SSEC entrena a estos licenciados para que se apoderen de secretos comerciales de sus empleadores y los pongan a buen recaudo en casas seguras. Xu ha proporcionado una lista de casas en Londres, Glasgow y Manchester.
– El SSEC dispone en Gran Bretaña de 20 agentes a dedicación plena. Sólo dos de ellos gozan de rango diplomático. Los demás están adscritos a organizaciones empresariales chinas que les facilitan cobertura para sus actividades secretas. El número de agentes del SSEC es mayor que el de cualquier otro servicio de espionaje que funciona en Gran Bretaña.
2. En los cinco meses que ha pasado bajo protección, en una casa a salvo en el corazón de la campiña a las afueras de Washington, cuyo perímetro vigilan agentes tiradores de elite, este delgado y bien parecido desertor, de 44 años, ha proporcionado asimismo valiosas revelaciones sobre todo lo que China sabe acerca de:
– Operaciones del MI6 en el lejano Oriente.
– Cómo China ha burlado las sanciones contra Saddam para rearmar a Irak con armas nucleares. En la actualidad, Irak tiene capacidad para producir misiles nucleares de largo alcance.
– Cómo China ayudó secretamente a Slobodan Milosevic durante la Guerra de los Balcanes y cómo un grupo del SSEC voló a Belgrado dispuesto a llevarse a Milosevic a un lugar seguro en China, poco antes de que fuera detenido y presentado ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya.
Todavía más alarmante fue la revelación de Xu de que Osama ben Laden, el “supremo señor del terrorismo”, según Estados Unidos, mantiene estrechos contactos con el SSEC. “Nuestros servicios de espionaje funcionan bajo el principio de que tus enemigos son nuestros posibles aliados”, confesó Xu a quienes lo interrogaban.
3. Tanta trascendencia tenían algunas de las revelaciones de Xu que la consejera de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Condolezza Rice, tomó parte en los interrogatorios. Así pudo oír que:
– Xu confirmaba los planes del SSEC de promover una cadena de crisis, cada vez más graves, para contribuir a que China se conviertiera en una nueva superpotencia en este milenio.
– Cómo el SSEC está actuando sin descanso para explotar los crecientes problemas de Europa con quienes buscan asilo.
4. Las predicciones de Xu han sido ya incluidas en un informe de la CIA titulado Tendencias mundiales hasta el año 2015. El informe contiene los siguientes datos:
– El SSEC va a proporcionar armas biológicas e ingenios nucleares de pequeño tamaño a grupos terroristas para que ataquen a Estados Unidos y a Gran Bretaña.
– El SSEC aumentará progresivamente su apoyo a estados criminales como Irak e Irán. “Basándonos en cálculos actuales, con la ayuda de China ambos países se habrán convertido en potencias nucleares en el año 2005”, afirma el informe, que equivale a un severo prólogo del actual declive económico.
– El SSEC explotará la situación actual de estancamiento económico, que alcanzará su cenit en el año 2015. Todo indica que, para entonces, podría darse un importante conflicto bélico. Los principales protagonistas serán China y EEUU, aunque Gran Bretaña y la OTAN se verán implicadas de manera inevitable. Fuentes de la Casa Blanca aseguran que en todo momento hay una copia de este informe en la mesa del presidente Bush, en el Despacho Oval.
Xu, que habla inglés correctamente, era una de las grandes promesas de la nueva generación de China, “un brillante estratega”, según fuentes de la CIA. Desertó sin nada, salvo la ropa que llevaba puesta y una pequeña maleta.
Con su pasaporte diplomático no tuvo ningún problema en tomar un vuelo de China Air a Bangkok, la capital de Tailandia, a comienzos de año. De allí voló a Washington. En esta ciudad marcó un número de teléfono que le había facilitado en Beijing un agente de la CIA. Una hora más tarde, se encontraba instalado en una casa de seguridad de la CIA.
La semana pasada se terminaron sus cinco meses de información intensiva. Durante todo ese periodo, Xu ha recibido las deferencias propias de un desertor del máximo nivel. Ha dispuesto de su propio cocinero para que le preparara sus comidas chinas preferidas.
Camuflado bajo una peluca y un traje acolchado para añadir peso a su delgado cuerpo, lo han llevado a ver partidos de diversos deportes. Incluso le han satisfecho su pasión por el fútbol. De Gran Bretaña le trajeron videos del Manchester United, su equipo favorito, para que viera sus partidos. Luego había que volver al trabajo… a hablar durante horas delante de un micrófono.
La semana que viene, Xu entrará a formar parte del programa de protección de testigos de Estados Unidos. Lo someterán a una operación de cirugía plástica para modificar su aspecto. Un profesor de lenguaje le ayudará a aprender las palabras que ahora están de moda. Se acostumbrará a su nuevo nombre. Le encontrarán un trabajo y recibirá una pensión secreta durante el resto de su vida.
No obstante, no gozará de protección física frente a la amenaza, que nunca puede descartarse, de que un miembro del SSEC vaya a asesinarlo. “Ponerle un guardaespaldas sería llamar la atención sobre él”, manifestaron fuentes del FBI. “Su mejor protección consistirá en su habilidad para confundirse con la identidad que él ha escogido.”
La fuente: Gordon Thomas es un escritor y periodista irlandés especialista en temas de Inteligencia. Ha escrito Mossad: la historia secreta y Las torturas mentales de la CIA, entre otros muchos libros. Este artículo fue publicado previamente por el diario El Mundo, de España (www.elmundo.es)