Estados Unidos recomendó la nevirapina a África sabiendo de sus efectos mortales
El tratamiento, indicado para prevenir la transmisión del HIV de madre a hijo, había sido desaconsejado en el 2002, pero el Instituto Nacional de Salud optó por no informar de ello a fin de evitar que las preocupaciones impidieran el empleo de la droga como la solución más barata para la crisis sanitaria que enfrenta el continente.
El presidente George W. Bush anunció el tratamiento para proteger a los bebés africanos del virus del HIV con nevirapina, un medicamento suspendido en su país.
Semanas antes de que anunciara el plan de ayuda, importantes funcionarios de salud norteamericanos recibieron advertencias de que el medicamento a emplear en el proyecto podría haber propiciado numerosas muertes, muestran documentos del gobierno.
Las advertencias hechas en el 2002 sobre la nevirapina fueron de tal magnitud que se suspendieron sus pruebas durante más de un año; Uganda supo del peligro de la medicina y el fabricante abandonó su intento de venderla en el mercado norteameriano.
Sin embargo, el Instituto Nacional de Salud (NIH), la principal agencia de investigaciones médicas de Estados Unidos, optó por no informar a la Casa Blanca a fin de evitar que las preocupaciones echasen a pique el uso de nevirapina en Africa como la solución más barata, de acuerdo a documentos obtenidos por The Associated Press.
“Todo el mundo reconoció el gran efecto que esa decisión tendría en el uso mundial de la nevirapina para interrumpir la transmisión de madre a bebé”, dijo el jefe de investigaciones de Sida en los centros, doctor Edmund C. Tramont, el 14 de marzo del 2002 a su jefe, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
Los documentos muestran que Tramont y otros funcionarios de NIH desestimaron los problemas con la nevirapina en Uganda, clasificándolos de exagerados, y se demoraron en reportar las preocupaciones a la Agencia de Medicamentos y Alimentos.
Los estudios de NIH sobre nevirapina en Uganda eran tan defectuosos que los investigadores no podían determinar cuáles madres recibieron la droga. En lugar de ello, tuvieron que usar muestras de sangre para confirmar las dosis, dicen los documentos.
Menos de un mes después de que Bush anunciase un plan de 500 millones de dólares para distribuir nevirapina en Africa, el Departamento de Salud y Asistencia Social envió una carta de nueve páginas a las autoridades de Uganda en la que identificó las violaciones de las reglas federales de protección a pacientes durante el estudio de los NIH. Africa tiene más de dos terceras partes de los casos de sida en el mundo, con 27 millones de infectados.
El estudio de NIH “al parecer minimizó los riesgos para los sujetos”, dijo la carta enviada a Uganda a mediados del 2002.
No obstante, los funcionarios del NIH dijeron a la AP que siguen confiados, tras revisar de nuevo el estudio en Uganda y otros estudios, que la nevirapina puede ser empleada sin problemas en dosis sencillas para evitar la transmisión de VIH durante el parto. Pero reconocen que el estudio de Uganda no cumplió con los requerimientos federales estadounidenses.
El republicano Charles Grassley, presidente de la Comisión de Finanzas del Senado, ha pedido que el Departamento de Justicia investigue la conducta de los NIH. En una carta divulgada el lunes, Grassley dijo que estaba obligado a hacer eso por “la gravedad de estas acusaciones y por sus graves implicaciones en caso de que tengan sustento”.