Adornos corporales en Africa Oriental: coquetería e identidad
En toda Africa, pintarse el rostro, adornarse con collares o lucir escarificaciones es algo más que una cuestión de coquetería. Los adornos corporales transmiten una gran riqueza de información. De ese modo, se proclama la pertenencia a un pueblo, se revela el estado civil de quien lo porta, el nacimiento de su primer hijo, el paso de la infancia a la edad adulta… A veces, el adorno puede transformarse en arma. O formar parte de la puesta en escena de un ritual.
Por José Luis Lizalde
Muchos de estos adornos tienen un fin ornamental. Collares, brazaletes, diademas, pendientes, ceñidores y cinturones sirven para adornar los cuerpos, por lo general tanto de hombres como de mujeres.
Algunos pueblos usan una gran variedad de complicados tocados y cofias de arcilla, en forma de casco o de moño, en las que colocan plumas y abalorios. Los guerreros karimoyón de Uganda usan una especie de casco, el acodai, hecho de pelo, barro y estiércol de vaca, pintado y rematado por una pluma blanca. Algunos karimoyón usan pequeños apoyacabezas.
Algunos objetos pueden combinar lo estético con lo práctico. Los karimoyón usan un anillo, el e-golu, que, con su hoja cortante circular, sirve también como arma defensiva. También usan una muñequera de similares características.
Son muchos los adornos que decoran los vestidos. Las mujeres karimoyón engarzan cuentas de cristal, metal, madera, o semillas en sus vestidos y delantales hechos con piel de vaca. Las niñas karimoyón llevan delantales con cadenilla de metal. Las mujeres pokot y turkana (Kenia) fabrican sus faldas-delantales con cuero y las adornan con cáscara de huevo de avestruz o metal. Las jóvenes turkana visten pectorales de cuero con abalorios. Los cinturones usados por las mujeres pokot que han dado a luz están decorados con cauris, signo de fertilidad.
Variedad de materiales
Antiguamente, se usaban sólo materiales que se encontraban en el entorno. Orgánicos (conchas, piel, plumas, raíces, madera y semillas) y minerales (piedra, arcilla, metal, cristal). En otros lugares, se usan metales (hierro, aluminio, latón, bronce, plata y oro) para fabricar los adornos. Los herreros que fabrican estos ornamentos son respetados en cuanto artesanos, pero despreciados por los pueblos ganaderos. En otros adornos emplean materiales obtenidos en la caza y en la pesca: marfil, dientes de animales, pelo, pieles de cebra, de serpiente, etc.
Estos adornos procedentes de la Naturaleza se mezclan con otros artificiales, que el africano conoció después de entrar en contacto con el mundo occidental y árabe. Actualmente, se usan con gran profusión los abalorios. Originariamente procedían de Persia, China y Arabia. Más tarde, los llevaron los portugueses y servían como moneda.
Las piezas están inspiradas en hazañas de algún jefe ilustre, en leyendas o, simplemente, en la creatividad de algún artesano local. En muchas partes de Africa se aprecia un refinamiento en las formas y en las técnicas.
Los adornos corporales transmiten una gran riqueza de información. Al pintar o escarificar los cuerpos o usar distintos ornamentos, los africanos no sólo se adornan. Los adornos proclaman la pertenencia a un pueblo. Muy a menudo, también, el estado de vida.
Las escarificaciones tienen, a menudo, un significado ritual, como puede ser marcar el paso a la edad adulta. Otras veces, indican el estatus social o las hazañas.
Un brazalete de cobre en una espiral de siete vueltas es propio de una karimoyón recién casada. Cambiando el color de las cuentas que lleva sobre una banda en la cabeza, una mujer rendille (Kenia), señala que es estéril. Los guerreros masai (Kenia) se colocan una crin de león para proclamar que han matado un león. Los que no, se adornan con plumas de avestruz.
Un mundo de significados
Sólo las mujeres masai casadas pueden usar el nborro, largo collar de cuentas azules y verdes y pequeños recipientes de rapé. Un masai no debería ver a su mujer sin este atuendo.
Las jóvenes masai que todavía no han sido circuncidadas adornan sólo la parte superior de sus orejas. Tras la circuncisión, durante las seis semanas de recuperación, llevan sobre la frente una tira de cauris. Las chicas pokot, después de la circuncisión, se llaman chemeri y se cubren con un manto de piel. Cuando se recuperan de la operación, les ponen aros de latón y serpentinas en sus orejas y comienzan a llevar collares.
Las mujeres rendille, cuando dan a luz a su primer hijo, llevan un peinado en forma de cresta, hecho con barro y grasa animal. Lo lucen hasta que el hijo es circuncidado, o muere un pariente. Entonces suelen raparse la cabeza. Como regalo de matrimonio, reciben collares hechos con fibras de palmera. Antiguamente, estos collares se fabricaban con pelo de cola de elefante. Cuando se casan, se colocan serpentinas de latón o hierro en la parte inferior del brazo, y en la parte superior cuando se circuncida su primogénito. Las turkana usan habitualmente adornos fabricados con gruesas cuentas.
Desgraciadamente, muchas tradiciones africanas, incluso las que se refieren al arte de decorar los cuerpos y al estilo de los adornos y vestidos, están desapareciendo. Con ello se pierde un modo de llegar al conocimiento profundo de estos pueblos.
La fuente: Mundo Negro (www.mundonegro.com).