Cuatro poemas del palestino Juan Yaser Juan Yaser (Hanna Yacir) nació en Tayiba, Jerusalén, el 15 de septiembre de 1925. Con la proclamación del Estado de Israel pasó al exilio y llegó a la Argentina. Se radicó en la provincia de Córdoba, donde soportó el exilio hasta su muerte, el 28 de agosto de 1996. Fue presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y de la Federación de Entidades Árabes de esa provincia. Su poesía, según Carlos Edgar Vidal, “se afana por identificarse con la nación que ahora habita y empieza a acceder a su lengua, que llega a dominar en titánica tarea autodidacta; único caso después de Yibrán Jalil Yibrán que, habiendo transcendido literariamente en el mundo árabe, alcanza notoriedad en países de habla hispana”. Además de su poemario Hacia el miedo. Poemas Palestinos, el trabajo más citado de Yaser es El movimiento literario americano-árabe en América Latina. Apuntes sobre la inmigración intelectual, donde analiza la importancia del movimiento Adab Al – Mahyar en América latina. Los poemas que se reproducen aquí han sido tomados del libro “Árabes I. Poemas, Crónicas y relatos en Sudamérica”, de reciente aparición. La obra es la primera antología de escritores de origen árabe que escribieron tanto en su lengua materna como en castellano, durante el período 1860-1950, en Sudamérica. La antología ha sido compilada por el poeta y periodista argentino Lautaro Ortiz, quien reunió textos de 19 autores árabo-argentinos: George Saydah, Emir Emin Arslán, Zaki y Elías Kónsol, Salomón Abud, Saifunddín Rahhal, Rafael Lahud, Rachid Chahayeb, Rachid Ar-Rai; Fauzi Maluf, Amin Al-Rihani, Al-Karawy, George Sawaya, Juan Yaser, Yubrán Massuh, Elías Farhat, Abdul Latif El Jechin, Ibrahim H. Hallar y Ahmed Abooud. Todos han sido parte del movimiento literario Adad-Al Mahyar (literatura del emigrado) que innovó radicalmente la prosa y la poesía en Medio Oriente.
El casamiento
Phanthom y Mirage en los jardines de Falcon Crest se casaron. Por sugerencias del Sanhedrín viajaron de Luna de Miel a Palestina. Llevaron en sus valijas muchos regalos a los niños palestinos. Bombas-juguetes. Caramelos de fragmentación. Y muchas otras cosas del Imperio.
Civilización
Orugas arrasan la aldea. Los pequeños espectadores del monstruo, no volverán a casa.
Detrás de un cerco asoman maravillados por la civilización. Piensan en una carpa. De pronto la casa es escombro. Se aleja el hogar con las orugas. Se acerca la noche. Fiestas en Tel Aviv.
En Londres, Thatcher levanta la copa, en New York, cantan hava naguila. A lo lejos los bárbaros danzan. Entierran a mi pueblo.
La partida
Fue imprescindibleviajaren el tren de la tristeza.La horagolpeael rostro de la eternidad.Los carros del otoñoarrastranel futuro.Partimoscuando el sol del mediodíaestaba sin historiay el feto del mañanase formabaa la inversa.Nuestro tren,sin estación,se descarrilóhaciala aguja negra.Bestiasde colmillos rugientesocupaban las casas.Rojo seráel color del retorno. Hacia el miedo
El vallese llenó de metrallas,una mezcla de botasy albahacas.Aroma de muerte.Olivos y naranjos miranla Estatua de la Libertad.En la huidael zapato de un niñocae.La madre, con las nalgas rotas,apura los pasos…contenta, hacia el miedo.