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domingo, mayo 19, 2024

Zid Ali Abbes: “Hoy se estudia castellano en Argelia para hacer turismo por España”

PolíticaZid Ali Abbes: "Hoy se estudia castellano en Argelia para hacer turismo por España"

Zid Ali Abbes: “Hoy se estudia castellano en Argelia para hacer turismo por España”

Zid Ali Abbes fue un destacado periodista de la radio pública argelina hasta que en 1995 se vio obligado a abandonar su país por amenazas terroristas. Desde entonces reside en Barcelona, hasta donde ha trasladado a su familia. Preside la Asociación Argelina de Cataluña y fue invitado por el Consulado argelino en Alicante para conmemorar en Valencia el 50º aniversario de la revolución de noviembre.

Por Nuria Tendeiro Parrilla

-Argelia está de celebración…

-Sí, celebra los 50 años de la revolución de noviembre de 1954, contra la presencia francesa, que duró desde el 5 de julio de 1830 hasta el 5 julio de 1962. Argelia sufrió mucho bajo el poder francés que atacó la cultura autóctona y negó la independencia. Y en los cincuenta años posteriores ha lidiado diferentes conflictos y crisis internas, como fueron el levantamiento de estudiantes el 5 de octubre de 1988 que reclamaban derechos sociales y políticos, y se manifestaban contra la corrupción en determinados sectores; el conflicto beréber y el surgido con la ilegalización del Frente Islámico de Salvación (FIS), declarado ilegal por el gobierno del general Liamin Zerual, tras vencer en las elecciones libres de diciembre de 1991.

-¿Cómo ha evolucionado el país durante este medio siglo?

-Argelia está en proceso de desarrollo tras la terrible crisis a la que abocó el fundamentalismo terrorrista, que obligó a muchas empresas a salir del país, y a muchos argelinos amenazados. El terrorismo fue un virus para Argelia. El actual presidente, Abdelaziz Bouteflika, ha conseguido pacificar el país, lo que ha provocado el resurgimiento de la economía con la implantación de compañías extranjeras en determinados sectores productivos, y ahora Argelia reclama la presencia y proyección internacional que consiguió en las décadas 70 y 80, cuando era un país poderosos con voz y peso en Naciones Unidas.

-¿Es optimista con respecto al futuro del país?

-Sí, Argelia comienza a salir de una importante inestabilidad económica. Mi impresión al bajar por primera vez en 2002 desde mi exilio en 1995, fue la de encontrar un país diferente al que dejé. Ahora hay más libertad y muchos ciudadanos que desean trabajar para levantar el país, incluso quienes están fuera piensan en volver si la situación se estabiliza.

-¿Pero Argelia no es precisamente un país sin recursos?

-Hace unos años los argelinos desconocíamos dónde iban a parar los beneficios del gas o del petróleo, entre otras riquezas. Hoy hay mayor claridad en la distribución de los fondos. Por ejemplo, las familias numerosas sin hogar disponen de un programa de Planificación Familiar que ofrece pisos de alquiler a precios muy bajos.

-¿Cuál es el peso social de la mujer?

-La mujer argelina es diferente a la europea, pero también lo es a la marroquí y a la árabe en general. La mujer tenía derecho antes, y ahora está en el gobierno. Tenemos una ministra de comunicación e información. La mujer participaba en la justicia, en la política, en la educación, en el ejército. Había muchas profesionales con alta cualificación. Las mujeres además consiguen mejor currículum académico que los hombres. Además, ahora una ley les permite casar sin el consentimiento paterno.

-¿Y el de la cultura?

-El aspecto cultural está todavía abierto porque en Argelia existen tres culturas diferenciadas: la árabe, la bereber y la tuareg, éstas dos últimas hasta hace unos años se obviaban. Yo mismo soy bereber casado con una árabe. Además se han entablado relaciones bilaterales con países del Mediterráneo como Italia, España o Portugal.

-¿Cuál es la posición de Argelia en el Mediterráneo?

-Aznar dijo de Argelia que era el locutorio de África. Cuando África quiere transmitir un mensaje a Europa lo hace a través de Argelia, por eso se desarrolló mucho a nivel social, a nivel de seguridad antiterrorrista, y quizá menos en el terreno económico, pero existe un esfuerzo por parte del país para solucionar estas dificultades.

-¿Persiste el miedo?

-Se vive más relajadamente. Desde que los grupos terroristas mayoritarios dejaron las armas y bajaron de la montaña, el ejército y la policía argelina tienen otras obligaciones. Ya no existe el miedo de hace una década. Ahora a las 20 todavía hay gente en la calle, incluso hasta la 3 de la mañana.

-¿Cómo valorarías la relación de España con Argelia?

-España fue un país muy solidario con los argelinos que pidieron en la década de los 90 asilo político. Los argelinos antes no conocíamos España, íbamos a Francia. Es desde 1990 cuando España empieza a reconocer que tenía un importante porcentaje de inmigrantes argelinos y refugiados. Este colectivo comienza a integrarse y a aprender el idioma a medios de los 90, y en la actualidad las relaciones bilaterales se están reforzando. Los argelinos estudian ahora castellano en Argelia para poder acceder a España de turismo. España y Argelia han reforzado su relación turística y ahora se pueden ver muchos grupos españoles que bajan al desierto argelino.

-¿Cuál sería la mejor propuesta de interculturalidad entre ambos países?

-El intercambio entre jóvenes argelinos y españoles podría abrir las fronteras del miedo, el desconocimiento y la intolerancia. Y hacer surgir la paz y la diversidad.

La fuente: Levante, diario de Valencia (España). http://www.levante-emv.com

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