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jueves, mayo 9, 2024

Madagascar: Islas con aromas y paisajes a mitad de camino entre Asia y Africa

TurismoMadagascar: Islas con aromas y paisajes a mitad de camino entre Asia y Africa

UNA VISITA A MADAGASCAR Islas con aromas y paisajes a mitad de camino entre Asia y Africa

En el océano Indico, cerca de la costa africana, Madagascar es una tierra en la que conviven etnias y culturas muy diferentes y donde también se combinan los más variados paisajes y actividades turísticas.

Por María Masquelet

En Antananarivo, la capital, viven dos millones de malgaches.

En el océano Indico, cerca de la costa africana, un grupo de islas ofrece a los visitantes una variedad de sabores, aromas y paisajes a mitad de camino entre Asia y Africa. Madagascar, territorio de contrastes con playas de arena blanca y picos montañosos, selva y planicies desérticas, muestra una variedad de culturas y costumbres determinada por la convivencia de 18 etnias diferentes. La mayoría de la población malgache es mestiza de diversas razas, pero algunos, como los merina, de la zona de Antananarivo, son predominantemente indonesios en apariencia, mientras que otros se asemejan más a los africanos. Sin embargo, a pesar de esta diversidad de razas y modos de vida, la concepción del universo y el lugar del hombre en este universo es similar en toda la isla y es la causa de una profunda unidad. La mayoría es animista y cree en un solo Dios, “Zanahary”, creador del universo, la naturaleza y el hombre. Aunque el 45 por ciento de la población es cristiana, no hay una frontera estricta entre las dos creencias, ya que estos también practican los ritos tradicionales, entre los que se destacan los vinculados con el culto a los muertos. Rodeada de doce colinas, la capital de Madagascar, Antananarivo, con sus 500.000 habitantes (más de un millón con la periferia) es el corazón económico del país. Situada a 1245 metros, está adosada a una de las colinas, lo que le da el aspecto de una ciudad en altura, con una parte superior y una inferior. El Rova o Palacio de la Reina, ubicado sobre una colina a más de 1400 metros, domina la ciudad, y es un sitio obligado de visita, lo mismo que su museo. También resulta agradable un paseo por el Parque de Tsimbazaza, un amplio lugar de descanso y es imperdible la visita al Zoma, un inmenso mercado al aire libre, que se establece en el centro mismo de la ciudad, en el barrio de Analakely, todos los viernes, y donde se reúnen artículos tan diversos como legumbres, especies, artesanías y piedras semipreciosas. Además de las ciudades, donde el visitante tiene mucho para ver y donde puede tomar contacto con las costumbres locales, Madagascar es el lugar ideal para los amantes de los deportes acuáticos, sobre todo el buceo, y para quienes quieren explorar una naturaleza distinta con fauna y flora autóctona, como los famosos baobabs de El Principito. Playa y buceo

Curiosos baobabs, como los de El Principito.

Nosy Be, llamada “la perla del océano Indico”, es el mejor lugar para el buceo y el snorkelling.

Mientras que su capital, Andoany, es una interesante ciudad de edificios coloniales, las islas que conforman este archipiélago tienen una vegetación impresionante, donde se mezclan los aromas de los cafetales, la pimienta, el ylang-ylang, el patchuli y la vainilla.

El clima es cálido y soleado, con aguaceros tropicales, y los hoteles están instalados sobre las más bellas playas de la isla. Los mismos hoteles organizan numerosas excursiones hacia los polos de atracción turística. Entre ellos los más destacables son:

Nosy Komba, donde se pueden observar los lemures, simios típicos de la isla que no se encuentran en ningún otro lugar que no sea Madagascar.

Nosy Tanikely, a una hora de barco, ideal para bucear sobre unos arrecifes coralinos excepcionales.

Nosy Iranja, la isla de las tortugas.

Nosy Mitsio, islotes prácticamente desiertos y, también, paraíso de los buceadores. Es particularmente interesante la Sarabajin, por su playa de arena blanca y extremadamente fina.

La isla de la Falaise, con paredes de basalto que caen a pique en el mar.

Otra ciudad costera para visitar es Antsiranana. Descubierta en 1500 por el navegante portugués Diego Díaz, la Bahía de Diego, con su Pan de Azúcar, está considerada como la segunda rada más bella del mundo después de la de Río de Janeiro, en Brasil. La ciudad y sus habitantes muestran influencias comorianas y árabes.

Situada al extremo norte, con un clima de temperaturas muy elevadas, la ciudad está unida a Antananarivo por una sola ruta, cortada en la estación de lluvias; el avión queda, entonces, como único medio de acceso.

Los lugares típicos de visita son la playa de Ramena, agradable y bordeada de cocoteros; el parque de La Montaña de Ambar y el lago sagrado de Anivorano, poblado de cocodrilos a los que de vez en cuando se ofrecen bovinos en sacrificio.

Reservas naturales

Siete especies de baobabs existen en el planeta, una de ellas en todo el continente africano y las otras seis se encuentran únicamente en Madagascar. Esto es sólo un ejemplo de lo que la naturaleza malgache reserva al turista.

Estas son las reservas que se pueden visitar:

La Reserva Natural Integral de Tsingy de Bemaraha fue declarada patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Es la más extensa del país y se sitúa en la parte occidental. Incluye maravillosas cascadas y bosques.

El Parque Nacional de la Montaña de Ambar, en Antseranana, es la más visitada. Allí se encuentran los lemures, especie que sólo se críia en la isla, numerosas variedades de orquídeas y cocodrilos. El permiso para visitar el parque debe obtenerse en el Ministerio de Medio Ambiente.

La Reserva Natural Integral de Lokobe, en Nosy Be, es también una muestra de la rica fauna y flora de la isla. El monte Passot es el pico más alto y un lugar idílico para contemplar el atardecer, rodeado de los azules y sagrados lagos del Cráter.

El Parque Nacional de Isalo, a 400 kilómetros al Sur de Antananarivo, da la posibilidad de realizar una excursión a pie por el Cañón de los Monos, donde habitan animales autóctonos. Cerca de allí, en el Cañón de las Ratas, están las tumbas de Bara Zafimagnely.

La Reserva Forestal de Ampijoroa es la única destinada a proteger la frágil vegetación de las regiones áridas y sus animales en vías de extinción.

Comidas y compras

La cocina malgache se basa en el arroz, con una preparación de salsas, carne y verduras sazonadas. Entre los platos favoritos de los malgaches están el “ro”, una mezcla de hierbas y hojas con arroz; la carne marinada y la carne de cerdo en vinagre, agua y aceite, cocinada con hojas y verduras, cebolla y sazonada con pimiento; el “ravitoto”, guiso de carne de cerdo y verduras; el “romazava” (hojas y pedazos de carne vacuna y de cerdo bronceados en aceite) y, en la costa, platos con mariscos, que son excelentes y muy baratos.

El visitante debe tener en cuenta que se acostumbra acompañar estos platos con aderezos muy picantes. Para terminar la comida, son ideales las frutas tropicales, llamadas “voankazo”, y el café, muy impuesto en la isla por la influencia francesa.

En cuanto a las bebidas, el vino nacional es aceptable y la cerveza muy buena. Para los que prefieren probar bebidas típicas del lugar, se puede elegir entre el litchel, un licor de litchis; el betsa, alcohol fermentado; el “toaka”, un destilado de caña de azúcar y arroz, y el “trembo”, un licor de coco.

Para compras y regalos, prácticamente todo se puede encontrar en el mercado Zoma de Antananarivo. Lo que más se destaca son los objetos de piedras preciosas o semi-preciosas, como los juegos solitarios o el ajedrez; los instrumentos musicales, sobre todo el “valiha” (un peculiar instrumento de 28 cuerdas); los artículos de cuero; las tallas en madera; manteles bordados; el papel de Antaimaro; las pulseras de cuerno de cebú, y los “malabary” (camisas para hombres).

Son un buen regalo también las especias y los sellos postales ilustrados con la flora y la fauna de Madagascar.

El concepto del precio fijo es habitualmente desconocido en Madagascar, lo que da lugar a ingeniosos y prolongados regateos (excepto en los hoteles o en los restaurantes de lujo).

Hay que pedir un certificado de venta para cualquier compra superior a 20.000 francos malgaches, con el fin de probar en la aduana que no se exporta ninguna antigüedad.

Está prohibida la exportación de plantas endémicas (como la vainilla sin procesar), insectos, productos de caparazón de tortuga, algunas joyas, monedas antiguas, productos de piel de cocodrilo, animales disecados (especialmente lemures), fósiles, arte funerario, antigüedades y otros objetos culturales.

La fuente: la autora es periodista del diario La Nación, de Buenos Aires (http://www.lanacion.com.ar)

Apuntes para el viajero

Datos del país

Extensión: 587.040 kilómetros cuadrados. Población: 13.860.000. Capital: Antananarivo. Grupos étnicos: merina (26%), betsimisaraka (15%), betsileo (12%), otras (47%). Idiomas oficiales: malgache y francés. Religión: animismo (52%), católicos y protestantes (41%), musulmanes (7%). Gobierno: república multipartidista (desde 1975). El 26 de junio de 1960 se independizó de Francia. PBI: 200 dólares por año por habitante, uno de los más bajos del mundo. Ubicación geográfica: Madagascar, la cuarta isla más grande del mundo, está situada en la parte oeste del océano Indico, a 430 kilómetros de Mozambique. El archipielago incluye numerosas y diminutas islas. Una cadena central de montañas y altas planicies ocupan más de la mitad de la isla principal y son responsables de la marcada diferencia étnica, climática y escénica entre las costas oriental y occidental.

Historia: Madagascar fue oficialmente descubierta el 10 de agosto de 1500 por el navegante portugués Diego Díaz. Pero no fue el primero en pisar aquellas tierras, ya que se encontraban instalados allí javaneses, hindúes, africanos y árabes.

Entre los siglos XIV y XVIII, numerosos reinos se desarrollaron en la isla. Desde comienzos del siglo XVII y durante todo el XVIII, se sucedieron diferentes guerras de conquista. En 1810 reinaba Radama I sobre la mitad de la isla, con capital en Antananarivo.

Varios reinos se sucedieron hasta 1883 y, en 1890, Francia obtuvo un protectorado sobre la isla. La independencia fue proclamada en 1960 y el presidente Tsiranana condujo el país bajo un régimen democrático abierto hacia los países occidentales.

En 1972, una revolución llevó al poder a Didier Ratsiraka, que acercó al país al bloque socialista. En 1992, movimientos de descontento provocados por una situación económica difícil desembocaron en la adopción de una nueva Consitución y, en 1993, Albert Zafy se transformó en el primer presidente de la tercera República.

En diciembre de 1996, las elecciones llevaron nuevamente al poder a Didier Ratsiraka.

Clima: es tropical a lo largo de la costa, templado en el interior y árido en el Sur. En las montañas más altas es frecuente la nieve en invierno; los vientos soplan desde el Este, y los monzones llegan del noroeste del país. Las lluvias son abundantes sobre la costa Este y sobre el Norte, mientras que el Sudoeste permanece seco durante casi todo el año. De enero a marzo, la costa Este, la zona Norte y a veces el Sur, se exponen a ciclones devastadores. La mejor época para visitar la isla es de abril a octubre, así se evitará la estación de los huracanes.

Documentación: para entrar en Madagascar se necesita, además del pasaporte en regla, un visado, que se puede obtener en el aeropuerto de Antananarivo.

Dinero: la moneda oficial de Madagascar es el franco malgache. La mejor divisa para llevar es el franco francés, o en su defecto, dólares norteamericanos, libras esterlinas o marcos alemanes. Hay, al menos, un banco en cada una de las ciudades principales donde cambiar dinero. Los bancos cambian cheques de viaje conocidos; los hoteles de lujo también aceptan cheques y cambian dinero en efectivo, pero cargando un 10% de comisión. Las tarjetas de crédito se pueden utilizar en los principales hoteles, ciudades y establecimientos turísticos, pero no en las tiendas locales.

Desplazamientos: hay una gran variedad de medios de transporte, pero, debido a las grandes distancias y a las malas condiciones de las carreteras, una buena alternativa puede ser viajar por Air Mad, la línea aérea malgache, que cuenta con una extensa red con vuelos a 60 ciudades y pueblos.

El “taxi-brousse”, término que se refiere a cualquier medio de transporte que no sea el autobús o el minibús, es el medio de transporte más popular y más barato. Es bastante lento y va atestado de gente, pero puede proporcionar un viaje pintoresco.

Feriados: además de las fiestas cristianas habituales, se celebra el Día de la Insurrección (29 de marzo), el Día de la Organización de la Unidad Africana (25 de mayo), el Día del Aniversario (8 de mayo) y el Día de la República (30 de diciembre).

Salud: no es obligatoria ninguna vacunación para ir a Madagascar, pero es recomendable tomar medidas preventivas contra la malaria si se piensa ir a la costa, así como del cólera en la región de Majunga.

Seguridad: no existen zonas de riesgo, pero se recomienda no viajar de noche en las carreteras nacionales y evitar pasear de noche por Antananarivo por su alto índice de delincuencia. También se aconseja no caminar de día con joyas o máquinas de fotos.

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