14.3 C
Buenos Aires
lunes, abril 29, 2024

Irán y el conflicto de Medio Oriente

PolíticaIrán y el conflicto de Medio Oriente

Irán y el conflicto de Medio Oriente Las relaciones entre Irán e Israel y la posición iraní con respecto al conflicto palestino-israelí han sido objeto de numerosas controversias e interpretaciones. A partir de 1979, el gobierno surgido de la Revolución Islámica tomó la causa palestina como una de sus banderas políticas por excelencia, dejando de lado el comportamiento ambiguo que el Sha Reza Pahlevi había demostrado a lo largo de su mandato. Durante los últimos veinte años el discurso iraní ha sido el de apoyo al establecimiento del Estado Palestino en los territorios ocupados por Israel, a quien nunca se ha reconocido como Estado.

Por Luciano Zaccara

En los primeros años de la República, Irán utilizó la política exterior como instrumento de exportación de la Revolución, ayudando, entre otras cosas, a la creación y sostenimiento de Hezbollah en el sur del Líbano, en el contexto de la invasión israelí de 1982. Por el contrario, la relación entre la OLP de Arafat y el gobierno iraní solo existió hasta 1983, momento desde el cual los sucesivos gobiernos iraníes le retiraron su apoyo, sobre todo a partir de los acuerdos de Oslo.

En los primeros años de la guerra Irán-Iraq (1980-88), Israel actuó como intermediario en la venta de armas que Estados Unidos hizo al gobierno iraní, escándalo conocido como "Irangate". Ante la coincidencia de intereses y de percepciones de amenaza frente a los Estados árabes, Israel -al igual que Estados Unidos- eligió mantener contactos con algunos militares y miembros del gobierno, esperando un posible golpe contra-revolucionario que restituyera a Irán en la alianza que mantenían en el ámbito regional.

La muerte de Khomeini, en 1989, no cambió el discurso iraní con respecto a Israel. Cuando se inició el proceso de paz árabe-israelí (1993), las críticas más duras partieron del gobierno de Rafsanjani y Khamenei, presidente y líder espiritual iraníes, respectivamente. El respaldo a los acuerdos de paz por parte de la mayoría de los Estados árabes, incluyendo a Arabia Saudita, dejó a Irán como el adalid de la oposición a Oslo en el ámbito de los países musulmanes.

La elección de Khatamí como presidente en 1997 inició una etapa de distensión iraní con los países de la región, principalmente con Arabia Saudita. El estancamiento en la resolución del conflicto de Medio Oriente, a partir de la llegada al gobierno israelí de Netanyahu, creó el ambiente necesario para que, en la Conferencia Islámica de Teherán (diciembre de 1997), la postura dialoguista de Khatamí, sin abandonar por ello el apoyo a la causa palestina, lograra unificar las críticas a Israel y favoreciera un resurgimiento del liderazgo regional de Irán, en detrimento de aquellos Estados que habían dado su visto bueno a Oslo.

La reciente campaña de Afganistán vino a agregar nuevos elementos a esta controvertida relación. El supuesto cargamento de armas del "Karine A", capturado en el Mar Rojo por los israelíes en enero último, habría ido destinado directamente al gobierno de la Autoridad Palestina, y embarcado en un puerto iraní por la Guardia Revolucionaria. Esta acusación israelí, junto a la referente al supuesto desarrollo iraní de un programa nuclear y misilístico, se agregó a la sospecha -sostenida asimismo por la inteligencia israelí- de que Irán habría permitido a miembros de Al Qaeda escapar de Afganistán a través de la frontera iraní. Los desmentidos iraníes se multiplicaron a todos los niveles, pero no alcanzaron para evitar que el presidente Bush ubicara a Irán dentro del "eje del mal", retrasando de esta manera un posible acercamiento de Irán y Estados Unidos. El cierre de filas en contra de estas acusaciones fue promovido tanto por el ala reformista representada por Khatamí, como por los sectores conservadores de Khamenei y Rafsanjani. De tal forma que lo que, en un primer momento, se pensó podía desestabilizar al gobierno sirvió, en cambio, al aparente establecimiento de una nueva agenda de tolerancia política entre las diversas facciones en pugna. Fruto de ello, y a pesar del intento de diferentes ministros y del propio Khamenei por establecer un boicot petrolero contra Israel, el gobierno iraní habría respaldado la iniciativa de paz de Arabia Saudita hecha en la cumbre de la Liga Árabe de Beirut. Con esto se eliminaba el pretexto de la hostilidad norteamericana, a la vez que no obligaba a reconocer a Israel porque el compromiso sería tomado por los Estados árabes de la Liga.

A pesar de la aparente agresividad del discurso, lo cierto es que Israel no es vista por Irán como una amenaza militar. Sus preocupaciones inmediatas están centradas alrededor de sus fronteras, el Golfo Pérsico, Irak, Afganistán y el Mar Caspio. Irán no teme un ataque por parte de Israel, por lo que no tiene previsto un programa militar en contra de ese país. Cabría suponer, en consecuencia, que la posición con respecto a la causa palestina ha sido desde 1979, y sigue siéndolo, una cuestión ideológica destinada a obtener un liderazgo regional en un mundo étnico y religiosamente diferente (mayoritariamente árabe y sunnita, frente al Irán persa y shiíta), utilizando una causa que moviliza a las masas a lo largo del mundo musulmán.

La fuente: el autor es politólogo y colaborador del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH, Madrid). Este artículo ha sido publicado previamente en el sitio web de Radio Nederland (www.mw.nl).

Más

Carta de 1800 físicos al presidente Bush oponiéndose al uso de armas nucleares contra Irán

"El uso o la simple amenaza de utilizar de forma preventiva un arma nuclear contra un adversario que no la posee es un claro aviso a los 182 países signatarios del Tratado de No Proliferación Nuclear de que su adhesión a dicho tratado no les ofrece garantía alguna contra un ataque nuclear por parte de una nación con capacidad nuclear."

Irak: Democracia o fundamentalismo

Los vecinos de Irak dan muestras de preocupación en vísperas de las elecciones del día 30. Más que abrir camino a la democracia en Medio Oriente, como cree Estados Unidos, las urnas podrían volcar la región al fundamentalismo. Escribe Aaron Glantz.

Tzipi Livni: “Al final habrá dos Estados”

La nueva ministra israelí de Relaciones Exteriores, de 47 años, sostiene que su anterior partido, el Likud, ha sido prisionero de lemas históricos. Cree que se da un proceso de deslegitimación progresiva de Israel y lamenta la tolerancia internacional que existe para con las organizaciones terroristas. Escribe Sylvain Cypel.

Las heridas abiertas del genocidio en Ruanda

En 1994, los milicianos extremistas hutus y los militares mataron a entre 500.000 y un millón de tutsis y hutus moderados. El tercer genocidio del siglo XX se desarrolló bajo la pasiva mirada de la comunidad internacional. Siete años más tarde, en la tarea de la reconstrucción los sobrevivientes siguen siendo los grandes perdedores: el poder no está en sus manos, la economía del país se hunde y el Sida diezma a los más jóvenes con más saña que la guerra. Escribe Emmanuel Goujon.

Para Amnistía Internacional, Israel no encara el problema del uso creciente de la tortura

El gobierno israelí no ha hecho frente a los indicios de un uso creciente de la tortura por parte de sus funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, según Amnistía Internacional, que presentó su informe momentos antes de que el Comité contra la Tortura de la ONU se dispusiera a examinar el tercer informe periódico del país. En la información que Amnistía Internacional ha entregado al Comité se afirma que, desde que en septiembre de 1999 el Tribunal Superior de Justicia dictó una resolución que prohíbe los métodos de interrogatorio que constituyen tortura, ha habido firmes indicios de que estos métodos se están volviendo a utilizar.

¿Quién está detrás de la campaña de demonización de Arabia Saudita?

Sorpresivamente, un reciente informe del Pentágono filtrado a la prensa norteamericana presiona para incluir al gobierno de Ryad, principal aliado de los Estados Unidos en la región, en el llamado "eje del mal". La ofensiva, sintomáticamente, ocurre mientras se deteriora a paso acelerado la salud del rey Fahd. ¿Quién alienta la campaña? Sectores del reino vinculan la ofensiva con el "fundamentalismo cristiano", al que califican como tan peligroso para la paz y seguridad internacionales como los extremistas de otras religiones. Sólo que cada día ganan más espacio en el gobierno de la única superpotencia que controla el mundo.