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lunes, mayo 6, 2024

El desarrollo de los movimientos políticos de filiación islámica

Opinion/IdeasEl desarrollo de los movimientos políticos de filiación islámica

El desarrollo de los movimientos políticos de filiación islámica

La violencia en la sociedad es un fenómeno que refleja problemas más agudos de raíz política, económica, moral e histórica. La propensión al uso de la fuerza está presente en todas las esferas de la sociedad contemporánea, signada por la imposición de una globalización de sello neoliberal. En este artículo, los autores reflexionan sobre las causas que propiciaron la aparición de grupos o movimientos políticos de base islámica.

Por Idalmis Brooks Beltrán y Julio César Sánchez Martínez

MMilitantes de Hamas en Gaza.

La violencia en la sociedad es un fenómeno donde se reflejan los problemas más agudos de raíz política, económica, moral e histórica. La propensión al uso de la fuerza, característica fundamental del uso de la violencia, está presente en todas las esferas de la sociedad contemporánea, signada por la imposición de una globalización de sello neoliberal. Por ello, este estigma de la vida actual puede observarse cómo actúa en campos de la vida social, que a simple vista pudieran parecer disímiles, como las relaciones internaciones y la familia.

Pretendemos en este espacio reflexionar sobre las causas que propiciaron la aparición de grupos o movimientos políticos de base islámica.

A raíz de los atentados terroristas del 11 de septiembre se retomaron con gran fuerza diversas opiniones “académicas” que equiparan el Islam con la violencia terrorista. Por esa razón es común encontrar en los medios de difusión términos como fundamentalismo, integrismo y extremismo islámico, los cuales son empleados para referirse a cualquier grupo o movimiento político religioso de filiación islámica. Debido a esta suerte de generalización, la opinión pública internacional posee un conocimiento distorsionado acerca del Islam y de las diversas formas en que se manifiesta en la actualidad.

Una cuestión de términos

Es frecuente que se utilicen indistintamente las acepciones de fundamentalistas, integristas o extremistas para calificar movimientos o grupos con características diferentes. Incluso es común que se identifique al fundamentalismo sólo como islámico, cuando este término se aplica también a otras manifestaciones extremistas asociadas a otras religiones o a posiciones políticas.

El fundamentalismo político es un fenómeno del siglo XX, el cual constituye una respuesta compleja, heterogénea y frecuentemente ambivalente a eventos, procesos y crisis del mundo contemporáneo. Sin embargo, sus raíces están en siglos anteriores, durante los cuales se manifestó en forma de extremismo religioso.

Una definición conceptual sobre ese fenómeno constituye un reto para cualquier acercamiento al tema, pues en la actualidad se manejan múltiples conceptos. Resulta común a esas conceptualizaciones que predominen los clichés acuñados por las escuelas occidentales, las cuales reducen el carácter político del concepto para las llamadas “naciones civilizadas”, léase el Occidente y en el caso de aquellas sociedades donde rigen otros patrones éticos, culturales y religiosos distintos se reduce el concepto a la asociación vulgar del fundamentalismo con la religión. En esencia, continúan funcionando los viejos esquemas de la contraposición civilización-barbarie.

Una de esas lecturas esquemáticas y tergiversadoras sobre el fundamentalismo lo constituye el llamado “fundamentalismo islámico”. En la aparición y popularización del término se manifiestan el desconocimiento y la intencionalidad, pues si bien esencialmente se persigue la necesidad de desvirtuar discursos válidos y precursores de un cambio social en el mundo islámico, también simultáneamente se expresa por parte de aquellos que hacen uso y abuso del término un bajo nivel de conocimiento acerca de las vertientes contemporáneas del Islam.

En lugar de emplear los conceptos fundamentalismo, integrismo y extremismo islámico, los cuales encontramos ligados a posiciones colonialistas de nuevo cuño, consideramos que el empleo del concepto “movimientos político-religiosos de filiación islámica” nos permite realizar una mejor valoración de las diferentes proyecciones políticas que posee el Islam contemporáneo, las cuales si bien tienen como punto de partida el papel de la fe, difieren en su actuación práctica, pues cada una de sus diferentes manifestaciones es el resultado de un contexto sociohistórico diferente, de ahí la diferencia que puede establecerse entre dos versiones radicales islámicas como los talibanes y los islamistas del norte de Nigeria.

Los estudios realizados acerca de los movimientos político-religiosos de filiación islámica coinciden en destacar como la causa esencial de su surgimiento la crisis estructural de las sociedades donde han aparecido. Esta crisis, expresada en la economía, la sociedad, la política y la cultura, demostró la incapacidad de los valores, sistemas y estructuras de la sociedad moderna para solucionar los problemas de las grandes mayorías.

Ese proceso ha sido definido por diferentes autores como “resurgimiento islámico”. Con ello destacan que ante la crisis de valores, la vida moderna condujo a una búsqueda de su solución en los valores tradicionales del Islam, los cuales habían sido erosionados por la práctica del colonialismo.

¿Cuáles han sido los factores favorables al “resurgimiento islámico”?

– Los cambios en la correlación de fuerzas operados a inicios de la década del 90 del pasado siglo.

– El impacto de los Programas de Ajuste Estructurales en las sociedades islámicas.

– Las dinámicas internas de las sociedades islámicas afectadas por el impacto de la globalización cultural.

Debe tenerse presente que otros factores, como la correlación de fuerzas en el escenario medioriental, han tenido repercusión en las posiciones pro Islam radical. Un ejemplo de ello lo constituyó la derrota sufrida por los países árabes en la guerra de los Seis Días. Ese fenómeno político-militar tuvo impacto sobre el panorama ideológico de la región, de ahí que en aquella fecha se reforzaran concepciones nacionalistas y de socialismo árabe, las cuales estuvieron siempre asociadas con el Islam.

La derrota de 1967 debe ser considerada como un importante momento de cambio, un punto de crisis en la memoria personal y colectiva de la nación árabe y la comunidad de creyentes.

La década del 80 constituyó un momento de reforzamiento del “resurgimiento islámico”, pues coincidió con un declive del crecimiento económico de los países del Tercer Mundo, muchos de ellos de mayoría confesional islámica, vinculado con la crisis de la deuda y con la adopción de los Programas de Ajuste Estructural impuestos por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

En esa coyuntura desfavorable influyeron además el derrumbe del campo socialista y la desintegración de la Unión Soviética, la baja de los precios del petróleo con relación a años anteriores, la Guerra del Golfo y sus consecuencias geoestratégicas.

Debido a esa multiplicidad de factores se agravó aun más la situación de las mayorías poblacionales musulmanas y especialmente sobre los jóvenes. Es en ese marco que las respuestas de filiación islámico-radicales encontraron su caldo de cultivo. Las filas de los grupos que se crean en el período o que refuerzan su membresía, serán nutridos por una juventud que no encuentra futuro en su entorno social.

Una generalización necesaria

– El Islam no es sólo una religión; es también una cultura, un código de ética y un modo de vida que abarca todos los aspectos de la actividad de sus creyentes. Por ello su impacto en la sociedad va mas allá de lo teológico, de ahí su presencia en lo filosófico, lo literario, en la psicología social y en la vida familiar. – Desde su surgimiento en el siglo VII el Islam ha atravesado diferentes etapas en su desarrollo, por ello sus interpretaciones han sido diferentes, pero todas tienen como denominador común que responden a las condiciones sociohistóricas que le dan origen. Entre las formas contemporáneas de interpretación del Islam encontramos las definidas como movimientos político-religiosos de filiación islámica. – Al existir movimientos político-religiosos de filiación islámica podemos aceptar que no existe una versión única de Islam radical, pues el discurso de los grupos que lo conforman abarca un amplio espectro político-ideológico, el cual se mueve desde tendencias revolucionarias hasta las tendencias mas retrógradas en el terreno de la interpretación de la fe. – Si bien es cierto que el Islam como religión no propugna la violencia política, debemos reconocer que muchos de los movimientos político-religiosos de filiación islámica han optado por ese camino para lograr sus fines políticos. – El Islam que propugnan los movimientos o grupos políticos de filiación islámica demanda cada vez con más fuerza que la Sharia se convierta en la estructura legítima de la sociedad. Ello ha provocado conflictos con otros sectores confesionales. – Todo análisis de los movimientos político-religiosos de filiación islámica debe partir de valorar los intereses a los cuales están respondiendo, no sólo los intereses coyunturales a corto y mediano plazo sino el alcance estratégico de las propuestas.

La fuente: los autores son investigadores del Centro de Estudios de Africa y Medio Oriente (CEAMO), de La Habana, Cuba.

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