José Craveirinha, poeta de Mozambique
José Craveirinha nació en Maputo, Mozambique, el 28 de mayo de 1922, y murió en Sudáfrica, el 5 de febrero de 2003, poco antes de cumplir los 81 años. Aclamado como una figura clave de la literatura africana, él se consideraba apenas un “aprendiz de poeta” cuyo principal defecto era que le “gustaban” los portugueses, pese a que habían colonizado su tierra por largos años. Durante los tiempos de la colonia había sido acusado y condenado en varias ocasiones, por el gobierno portugués, por actos subversivos.
Su obra está ligada a la defensa de los derechos de los pueblos africanos. Ha recibido numerosos premios en diversas partes del mundo, entre ellos el Premio Nacional de Poesía de Italia, el Lotus de escritores Afro-Asiáticos, el Premio Continental de Poesía en Africa y el Premio Camoes, entre otros reconocimientos importantes en Brasil y Portugal. Fue el primer presidente de la asamblea general de la Asociación de Escritores de Mozambique, cargo en el que permaneció hasta 1987. Sus libros más conocidos con Xigubo, y Karingana ua Karingana.
Excelentísimo señor gobernador
Excelentísimo señor gobernador. Excelencia: El abajo firmante muy respetuosamente viene a decirle que el poeta de corazón en su tierra desde lo alto de su profética insignificancia no pasa de un simple fabricante de problemas y vaticinios más tarde o más temprano siempre ciertos.
Y ¿quién manda capturar al poeta? Quien manda capturar al poeta apenas manda sólo manda capturar a una persona inocente sólo manda poblar un infierno llamado CELDA sólo manda comenzar la propaganda que transforma a un hombre sencillo en un individuo simplemente muy peligroso.
…
Ahora excelentísimo señor gobernador… ¿Quiere prender?…¡prenda! ¿Quiere matar?…¡mate! Pero sólo una vez más: Muchísimo cuidado. Muchísimo cuidado con la alergia a los poetas. ¡Muchísimo cuidado señor gobernador!
Cantiga del lanchón
Si me vieses morir las miles de veces que nací
Si me vieses llorar las miles de veces que te sonreí…
Si me vieses gritar las miles de veces que me callé…
Si me vieses cantar las miles de veces que morí y sangré…
Te digo hermano europeo habías de nacer habías de llorar habías de cantar habías de gritar
y habías de sufrir sangrar vivo miles de muertes como yo!!!
Grito negro
Yo soy carbón! Y tú me arrancas brutalmente de la tierra Y me haces tu mina Patrón!
Yo soy carbón! Y tú me asciendes, patrón Para servirte eternamente como fuerza motriz Pero eternamente no Patrón!
Yo soy carbón! Y tengo que arder, sí Y quemar todo con la fuerza de mi combustión.
Yo soy carbón! Tengo que arder en la exploración Arder hasta las cenizas de la maldición Arder vivo como alcatrán, mi hermano Hasta no ser más tu mina Patrón!
Yo soy carbón! Tengo que arder Y quemar todo con el fuego de mi combustión.
Sí! Yo seré tu carbón Patrón!
Imprecación
…Pero pon en las manos de Africa el pan que te sobra y del hambre de Mozambique te daré los restos de tu gula y verás cómo también te llena la nada que te restituyo de mis banquetes de sobras.
Que para mí todo el pan que me das es todo lo que tú desechas, Europa!
Día de visita
Te acuerdas amigo Luis? por semana eran dos veces media hora y el guardia de turno avisaba “son 30 minutos y acabó” Y tenían que ser exactamente 30 minutos
Pero cada visita al trigésimo primer minuto ya no era tiempo regularmente excedido.
Sesenta segundos más con la familia no eran más nada …eran oro!
Karingana ua Karingana
Estamos juntos. Y las mozambiqueñas manos nuestras se dan y miramos el paisaje y sonreímos. No sabemos de libras esterlinas de cambios visados de frontera zonas del marco y del dólar peajes en Limpopo canales de Suez y de Panamá. Nos amamos hoy en una playa de Honduras estamos mañana bajo el cielo azul de Birmania y la madrugada del día de tu cumpleaños despertamos en los brazos uno del otro mecidos en la red de nuestra casa en Nicaragua. O con los ojos incendiados en los atardeceres del Mediterráneo recordamos las noches tibias de la playa de Polana y a besos sorbo tu boca en Senegal y después vamos tiñéndonos los labios con las negras moras de Jerusalén entristecidos al galope de los humanos pies sin herraduras que tiran de los rickshaws.