Las mujeres ganan derechos en Marruecos sin oponerse al Islam
Desde enero se pueden divorciar, recibir pensión y obtener herencias.
Por Karby Leggett
SALE, Marruecos.- Durante una tarde reciente en el principal tribunal de esta ciudad, docenas de mujeres se detuvieron a recoger formularios de solicitud de divorcio.
Un piso más arriba, madres con velos en sus cabezas esperaban para tratar con los funcionarios de la corte casos de pensión alimenticia y custodia de menores. Estas mujeres forman parte de una pequeña revolución en Marruecos a consecuencia de una legislación que es una de las más avanzadas en cuanto a derechos de la mujer en todo el mundo islámico. Desde enero, las mujeres pueden divorciarse de sus maridos, recibir pensión y obtener algún tipo de herencia, privilegios raros de obtener en muchos países musulmanes. La poligamia, otra tradición de las naciones islámicas, está prácticamente abolida.
Sorprendentemente, estos cambios no han sido logrados con clamores en favor de una sociedad menos religiosa. En su lugar, la legislación fue modificada al amparo de esa ley islámica que durante mucho tiempo ha sido usada para justificar restricciones a los derechos de las mujeres y considerada como algo incuestionable e inmutable.
Una de las principales impulsoras de los cambios es Nouzha Skalli, una defensora de los derechos de la mujer de 55 años y parlamentaria de Marruecos. Skalli forma parte de una nueva generación de activistas que tratan de transformar la sociedad trabajando de acuerdo con las tradiciones religiosas.
“Si dijéramos que estamos en contra de la religión, no hubiéramos ganado ninguna batalla”, dice Skalli. “Ahora por primera vez existe optimismo para las mujeres en Marruecos”. Funcionarios y defensores de los derechos humanos en Jordania, Egipto y Bahrain han solicitado copias de la nueva ley y Skalli ha sido invitada a conferencias para que relate sus experiencias.
No queda claro hasta que punto los ciudadanos en los países árabes conocen la existencia de la nueva ley en Marruecos, en parte debido a que los medios controlados por el gobierno en esos países se han concentrado más en hablar de la guerra en Irak.
Aunque no ha habido una reacción pública de los extremistas, algunos de los líderes más religiosos de Marruecos, e incluso algunas mujeres, dicen que no están satisfechos con la ley. Bassima Hakkaoui, parlamentaria que votó a favor de la ley, dice que le gustaría anular algunas partes, incluyendo la legalización completa de la poligamia, porque ella cree que el Profeta Mahoma la aprobaba. “Hay cosas que deben ser corregidas si queremos que la ley encaje en nuestra sociedad”, dice.
Skalli nació en Casablanca justo antes de que Francia terminara su ocupación en Marruecos en 1956. Aunque el nuevo rey del país, Mohamed V, mantuvo buena parte del código legal que dejaron los franceses, instauró el Código de Familia de la ley islámica para regular matrimonio, divorcio, herencia y custodia de menores.
La parlamentaria estudió en Francia y al regresar a Marruecos en 1974 quedó sorprendida por la discriminación contra las mujeres. Así inició su campaña hasta ganarse la reputación de “militante feminista”.
A inicios de los 90, empezó a difundir su argumento de que el Islam pretendía proteger a las mujeres, no hacerles daño. Buscó pasajes en el Corán que mostraban que el Profeta Mahoma permitía la poligamia sólo cuando el esposo era capaz de suministrar un tratamiento igualitario a todas sus mujeres, e incluso en ese caso tampoco era un gran partidario.
“Es imposible que un marido dé tratamiento completamente idéntico a esposas diferentes”, dice. En otro pasaje, Skalli señaló que el Corán exigía tanto a mujeres como a hombres cumplir con la voluntad de Dios. Esto, dijo, mostraba que Dios consideraba iguales a hombres y mujeres.
En 2001, con el apoyo del nuevo rey, Mohamed VI, conocido por su mentalidad reformista, se creó una comisión sobre los derechos de la mujer, de la que formó parte Skalli. Las conclusiones del grupo, prometió el monarca, se someterían a voto en el Parlamento.
Después de varios informes y de comparaciones minuciosas de los cambios propuestos con pasajes del Corán, las conclusiones fueron entregadas al rey, quien a su vez presentó el proyecto ante el Parlamento. Las mujeres marroquíes podrían divorciarse libremente y los jueces deberían garantizar dichas solicitudes en seis meses. La edad para casarse sería elevada de 15 a 18 años, mientras que se establecerían nuevas reglas en pensiones y derechos de propiedad.
El rey explicó también que la poligamia era considerada sagrada en el Corán y no podía ser completamente abolida. Pero, de acuerdo con el Profeta Mahoma, sería permitida sólo en casos excepcionales.
Las mujeres podrían escoger sus esposos pero, por respeto al Islam, se permitiría la tradición de confiar a padres y hermanos el proceso de selección. En enero, el Parlamento aprobó la ley por unanimidad.
El gobierno programó después seminarios de formación para cientos de jueces y abogados para que apliquen la ley. Un creciente número de mujeres está solicitado el divorcio, aunque no se saben cifras exactas.
La fuente: The Wall Street Journal Americas