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miércoles, mayo 15, 2024

El Africa poscolonial pierde a una de sus figuras históricas

CulturaEl Africa poscolonial pierde a una de sus figuras históricas

LÉOPOLD SEDAR SENGHOR MURIO EN FRANCIA

El Africa poscolonial pierde a una de sus figuras históricas

Con la muerte de Léopold Sédar Senghor, el jueves 20, a los 95 años, el Africa poscolonial pierde a una de sus figuras históricas y Francia a un símbolo de la francofonía y de sus relaciones con el continente negro. Senghor, el poeta de la “negritud”, condujo a Senegal de 1960 a 1980 y fue el primer jefe de Estado de una ex colonia francófona del Africa subsahariana en ceder voluntariamente el poder para retornar a la literatura y la educación.

Por Mohamed Fana

Senghor, poeta de la negritud.

Primer negro elegido en la Academia Francesa en 1983, el poeta de la “negritud” vivía en Verson, a siete kilómetros de Caen (Calvados), a donde se había retirado luego de una vida repartida entre la política y la literatura. Senghor condujo a Senegal de 1960 a 1980 y fue el primer jefe de Estado de una ex colonia francófona del Africa subsahariana en ceder voluntariamente el poder el 31 de diciembre de 1980 a su primer ministro y delfín, Abdou Diouf.

Senegal le debe una estabilidad política rara en Africa. Sin embargo, él consideraba que lo esencial de su obra estaba en sus escritos. Nacido el 9 de octubre de 1906 en el antiguo bastión portugués de Joal, en un Senegal que constituía uno de los florones del ex imperio colonial francés, Senghor había cursado estudios superiores de literatura en París, donde fue condiscípulo del futuro presidente Georges Pompidou, en el liceo parisiense Louis-le-Grand. También trabó amistad con otra gran figura de la “negritud”, el poeta y futuro diputado comunista negro de la Martinica Aimé Césaire, así como también con los escritores filósofos Jean-Paul Sartre y Albert Camus. Catedrático en gramática, fue profesor del liceo de Tours de 1935 a 1938, y luego en Saint-Maur-des-Fossés.

Durante la Segunda Guerra Mundial, fue hecho prisionero durante dos años en Alemania, y luego de su liberación, encaró una carrera política en la Francia liberada: elegido diputado de Senegal en la Asamblea Nacional en 1945, escaño que conservará hasta 1959, fue secretario de Estado de la Presidencia del Consejo con Edgar Faure (1955) y ministro consejero del fundador de la V República, el general De Gaulle (1959). Mestizaje cultural

Adhirió a la SFIO (el antecesor del Partido Socialista) desde 1936, tres años después de haber adquirido la ciudadanía francesa, y se mantuvo hasta 1948, época en la que se orienta hacia el nacionalismo africano. En 1960, fue diputado en la Asamblea Legislativa de Senegal, recientemente independizado. Luego, fue elegido presidente.

Su “ejemplaridad” fue alabada, sobre todo por haber aceptado dejar el poder en 1980, luego de haber instaurado en su país un clima de tolerancia único en Africa. Sin embargo, no dudó en poner en prisión durante doce años a uno de sus rivales, Mamadou Dia.

Paralelamente a esta carrera política, que hizo de él uno de los “sabios” de Africa, Senghor produjo una obra literaria abundante y elogiada por su originalidad. Desde “Hostias negras” (1936-1945) hasta “Letras de invierno” (1972), su escritura le abrió las puertas de la Academia Francesa.

Defensor del “mestizaje cultural” y la “civilización de lo universal”, estimaba que, “para mestizarse, cada uno debe enraizarse en los valores de su raza, de su continente, de su nación, para luego abrirse a los otros continentes, a las otras razas, a las otras naciones, para desarrollarse y florecer”.

Siguió siendo un incansable militante de la francofonía hasta los últimos años de su vida.

Senghor se casó con Geneviève Eboué, la hija de un gobernador guyano negro de las colonias, Félix Eboué, y luego con la nieta de un marqués normando, Colette Hubert. Tuvo tres hijos, de los cuales uno se suicidó y otro murió en un accidente automovilístico.

El hombre de la “triple vida”

Senghor decía que si hubiera debido elegir entre su “triple vida” de hombre político, profesor y poeta, habría salvado sus poemas. “Aquí está lo esencial”, sostenía. La poesía es “la forma más cabal de la cultura” y la cultura, “fundamento y fin último de la política”. Sus poemas y escritos estaban en francés, lengua de la que conocía “los recursos, por haberla gustado, mascullado, enseñado”. “Entre nosotros, las palabras están naturalmente rodeadas de un halo de savia y de sangre; las palabras del francés brillan con mil fuegos, como diamantes”. Con esta frase, daba la clave de su obra, el mestizaje de la negritud y la francofonía.

A los 17 años, Senghor compuso sus primeros poemas, bajo la influencia de Víctor Hugo, Lamartine y Chateaubriand. En 1932, con Aimé Césaire, “inventó” la negritud, porque, decía, “somos mestizos culturales, porque nos sentimos negros, pero nos expresamos en francés”.

Senghor se reveló en 1945 con una primera antología, “Cantos de sombra”, una poesía lírica en la que se expresaba la soledad del exilio y la “nostalgia por el país negro”, el amor y la belleza de la mujer. “Noche de Africa, mi noche negra mística y clara, negra y brillante/ Oh mi leona, mi belleza negra, mi noche negra, mi negra desnuda”. En 1948, “Hostias negras” cuenta el combate de los tiradores senegaleses muertos por Francia.

Una nueva vida para el poeta presidente

La historia de Senegal, que se ha denominado la vitrina de la democracia en Africa, se mezcla durante 20 años con la actividad de Senghor. Primer presidente de la República, el poeta presidente ha sido un personaje fuera de los común. Fundador del Partido Socialista senegalés (PS) y gran hombre de la cultura, fue el promotor de la negritud. Pero se lo recordará sobre todo por su marca en el tablero político de su país.

Haciendo gala de una gran amplitud de criterio, Senghor, mucho antes de su famoso discurso de Baule (Francia) que era un discurso completamente orientado a los subdesarrollados, tuvo el coraje de autorizar el multipartidismo (limitado) en Senegal. Hay que recordar, que era la época en que los todopoderosos partidos únicos regían todo en Africa. Pero eso no fue todo. Completamente nutrido por grandes ambiciones de un Senegal independiente y soberano, Senghor sorprendió al mundo entero y sedujo a la comunidad internacional al decidir dejar el poder, es decir, la magistratura suprema. Increíble pero real en un Africa donde no son legión los partidarios de compartir el poder del Estado. Por esto, su nombre ya estaba inscripto en letras de oro en la historia del continente.

Luego de una vida plena en la tierra, Senghor comienza una nueva vida con los ancestros y los dioses. Adiós poeta presidente, adiós gran figura de Africa… Léopold Sedar Senghor.

La fuente: Fraternité Matin, periódico de Costa de Marfil, que edita 50.000 ejemplares, es propiedad del Estado y lleva treinta años, desde su creación, como órgano de prensa gubernamental (www.fratmat.co.ci). La traducción del francés pertenece a María Masquelet.

 

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